Octubre Rosa y la importancia de no quedarse quieta: "Formar parte de un equipo fue sanador"
Menos estrés, menos sedentarismo y autocuidado, claves para vivir mejor. La historia detrás del "Seven Rosa" que reúne a 250 jugadoras de todo el país.

Octubre se caracteriza por el color insignia por la prevención del cáncer de mama: el rosa. Y entre tantas actividades que se realizan en su nombre, todas tienen como fin concientizar sobre la importancia de los controles anuales y el autoexamen, incluso las deportivas, como es el Seven Rosa que se lleva a cabo este fin de semana con más de 250 jugadoras de hockey de Buenos Aires, Santa Fe y, por primera vez, de Punta del Este, en el Hipódromo de Rosario.
Una de las integrantes de la Asociación Mamis Hockey Rosario que organizó el evento es la doctora Jorgelina Herrera (@unestilodemedicina), médica magíster en diabetes, que se sumó al equipo de Caranchos en 2021, luego de ser operada de una anomalía mamaria. “Cuando termino los controles me dijeron que se debió a una gran inflamación, una fibrosis que no correspondía y debía disminuir todos los factores que me la generaban, como el sobrepeso y la obesidad, entonces ahí me uno al equipo. Fue mirar mi salud de otra manera, a reforzar el compromiso que tenemos, la empatía con el equipo”, compartió a InfoFunes la profesional que atiende en un centro médico de la ciudad y agregó: “Como equipo nos congregamos para un objetivo en común. Y nos ayuda a poder participar de una actividad como este Seven Rosa, algo que hacemos con gusto, así el devolvemos al deporte algo de lo que nos ha dado”.
Cabe resaltar que este Segundo Seven Rosa, es un evento deportivo solidario, cuya recaudación será destinada a Fahop (Fundación Argentina de Oncohematología Pediátrica), que brinda apoyo a niños y niñas con cáncer. Es más, en 2023, la organización destinó lo recaudado, unos 5 millones de pesos, a LALCEC Rosario.
No se trata de tener tiempo, sino de tener conciencia
Desde su experiencia, Herrera dio un giro importante en su pensamiento y profesión y trabaja la salud como un todo, no sólo un síntoma. “Les digo a los pacientes que es bueno tener pausas, pausas activas que nos saca del foco por un minuto. Eso te reinicia, te mejora el estado cognitivo, la memoria, hace una conexión con el otro, y está también la de necesitar un momento para generarnos conciencia”, detalló.
A su vez, resaltó la importancia de “reconocer que algo estamos sintiendo, sobre todo cuando la rutina te desborda”. “No se trata de hacer grandes cambios –continuó- sino de empezar de a poco. Y al apaciente lo angustia es que no podamos perpetrar los cambios en el tiempo”.
Y agregó: “Es importante tener pequeños momentos de pausa, de conversación con uno mismo y poder procesar lo que estamos viviendo. Siempre digo que es de valientes expresar una emoción, de mirarse adentro y, si es necesario, de que pedir ayuda, incluso auto perdonarnos cuando las cosas no salen como esperábamos. Y, hoy en día, es importantísimo, fundamental, el cuidarnos para tener una buena salud, para salir del sedentarismo. No todo se logra de un plumazo, vamos de a poco, pero elegir con quién hablar, qué comer, priorizar qué es lo que podemos hacer, subir escaleras en vez de tomar el ascensor, caminar algunas cuadras al día, bajar el consumo de alcohol, dejar el cigarrillo, tomarnos una pausa con alguna caminata tranquila, un ratito al sol, un minuto de silencio, todo eso nos redirecciona y, con el tiempo, nos hace seguir eligiendo una vida menos atareada y tóxica para nuestra salud".
Enemigo silencioso
Respecto al cáncer de mama, Herrera aseguró que las mujeres mueren en realidad por enfermedad cardiovascular y respecto a si es o no una enfermedad hereditaria, sostuvo que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo el 15% de las mujeres que son diagnosticadas de cáncer tienen a alguien su familia que lo tuvo. De allí la necesidad de prevenirlo y, si bien puede aparecer en cualquier edad, con el correr de los años puede ir aumentando el riesgo.
“Cuando no tenemos todo en eje, obviamente, eso nos hace mal, el estar todo el tiempo estresada hace que no tengamos el tiempo adecuado, que no comamos bien, que estemos tan al palo, automatizadas. No nos damos cuenta de que en algún momento del camino nos hemos perdido y está bueno que cuando nos pase algo no tengamos el pensamiento de por qué me tocó a mí, en realidad es para qué me tocó. Es para hacer un click y darme cuenta de que estoy haciendo mucho más de lo que debería”.
A su vez, advirtió: “El cáncer de mama y la diabetes se vinculan a través de la inflamación. La obesidad es la madre de todas las enfermedades inflamatorias y predispone a tener diabetes tipo 2 y forma parte incluso de los factores que predispone a una persona a tener cáncer de mama. Por eso siempre remarco la importancia de la actividad física no para bajar de peso, sino para mejorar la composición corporal, y aplicarlo en todos los órdenes de la vida, desde que subo las escaleras hasta qué elijo de comer hoy”.
Ponerse en acción
Tal detalló la doctora, el sedentarismo es una especie de bomba de tiempo que, en personas mayores de 40 años, los predispone de caídas, inestabilidad y falta de flexibilidad. Además, comienza la pérdida de masa ósea y masa muscular. Entonces, la mejor manera de revertir esta condición es la actividad física. Según la OMS, se considera sedentarismo si se realizan menos de 90 minutos semanales de actividad física. “Se recomiendan 150 minutos, o sea, caminar 30 minutos diariamente. Además, necesitamos hacer fuerza para combatir la pérdida de masa muscular, que eso es otro factor de riesgo. Entonces, deberíamos caminar, o cualquier actividad aeróbica y fuerza dos veces a la semana. Y si queremos que la actividad física sea completa, habría que agregarle flexibilidad y algo de elongación o estiramiento”, detalló Herrera.
El tratamiento, paso a paso
Tal su experiencia en el deporte, Herrera aseguró: “Formar parte de un equipo es sanador”. Y por eso enfatiza en la importancia de que, llegado el caso de necesitarse un tratamiento, éste “no será el fin del mundo, la vida no será como antes, pero así y todo se puede tener una vida plena”.
“Es fundamental que el paciente no sienta culpa por su estado de salud. Esa energía es necesaria ponerla al 100% en su tratamiento, en su presente y en su futuro. Es muy fácil y lindo decir ‘hay que comer sano’, pero es difícil de sostener, al igual que la actividad física. Pero entre tantas exigencias que tenemos, con múltiples trabajos, sin tiempo, podemos caer en la ansiedad y los cambios se logran de a poquito”, dijo la profesional y concluyó: “Cada tratamiento debe ser integral, con el especialista, la educadora, el cardiólogo, el clínico, un equipo en el cual trabajamos todos para un bien común que es el del paciente. En esas etapas la medicina del estilo de vida (pre contemplación, contemplación, puesta en acción, el mantenimiento), habla de una que es fundamental: la recaída. Cuando es así no es ni un fracaso de los profesionales ni del paciente. Esa etapa puede estar en una enfermedad crónica y hay que tomarlo como un aprendizaje. Se da nuevamente la baraja, se redirecciona y se sigue y se estudia nuevamente el plan de acción para un buen mantenimiento. No hay que olvidar que hay personas con historia detrás de los glucómetros y del tensiómetro. El paciente es un todo, en sus proyectos, en su profesión, es la red de contención que tiene y hay que trabajar cada parte”.
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