El regreso de Barreto, se activa desarrollo frente al Fisherton Plaza y una pelea aérea
Funes y Rosario trabajan para allanarle el camino a un nuevo shopping. Además, una reaparición molesta al PRO y la mala noticia que llegó al Concejo.
Las municipalidades de Funes y Rosario trabajan contrarreloj para abrir una nueva calle en el límite distrital, condición necesaria para allanar el camino a un megaproyecto comercial. Además, más detalles sobre el desarrollo que Edilizia planea sobre calle Galindo. En el plano político, reapareció el intendente León Barreto e incomodó al PRO funense y la disputa entre el peronismo y la UCR se trasladó al directorio del Aeropuerto. El ajuste le llegó al Concejo: triplican el alquiler que paga el Poder Legislativo.
Una calle me separa
En las últimas semanas se multiplicaron los contactos entre las áreas de planeamiento de Rosario y Funes para definir la construcción de una nueva calle en el límite entre ambos distritos, frente al Aeropuerto. La traza iría desde la rotonda de acceso a la estación aérea hasta el Fisherton Plaza, de allí doblaría y seguiría paralela al shopping hasta detrás de la subestación de la EPE, siguiendo la frontera de ambas ciudades.
La razón del súbito apuro es que el trazado de dicha calle es condición necesaria para que finalmente empiece el proyecto Aeropuerto Mall, que impulsa el empresario Arturo Trini. Esos terrenos, que hoy son usados de parque, eran propiedad del Gobierno provincial, que se los canjeó al desarrollador por la parcela delimitada por la vieja traza de la Avenida Newbery y la avenida que se usa actualmente. El desarrollador aceptó el cambio con la condición de que las municipalidades de Funes y Rosario aprueben su desarrollo comercial y propicien lo necesario, como por ejemplo esta nueva calle.
Aeropuerto Mall es una ambiciosa iniciativa desarrollada por GM Real Estate. Incluye un shopping con locales comerciales y gastronómicos, oficinas y una torre de cinco pisos con hotel y centro de convenciones -esto último, del lado de Rosario-. También hay planificada una estación de servicio y una playa de estacionamiento, al lado de la subestación de la EPE. Como contraprestación de la reconversión de los índices de construcción que otorgó Funes, el empresario se hizo cargo de la pavimentación de Tomás de la Torre, desde Independencia hasta Jorge Newbery.
Se enciende Galindo
El que viene marchando a paso firme es el proyecto que la constructora Edilizia planea para el terreno de 8 mil metros cuadrados en el que ya puso su cartel, en Galindo entre Leloir y Rodríguez. Como contó Un Café, la constructora se asoció con el dueño del terreno, codiciado no sólo por estar sobre una arteria donde se viene dando un crecimiento significativo en materia inmobiliaria, sino también por tener salida también sobre calle General Lopez, la paralela a Galindo.
La iniciativa de la empresa constructora rosarina todavía atraviesa las primeras etapas. Ya existieron contactos con la Municipalidad y esperan que en breve el proyecto sea presentado en el Concejo. Sin embargo, se supo que incluye locales comerciales en la planta baja, oficinas en el primer piso y departamentos en el segundo piso. Incluso, también tendría una salida por la calle Rodríguez.
Un regreso incómodo
La interna del PRO en Santa Fe está que arde. La disputa entre la vicegobernadora Gisela Scaglia y el diputado Federico Angelini por el control del macrismo santafesino, que camina directo a una elección partidaria a fines de junio, obliga a cada afiliado a posicionarse en uno u otro bando. El fenómeno tiene su correlato en Funes, donde el presidente del Concejo Carlos Olmedo y su ladero Santiago Carloni apoyan a Angelini, mientras que el ex edil Luis Dolce, hoy funcionario provincial, ficha en el team Scaglia.
Justamente, la tropa de la vicegobernadora -llamada “el cambio es inevitable”- organizó un encuentro en Santa Fe donde reunió a 400 dirigentes que apoyan su candidatura y donde hubo una reaparición incómoda: la de Diego León Barreto. El ex intendente fue acercado al evento por Mario Lujan, un ex funcionario de su gestión -se desempeñó en la COE- que hoy milita en un espacio asociado a Scaglia.
Desde el entorno de la vicegobernadora informaron que la presencia de León Barreto es la de “un afiliado más” y que no significa que tenga ganas de volver a incursionar en política, de la que se fue al terminar su gestión en Funes. Sin embargo, hay algunos que se protegen preventivamente: en la foto oficial del evento, León Barreto aparece atrás y Dolce bien adelante, cerca de Scaglia y lejos del ex intendente.
Una pelea aérea
La última sesión del Concejo fue la ocasión que el oficialismo aprovechó para insistir con un reclamo que viene repitiendo desde que Maximiliano Pullaro asumió como gobernador: que le permitan al Municipio poner a uno de los miembros del Directorio del Aeropuerto de Rosario, una posibilidad que Omar Perotti le había abierto a Roly Santacroce -quien había designado a Rodolfo Ortiz- pero que Pullaro, al asumir, no revalidó.
La cuestión tiene un aspecto político y un aspecto técnico. Por el lado político, el reclamo de Santacroce es una obvia embestida contra Juan Ignacio Rímini. Sucede que el asiento que ocupaba Ortiz en el directorio ahora lo ocupa Pedro Giantenaso, ex concejal funense y radical del espacio de Rímini. Ese lugar es uno de los que Rímini pudo quedarse en el loteo del gabinete provincial, al asumir Maximiliano Pullaro.
El aspecto técnico es en el que se apalanca el gobierno provincial para negar el pedido: legalmente, a Funes no le corresponde un lugar en el Directorio del Aeropuerto. El artículo 7 de la ley provincial 10.906, en el que se basa la Municipalidad para exigir el lugar, fue vetado por el exgobernador Carlos Reutemann al promulgar la norma. Según la ley, el directorio se forma por tres vocales designados por el Ejecutivo provincial.
El decreto reglamentario modificó esta realidad, le otorgó un vocal al Ejecutivo -quien ejerce la presidencia-, uno a Rosario y uno “al empresariado local”. Es decir, no le otorga un lugar a Funes. Por esta razón, en el equipo de Rímini consideraban que el cargo de Giantenaso no corría riesgos y habían decidido no salir a contestar mediáticamente la movida del oficialismo.
El reclamo fue a través de un proyecto de resolución que presentó Martín Consiglio, apoyada por sus dos compañeras de bloque: María Soledad Miguez y Adriana Arce. Los votos peronistas alcanzaron para vencer a Carlos Olmedo y Ana Martelli, quienes votaron en contra. Así las cosas, se dió una situación llamativa: el proyecto pudo ser aprobado por la ausencia de Juan Ignacio Rímini, socio de Giantenaso, quien con su presencia podría haber evitado el triunfo peronista. Entre los radicales no hay segundas intenciones: el equipo de Rímini informó que se ausentó por estar enfermo.
El ajuste le llega a todos
Sin embargo, el affaire entre Santacroce y el radicalismo por un lugar en el Directorio del Aeropuerto no fue lo que más ruido hizo en el Concejo en la semana que pasó. Al Poder Legislativo le llegó el turno de renovar el alquiler de la propiedad en la que funciona, en Santa Fe y Moreno, y no escapa a la realidad de los alquileres en general de la ciudad: pasarán de pagar $120 mil pesos por mes a abonar $500 mil. “Sigue siendo barato para una propiedad en esta zona”, reconocían. El tema es que tendrán que negociar una ampliación de partida con el Ejecutivo.
Un edificio propio es la deuda que tiene el Concejo de Funes. Nunca lo tuvo desde que Funes fue consagrada ciudad, en 1991. Por eso, fue cambiando de lugar: funcionó enfrente del actual Observatorio Municipal y en una casa sobre Yrigoyen entre Santa Fe y Sarmiento, entre otros. Iniciativas para conseguir un lugar propio sobraron, como una que buscaba trasladarlo al edificio municipal donde hoy funciona Correo Argentino, pero ninguna prosperó.
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