Un funense documentando el fin del mundo

¿Quién al hacer zapping no se ha quedado hipnotizado viendo algún documental de animales en los canales de vida salvaje? Y alguna vez también nos hemos preguntado cómo es que se hace para filmar esas complicadas escenas de tanta intimidad animal. 

Bueno, resulta que en Funes lo tenemos a Federico Nahuel Muñoz, fotógrafo, camarógrafo y editor de videos de vida silvestre y documentales, una de estas misteriosas personas que se dedican a registrar esos momentos mágicos. O en verdad lo teníamos, porque hace un tiempo que se fue a vivir a Ushuaia (más adelante contaremos el motivo de su partida).

“Me crie viendo documentales y teniendo contacto con animales de casi todo tipo ya que Funes hace años atrás tenía mucho campo, bosques y lagunas. Era de esos niños que tenían curiosidad por todo, me atraía lo misterioso o extraño y no le tenía miedo a serpientes y arañas como era normal para la mayoría. Soy de la generación de naturalistas que creció con “El Cazador de Cocodrilos”, las aventuras de “Jeff Corwin”, y escritores como Jack London, Supertramp, Julio Verne y Michael Crichton”, nos explica Federico, sobre como fue que llegó a dedicarse a esto.

En su cuenta de Instagram, @fede_phnature, puede verse una muestra de las alucinantes fotos que consigue en los paisajes del fin del mundo. Sin embargo, cuenta, extraña recorrer la naturaleza de Funes así como las islas del humedal rosarino.

“Tantos años caminando el sur de Santa Fe, jamás dejé de sorprenderme, y fueron años de registrar nuevas especies, salida, tras salida. Por ejemplo, en Funes encontré una especie llamada cachilo canela (donacospiza albifrons) y pocos días después en el Bosque de los Constituyentes registe al fueguero (piranga flava) y al tachuri sietecolores (tachuris rubigastra); especies casi desconocidas y sin registros al menos en unos 80 km a la redonda, pero que alucinan a la gente cuando las conoce”, cuenta, apasionado.

En noviembre del año pasado, Federico se encontraba -en las afueras de Funes- grabando y editando un documental de gran valor sobre la biodiversidad funense cuando fue abordado violentamente por delincuentes, en pleno rodaje. De esa manera perdió sus principales herramientas de trabajo que había ido adquiriendo a lo largo de los años. De alguna u otra forma, esa situación lo terminó empujando a irse lejos y terminar en Ushuaia. 

“Hoy por hoy, disfruto de los comentarios y apoyo de la gente al ver mis muestras fotográficas y audiovisuales, ya que le dedico toda la energía de mi vida y es una ciudad que apuesta mucho al futuro con el provecho turístico de cuidar sus lugares naturales, fauna y flora”, cuenta.

-¿Cuáles son las principales características que tiene que tener un documentalista?, le preguntamos.

-Principalmente valores, estamos hablando de una profesión que prácticamente no es redituable económicamente hablando. Conozco y admiro a muchas otras personas que tienen la misma dedicación y creo que el denominador común es el respeto por los espacios naturales, incorporarse al medio sin interferir, y todo su trabajo es a beneficio de esos mismos espacios, concientizando a las personas que comienzan a admirarlo más que antes quizá, y formar las nuevas mentes. 

Para terminar, nos cuenta sobre lo que más le apasiona registrar: “Quizá las aves son más fáciles de ver en mis fotografías pero es simplemente porque son la mayoría de avistamientos en las expediciones y recorridos. Lo que más disfruto es de rastrear y fotografiar mamíferos, sobre todo pasado el periodo de la primavera, cuando la mayoría saca a relucir su nueva familia”.

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