La travesía de Jack en Funes: el border collie que vagaba sin collar pero estaba buscando familia

El ladrido perdido de un border collie de un año y medio se convirtió, sin saberlo, en el inicio de una cadena de amor y solidaridad en Funes. Su nombre es Jack, un torbellino de energía y ternura que, durante el lunes, se extravió y deambuló con la mirada un poco desorientada por el barrio Ocho Sauces.

Fueron los vecinos de esa zona quienes, conmovidos por su presencia y su inocencia, se convirtieron en sus ángeles guardianes temporales. Lo alimentaron, le ofrecieron agua fresca y le brindaron los primeros cuidados, tejiendo una red de contención mientras el reloj corría y la esperanza de encontrar a sus dueños se mantenía viva. La difusión de su rostro, un pelaje blanco y negro enmarcando unos ojos expresivos, no tardó en llegar a las redes de InfoFunes, donde la comunidad local se movilizó de inmediato.

La publicación cumplió su objetivo. La dueña de Jack se comunicó con quienes lo estaban resguardando, confirmando la identidad del can. Sin embargo, lo que parecía ser el rápido final de una simple fuga dio un giro inesperado y, a la vez, desgarrador. Explicó que Jack se había escapado el lunes, pero que una reciente mudanza a un espacio mucho más reducido y serias complicaciones de salud dentro de la familia le impedían seguir cuidándolo. La decisión, dura pero sincera, estaba tomada: Jack sería dado en adopción.

En ese momento de incertidumbre, el destino pareció mover sus hilos con precisión. Lucía, la vecina que con tanta dedicación lo había alimentado esos días, no dudó. Sabiendo que Jack se había desplazado hacia la zona de Cadaqués, puso en marcha una carrera contra el tiempo. Tras varias llamadas telefónicas a la guardia del sector de La Cardera, logró que uno de los vigiladores lo retuviera de forma segura en un canil. Jack estaba a salvo, pero su corazón, y su futuro, seguían a la deriva.

La noticia de que un perro tan joven, activo y lleno de vida necesitaba un nuevo hogar corrió como un reguero de pólvora en la ciudad. Y fue allí, en la quietud de una búsqueda desesperada, donde apareció la luz. Un vecino de Funes, un hombre que recientemente había atravesado el profundo dolor de enviudar, sintió un llamado instantáneo al conocer la historia. Sabía que su casa, y su corazón, tenían un vacío que solo la compañía incondicional de un ser vivo podía comenzar a llenar.

Sin dudarlo un instante, se dirigió de inmediato a buscar a Jack. En ese encuentro, no solo se unieron dos almas que necesitaban sanar y dar amor, sino que se escribió el final más hermoso para esta travesía. Jack, el perro que comenzó la semana vagando solo, ya no está a la intemperie; ahora tiene un nuevo papá, un hogar permanente, y el cariño incondicional de una familia que la vida, con sus vueltas inesperadas, le regaló.

Powered by Froala Editor