Son amigos hace más de 40 años y realizaron una travesía en bici hasta San Juan
Miguel y Rubén unieron Funes y Astica, una localidad de la provincia de San Juan, en bicicleta. La aventura comenzó el 23 de septiembre y duró dieciséis días. Mostraron todo el viaje, con fotos, relatos y videos, en su cuenta de Instagram “Puntacho”.
Esta historia comienza hace varios años, cuando Miguel y su familia compraron un terreno en la localidad de Astica, departamento de Valle Fértil en la provincia de San Juan. Allí instalaron un emprendimiento y viajan de manera frecuente. En un principio el funense tuvo la idea de ir caminando, pero por una cuestión de tiempo decidió finalmente ir en bicicleta.
“Comentando la aventura en una reunión de amigos de ex compañeros de la escuela, se sumó Rubén y decidió acompañarme. En principio ninguno de los dos éramos ciclistas y tampoco teníamos experiencia en cicloturismo”. cuenta a InfoFunes Miguel.
La salida fue en el mes de septiembre, pero el dúo comenzó a prepararse ellos y a sus bicicletas en junio. “Preparamos las bicicletas con sus respectivas alforjas y equipamiento, hicimos algunos viajes cortos para experimentar, por ejemplo, fuimos un fin de semana hasta Andino y en otro fuimos en micro a Santa Fe y nos volvimos en bicicleta”, recuerda Miguel.
En total, Miguel y Rubén anduvieron 935 kilómetros. La dinámica fue realizar recorridos cortos, de un promedio de 70 / 80 kilómetros por día que le llevaban desde la mañana hasta la tardecita. “Lo más lindo fue el contacto con la gente de cada localidad en que pasábamos. Generalmente al mediodía parábamos a almorzar y descansábamos haciendo una siesta al lado del camino. Continuábamos hasta el destino siguiente y ahí buscábamos un lugar donde pasar la noche, nos bañábamos, cenábamos bien y nos reponíamos físicamente” resume.
Su relato es inspirador y no dudan en querer contagiar la iniciativa de emprender una aventura: “En todo el trayecto nos cruzamos con gente que nos alentaba para que lográramos nuestros sueños. Sin haber tenido experiencia previa ni ser ciclistas, fue una hazaña conseguir llegar al final sin ningún percance, ni imprevisto ni accidente ni lesión, la verdad que es una aventura maravillosa súper recomendable y que la única manera de entenderlo es viviéndolo”.
Rubén y Miguel son amigos desde preescolar, hicieron toda la primaria y secundaria juntos y éste viaje fue una manera de coronar tantos años de amistad, la preparación incluyó un logo diseñado por una amiga de ellos, y los usaron para imprimir stickers, remeras y hasta banderines. “Los stickers los fuimos dejando por los diferentes lugares que pasábamos cómo recordatorio de nuestro trayecto” cuentan.
Sobre qué fue lo más difícil de su travesía, los dos amigos de 49 años, coinciden: “Lo más difícil fue cruzar las montañas de Córdoba hacia San Luis, el recorrido era de 75 km aproximadamente y nos llevó dos noches y tres días cruzarlo. Fue la aventura más difícil y la más linda experiencia con la mayor dificultad donde prácticamente tuvimos que ir caminando al lado de nuestras bicicletas, el camino era muy pronunciado y en elevación”
“Después del esfuerzo, la satisfacción mayor fue llegar al filo en San Luis donde la vista es impresionante hacia la localidad de Merlo y todo el valle valió la pena todo el esfuerzo. A partir de ahí, la geografía nos permitió avanzar más rápido y empezar a ganar kilómetros y tiempo para cumplir con el objetivo” relatan los aventureros.
Durante sus días sobre dos ruedas y sus andanzas en cada localidad que paraban, Rubén y Miguel guardan recuerdos que de seguro atesorarán por siempre. Sin esforzarse por recordar, enseguida enumeran algunos de los momentos que los marcaron, como el incendio forestal que cortaba una ruta en San Luis; a Nelly, una señora que los alojó en su propia casa “nos recibió como si fuéramos sus hijos, nos contó toda su historia, sus anécdotas y nos preparó una cena con pastas caseras preparadas por ella misma”, o la vez que el Cura de una Capilla en Laguna les ofreció dormir en la casa Parroquial cuando supo que no encontraron hospedaje.
Recta final. El último día, cuando a los muchachos les quedaban 80 km para unir Funes con Astica, sus esposas, que acompañaron el minuto a minuto desde el momento cero, salieron desde Funes en vehículo a la misma hora que ellos y llegaron todos juntos al fin del recorrido, para vivir un emotivo reencuentro.
En cuanto a cómo va a seguir el team, los amigos y compañeros anticipan: “Seguramente vamos a seguir con esta línea de viajes en cámara lenta cómo es desplazarse en una bicicleta. La experiencia fue más que positiva, el conocer cada localidad cada pueblo y a cada persona que nos hemos cruzado eso tiene un valor incalculable que creó solo se logra haciendo un viaje lento y disfrutando cada momento”.
Toda su aventura, desde Funes hasta Astica, y las que vendrán las pueden ver y seguir en su página de Instagram: @puntacho
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