Sábado, 23 de Noviembre 2024
Juampi Román, el churrero de Messi, se prueba esta semana en Independiente
El funense viajó a Buenos Aires para tener su prueba con el Rojo. Su preparación, la importancia de la experiencia en Godoy Cruz y su sueño de conocer a Tévez.
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Juampi, muy emocionado, saluda al periodista Andy Kusnetzoff, que ayer lo invitó a su programa "Perros de la calle".
Juan Pablo Román, el joven funense que se hizo famoso tras llevarle churros a la casa de Lionel Messi en Kentucky a mediados de año, ya se encuentra en Buenos Aires para realizar una prueba con el Club Atlético Independiente.
Juampi, de 20 años, consiguió esta prueba hace menos de dos semanas, cuando fue entrevistado en el programa “Perros de la calle” que conduce el reconocido periodista Andy Kusnetzoff. Allí, mientras dialogaba con los presentes, tomó contacto con Esteban Sáenz Rico, secretario deportivo de Independiente, quien le comunicó a Román su intención de que se pruebe en el Rojo, lo que provocó la sorpresa y emoción del funense.
Desde entonces, el joven churrero viajó este lunes a Buenos Aires y ayer volvió a ser entrevistado por el programa de Kusnetzoff, donde palpitó la experiencia que vivirá a partir de hoy en el Rojo de Avellaneda. “Estuve entrenando a morir. La gente de Godoy Cruz me dijo que estoy muy bien básicamente, pero me falta lo futbolístico. Hace casi dos años y medio que no juego en cancha de 11 y me cuesta volver a ese ritmo”, sostuvo.
Además, Juan Pablo se refirió a la posibilidad de conocer a Carlos Tévez, actual director técnico de Independiente: “Carlitos fue un gran jugador, vi la serie sobre su historia, me encantaría conocerlo”.
Por otro lado, Román recordó aquel accidente que tuvo en Funes, allá por marzo de 2017, el cual lo tuvo entre la vida y la muerte: “Había jugado al fútbol a la mañana ya la noche tenía una juntada con amigos. Mi mamá me había dicho que no vaya, que me queda tomando mates con ella. Yo fui, y cuando crucé la ruta caminando, me atropelló un auto”.
“Fue grave, casi que no la cuento. Los médicos no daban casi posibilidades de que yo sobreviviera. Me daban para cinco años ya los 15 días ya había salido del hospital. Podía quedar mudo, sordo. Tuve que aprender a caminar de vuelta. Fue un milagro”, añadió.
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