El desierto del Obrador, regresa un ex Barreto y la pelea por un hangar en el aeropuerto

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La licitación para la venta del Obrador fracasó, no hubo oferentes y tuvo que ser declarada desierta. Los motivos detrás del revés que sufrió el Ejecutivo y los planes para reflotar la operación: ¿Pecam sigue interesada en comprar el predio? Además, segundo round en la pelea entre Roly Santacroce y el Directorio del aeropuerto; una queja empresaria en la estación aérea; y un viejo funcionario de Diego León Barreto se recicla como soldado de Javier Milei. 

Pase, siéntese, lea y tómese Un Café por Funes:

El Obrador, en el limbo

La noticia de la semana en el mundo de los negocios de Funes fue que no hubo ofertas para comprar el Obrador y la licitación debió ser declarada desierta. La apertura de sobres, planificada en primera instancia para el 10 de julio, había sido pospuesta para el 24 del mismo mes a pedido de los interesados, quienes necesitaban más tiempo para diseñar una propuesta económicamente viable. A pesar de haber vendido tres pliegos, un requisito indispensable para poder participar, la Municipalidad no tuvo oferentes por el predio ubicado en Yrigoyen y Av. Illia.

Así las cosas, los rumores en el mercado que señalaban que el piso de US$7.5 millones propuesto por el Municipio era alto tuvieron un correlato con la realidad. Ante el fracaso de la licitación, una de las opciones que se barajan es bajar esa cotización, pero para eso el Ejecutivo debe solicitar autorización al Concejo, ya que el precio está fijado por ordenanza. No obstante, algunos actores sostienen que el Municipio podría haber aceptado ofertas menores sujeto a autorización del Legislativo, para evitar reiniciar todo el proceso. Es una posibilidad que entre los grupos empresarios involucrados no cierra.

Sin embargo, la cotización no es el único problema. Según trascendió, los profesionales que los interesados pusieron a analizar la oportunidad de negocio encontraron algunas exigencias que no seducían -como el requisito de que debía ser pagado en dólar billete- y hasta falencias en la redacción del pliego licitatorio que también desalentaron la presentación de ofertas. Por eso, lo más probable es que se llame a licitación nuevamente con un pliego distinto.

Junto con el reseteo de la licitación surge la posibilidad de que aparezcan nuevos interesados. Según pudo averiguar Un Café, la constructora Pecam sigue interesada en el predio, pero podría no ser la única si se corrigen las condiciones objetadas. El rumor que circula por estas horas en el círculo rojo funense es que la cadena de hoteles Hilton, que desde hace algunos meses busca locación en la ciudad, podría estar interesada en el terreno.

Con el aeropuerto, a las patadas

El Directorio del aeropuerto Islas Malvinas envió una nota a modo de ultimátum en torno al destino del local que el Municipio tiene en el hall principal de la terminal aérea. Según trascendió, la oficina está cerrada desde que cambió el gobierno provincial, hace casi ocho meses, porque la Municipalidad no envía gente a abrirla. Como hay lista de espera de interesados en tener un lugar en el aeropuerto, el Directorio quiere que el gobierno de Funes decida: o la utiliza o la devuelve. 

Es un nuevo capítulo de la disputa entre Roly Santacroce y el Directorio del Aeropuerto. El alcalde funense había estallado cuando el gobierno de Maximiliano Pullaro corrió a su alfil Rodolfo Ortiz del órgano ejecutivo de la terminal aérea y en su lugar nombró a Pedro Giantenaso, exconcejal funense y socio político de Juan Ignacio Rímini, edil de Unidos para Cambiar Santa Fe y hombre del gobernador en Funes. El reclamo de Santacroce fue viabilizado con notas al Directorio y hasta Martín Consiglio, uno de sus concejales, presentó un proyecto para que el Concejo reclame el lugar.

El argumento de Santacroce para exigir esa silla en el Directorio es que le corresponde a Funes según el artículo 7 de la ley provincial 10.906, pero el gobierno provincial le respondió que dicha norma fue vetada por el gobernador Carlos Reutemann y que los tres vocales del Directorio son designados por el Ejecutivo provincial. Años después del veto, un decreto reglamentó la ley y aclaró que las sillas corresponden una al gobierno provincial -que ejerce la presidencia-, una a la Municipalidad de Rosario y una “al empresariado local”.

Temporada de despedidas aéreas

El aeropuerto estuvo en agenda, pero por otra despedida. El empresario Lucas Carelli encabezó una recorrida por medios rosarinos denunciando que el Directorio del aeropuerto decidió no renovarle el contrato y lo echó del hangar que ocupaba en el área industrial de la estación aérea. En diálogo con el programa Radiópolis, de Radio2, Carelli no ahorró críticas para con los tres vocales del Directorio, a los que acusó de “no saber nada de aviones”. 

Fuentes al tanto del conflicto revelaron la otra campana que suena en el aeropuerto: sostienen que se le ofreció renovar por dos años con la posibilidad de prorrogar el plazo por un año más, pero que el empresario pretendía un contrato por diez años. El Directorio no aceptó la contrapropuesta, por lo que Carelli tuvo que desalojar el hangar 3, que volvió a manos del aeropuerto y donde se ubicaron las aeronaves que dependen de la Dirección de Aeronáutica de la Provincia: un helicóptero y dos aviones. Recién ahí, reveló la fuente, Carelli pretendió aceptar la oferta primaria, pero era tarde.

Dos caras conocidas vuelven al ruedo

Quien va a empezar a tener un rol importante en la Municipalidad de Funes es Angelina Almeida, quien asumió responsabilidades en el área de Comunicación y Relaciones Institucionales esta semana. Almeida ya se desempeñó como secretaria de Vinculación Institucional del gobierno provincial durante el gobierno de Omar Perotti y se destacó por ser una figura muy cercana al rafaelino, por lo que su experiencia jerarquiza como incorporación a la gestión de Santacroce.

Por su parte, el que reapareció fue Gastón Bruno. El ex secretario de Obras Públicas de Funes durante la gestión de Diego León Barreto quedó al frente de la delegación santafesina de Vialidad Nacional tras el despido de Javier Picinato, quien había llegado a ese cargo en virtud de un acuerdo entre su jefe político, el ministro de Obras Públicas de la provincia Lisandro Enrico, y el gobierno nacional. 

Bruno es también uno de los socios de la empresa constructora Brumont, lo que le trajo dolores de cabeza durante su paso como funcionario público funense porque se trataba de la empresa que estaba a cargo de la obra de gas natural en barrio Cantegrill, habiendo sido designada por adjudicación directa.

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