Club house abandonado en Funes Town: preocupación en la Muni por la demora del juicio que define su destino
Hace dos meses que el expediente está listo para que el juez dicte sentencia. Podría ordenarse que la Muni se quede con el predio. Detalles del conflicto.
La ansiedad crece en la Municipalidad de Funes. La demora en la resolución del juicio que se lleva adelante contra el grupo desarrollador del barrio Funes Town empieza a preocupar. El conflicto contra el Grupo Lands y BMR Mandatos, que se dirime en el Juzgado Civil y Comercial N° 8 de Rosario a cargo del juez Luciano Juarez, fue elevado al estado conocido como ”autos para sentencia” -paso previo a que salga el fallo- hace más de dos meses y todavía no hay novedades, lo que empezó a inquietar en las oficinas de Santa Fe y Angelomé.
El fallo será el primer gran paso para cerrar un capítulo oscuro que tuvo como víctimas a los vecinos que habían comprado sus lotes allí, pero si el juez le da la razón a la Muni no será más que una victoria pírrica. Lo que está en juego son unos diez lotes cuyo valor no alcanza para cubrir las obras de gas natural y agua potable que el desarrollador no hizo y por eso se desencadenó el conflicto. De hecho, la Muni avanzó por otro lado para llevar la red de gas al barrio. Sirve, sí, para lo simbólico: entre esos diez lotes está el club house abandonado hace una década, hoy en ruinas.
Vale recordar cómo se desencadenó el juicio, diez años atrás. Grupo Lands le pidió a la gestión de Mónica Tomei la aprobación final del barrio sin haber completado las obras de gas natural y agua potable que formaban parte de sus obligaciones como desarrollador. En un primer momento, Tomei se negó, pero ante la presión de los vecinos -que armaron una carpa en la puerta de la Municipalidad, urgidos de escriturar para asegurarse los créditos ProCreAr- cedió a cambio de que Lands constituya un fideicomiso en garantía del cumplimiento de sus obligaciones.
Para constituir ese fideicomiso, Lands aportó cincuenta lotes en el barrio. Además, se estableció un plazo de realización de las obras: si no se cumplía, la Muni podía ejecutar la garantía y quedarse con los terrenos. A cargo del patrimonio fideicomitido quedó BMR Mandatos & Negocios. Sin embargo, pasó lo que Tomei temía que iba a pasar: las obras nunca avanzaron y el plazo se fue estirando gracias a tres sucesivas prórrogas. Finalmente, ya cansado de la demora, fue Diego León Barreto el intendente que decidió ejecutar la garantía y quedarse con los terrenos.
Ahí empezaron los problemas. El primero fue que BMR había abandonado su tarea de administrador sin notificar a las partes y nunca había inscripto en el Registro de la Propiedad la afectación de los cincuenta lotes a la garantía. Por eso, Lands había podido vender diez a terceros compradores de buena fe, que por intermedio de otro juez lograron escriturar. Por esa razón, BMR figura como codemandada en el juicio.
Además, apareció otro acreedor de Lands que sostenía que su préstamo a la desarrolladora se había garantizado con treinta de los lotes que luego se incluyeron en el fideicomiso en garantía a favor de la Muni. Como la operación había sido anterior, el juez le dio la derecha y le permitió a ese acreedor quedarse con los treinta lotes dado que Lands tampoco le había cumplido en la devolución de su préstamo.
Así las cosas, la garantía quedó conformada por unos diez lotes, una cantidad exigua si lo que se quiere es ejecutarlos para financiar la obra de gas y agua potable. Por eso, aunque el juicio continuó, la Muni buscó otras formas de garantizar el servicio y lo logró hace pocos días. Queda por definir el destino del club house abandonado, una especie de monumento suburbano a la irresponsabilidad del desarrollador que no cumplió, a la decisión de los vecinos que se les terminó volviendo en contra y a la impericia de una dirigencia política que no supo estar a la altura.
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