Jueves, 19 de Septiembre 2024
Viernes, 16 de Agosto del 2024

La pelea en el Concejo, un polémico proyecto en stand by y una renuncia en veremos

Por qué se espesó el clima en el Legislativo. Además, marcha atrás con las zonas intermedias y las razones detrás de la dimisión de un funcionario clave.

Una pelea con acusaciones de maltrato incluida terminó por dinamitar todos los puentes entre el oficialismo y la oposición en el Concejo: los motivos que detonaron el entredicho. Además, renunció el secretario de Desarrollo Económico víctima del fuego amigo; el Municipio da marcha atrás con el proyecto de crear zonas intermedias para elevar los montos de la TGI que tanto molestó a Juan Felix Rossetti; y Roly Santacroce tienta a un empresario para que salte a la arena política.


Pase, siéntese, lea y tómese Un Café por Funes: 


Una renuncia ¿que no fue?


Tras una discusión en el gabinete, el pasado miércoles Alberto Barcos presentó su renuncia al cargo de secretario de Desarrollo Económico -lo que anteriormente era Hacienda-. El funcionario firmó su dimisión, reunió al personal de su cartera, les comunicó la decisión visiblemente emocionado, avisó que el viernes sería su último día “y salió arando por calle Angelomé”. Sin embargo, fuentes del gabinete no creían que se vaya a concretar su salida. De hecho, Barcos volvió al Municipio los días subsiguientes, con una actitud como si nada hubiese pasado.


El aún secretario de Desarrollo Económico esta bajo fuego cruzado y es apuntado por el resto de los secretarios, con quienes la relación viene siendo cada vez más traumática. Sus compañeros de gabinete lo acusan de “pisar la caja” y demorar desembolsos cuando ya existe la decisión política de hacerlos, al punto tal de que consideraban que la gestión empezaba a mostrar síntomas de parálisis como consecuencia. “Si fuese por disciplina fiscal lo acompañamos todos, pero está haciendo cosas que van a terminar perjudicando a la gestión”, se quejan en Angelomé y Santa Fe. 


Ante la consulta periodística, los ejemplos brotan: van desde la negativa a comprar repuestos -lo que viene debilitando el parque automotor municipal- hasta una demora en los pagos a Séptima Región, la empresa encargada de la disposición final de los residuos domiciliarios de la ciudad. Mencionan también una demora en el envío de los balances al Concejo -esta semana recién fueron envíados los de enero y febrero de este año- y hasta la ausencia a la reunión en la que debería haberle explicado a los concejales las implicancias del proyecto de creación de nuevas zonas suburbanas.


En suma, algunos miembros del gabinete esperan que el panorama se aclare en la semana entrante. Creen que Barcos terminará dando marcha atrás con su decisión. No es la primera vez que sucede durante la gestión que funcionarios que dimiten cambian su opinión. El problema es que al contador y abogado le quedan pocas referencias que lo sostengan dentro del gabinete. La historia tiene, entonces, un final abierto.


El proyecto de nuevas zonas suburbanas, a boxes


Una de las ¿últimas? decisiones de Barcos fue ponerle un freno al proyecto de creación de tres zonas intermedias entre la urbana y la rural, a los fines de elevar el monto que abonan en concepto de tasa general de inmuebles los terrenos que quedaron inmersos o muy cercanos al casco urbano, con servicios como cualquier hogar. El proyecto había sido discutido informalmente en el Concejo y tenía cuestiones que a los ediles no les terminaban de cerrar, como ciertos criterios ponderadores a los que no les encontraban motivos o la forma de calcular el avalúo fiscal. 


Sin embargo, no significa que la iniciativa esté caída: “Elevaremos otro proyecto de adecuación, que privilegie los principios de realidad económica y capacidad contributiva”, avisaron desde el Municipio. En el Concejo coincidieron en la intención de trabajar para mejorar la iniciativa y hasta se animaron a poner plazo: la semana que viene podría haber novedades.


La resistencia privada a las nuevas zonas suburbanas


Otra de las cuestiones que abordaron desde el Municipio con respecto al proyecto de creación de nuevas tasas fue la repercusión que tuvo entre los dueños de los predios afectados. “Estamos permanentemente abiertos al diálogo a los efectos de llevar a los vecinos la mejor propuesta”, comentaron, en lo que sonó como una respuesta alas fuertes críticas que Juan Felix Rossetti, uno de los empresarios más afectados por la iniciativa.


Rossetti -quien hace años decidió dejar de invertir por lo que considera trabas burocráticas- no solo dijo que era “otro intento de aumentar el saqueo al sector”, sino que motorizó un comunicado de la Sociedad Rural de Rosario -de la que es delegado- repudiando el proyecto. Tras bambalinas, el desarrollador sumó contactos con distintos ediles, a los que les avisó que tenía tomada la decisión de judicializar la medida si llegaba a ser aprobada. 


El interés de Rossetti radica en que es uno de los más afectados por la idea. El desarrollador es dueño de un predio de casi cuarenta hectáreas, con ingreso por Galindo y por Av. Fuerza Aérea. Para ese lugar, hace años, tiene proyectada -como le gusta llamarla- su “frutilla del postre”: un desarrollo con un sector comercial, shopping a nivel regional, y condominios, apuntando a la gente joven o que ya cumplieron su ciclo familiar y quieren retirarse. No es el único predio apuntado: en el Concejo también señalaban al ubicado en Pedro A. Ríos y Esteban de Luca, de otro dueño.


El trasfondo de la pelea en el Concejo


Una pelea entre los concejales dejó sin quórum la sesión del Concejo que se esperaba para el último jueves. El motivo fue un enojo de Soledad Miguez, quien se quejó por lo que consideró “malos tratos” y “faltas de respeto” de parte de Carlos Olmedo y Juan Ignacio Rímini, ediles de Unidos. La disputa, como contó InfoFunes durante la semana, terminó con Miguez y su compañera Adriana Arce retirándose del recinto y requirió una intervención de Roly Santacroce para apaciguar las aguas. 


La génesis del entredicho debe buscarse en la reunión de comisión del martes por la tarde. Allí, ante la ausencia de Olmedo, la mayoría peronista impidió que Rímini obtenga despacho para un proyecto de decreto que ordena al Ejecutivo volver a incluir el desglose de los ítems de la TGI. El jueves, en la comisión anterior de la sesión, la correlación de fuerzas había cambiado: con Martín Consiglio ausente por enfermedad y Olmedo presente, Unidos tenía mayoría de votos, por lo que lograron destrabar el trámite.


Sin embargo, el bloque peronista -asesorados por el exintendente Juan Héctor Miguez- argumentó que para obtener el despacho era necesario dos tercios de la totalidad de los votos -es decir, cuatro votos-. Los opositores contestaron que no era así y alcanzaba con mayoría simple de los presentes -es decir, tres votos-. El tono de la discusión escaló y terminó con el final conocido. "Si se habla algo en comisión, después se vota lo mismo, no otra cosa aprovechando que no están todos los ediles", dijo la concejala Miguez antes de irse.


En la oposición estaban algo incrédulos por las acusaciones de maltrato. Sostenían que había sido simplemente una discusión política en torno al reglamento del Concejo y señalaban que el principal perjudicado por la caída de la sesión era el propio oficialismo: quedó sin tratarse un proyecto que autorizaba al Ejecutivo a realizar un gasto de $150 millones vía contratación directa, para el que la oposición pensaba imponer su mayoría y exigir un concurso de precios.


La apuesta electoral que cavila Roly Santacroce


La política ya empezó a pensar el diseño de la oferta electoral para las elecciones del año que viene,  en las que se renovarán tres de las seis bancas del Concejo funense. En ese sentido, Un Café pudo averiguar que el intendente Roly Santacroce tienta por estas horas a un conocido empresario del entretenimiento, líder a nivel nacional en la construcción de plazas y también con intereses inmobiliarios en la ciudad, para que se anime a dar el salto a la arena pública. ¿Se tirará por el tobogán?

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