Salud emocional, fundamental en los tiempos que corren: especialista brindará un seminario gratuito en Funes
El Lic. Daniel Wengrovsky se presentará en el Auditorio Municipal y dará a conocer hábitos saludables para un buena “higiene mental”.

Este miércoles, jueves y viernes, a las 19.30, se llevará a cabo un seminario gratuito en el Auditorio Municipal (Pedro A. Ríos al 1500) sobre “Salud emocional en tiempos complicados”. Lo dictará el licenciado Daniel Wengrovsky, quien desde hace 25 años trabaja en el Centro de Vida Sana de Puiggari con temas referidos a la salud emocional, recorriendo el país con sus charlas y trabajando en pos de “una limpieza mental”, que permita tener “buenos pensamiento, gratitud y resiliencia” y dejar de lado la queja constante y el egoísmo. Sin espejitos de colores, sino con un cambio real de hábitos que ayude a tener una vida más tranquila, dentro de las posibilidades de cada persona.
“Los vientos de hoy no ayudan a que la gente sea mas feliz y sana en su mente”, resumió el licenciado en diálogo con InfoFunes sobre las charlas organizadas por el Espacio Vida Sana en Funes (@espaciovidasanafunes). Cabe señalar que la actividad se brinda en el marco del mes dedicado a la salud mental y, sobre todo, como prevención al suicidio.
Salir de la queja constante
“Empecé con temáticas de estrés y hoy estamos hablando de lo mismo, pero más dirigida a la mente y sus múltiples necesidades: emocionales, mentales, espirituales, relacionales. La verdad es que no somos tan sencillos, pero la vida es simple y nuestra mente muy compleja. Por eso buscamos ayudar mediante estas charlas que cada uno pueda, desde su lugar, simplificar más la cabeza para disfrutar de la vida”, compartió.
Y confió: “Yo hablo a corazón abierto, no vengo con nada resuelto y estamos todos juntos en el mismo proceso. Todos queremos vivir mejor, salvo los que se victimizan, esos que no se atreven a romper el guión y armar una película diferente a la que les tocó vivir. Pero sé que la mayoría de la gente viene a las charlas buscando herramientas. Acá no hay nada mágico, todos tenemos con qué salir adelante, sólo que es como una caja de herramientas que teníamos guardada, oxidada en un rincón y, al abrirla, nos enteramos de todo lo que podemos hacer con ella, con piezas que ni recordábamos que teníamos”.
Wengrovsky resaltó también que si bien es una temática que preocupa desde hace décadas, fue durante y luego de la pandemia del covid-19 que “a la gente le cayó la ficha de lo importante que es la salud mental”. Y no sólo se refirió a casos más agudos en los que se pueda hablar de depresión, y/o bien se necesite ayuda profesional o hasta incluso medicación, sino que fue a lo más simple de ello: “El autocuidado es autocuidado, no se puede tercerizar, nadie lo puede hacer por mi. Ojalá alguien pudiera limpiarme la mugre con una hidrolavadora, sacarme todos los recuerdos y pensamientos negativos, tristezas que tengo, problemas que con el tiempo se fueron oscureciendo aún más. Pero no se puede, sólo está en mí buscar la manera de alivianar mi viaje y sentirme feliz”.
Y agregó: “Pero acá no hablo de hacer de cuenta que no pasó nada y seguir adelante. Es revisar, pensar y analizar si realmente es todo tan grave, tan oscuro y si nosotros en realidad debemos cargar con eso a todos lados”.
Asimismo, recomendó “hablar con alguien de confianza, que nos quiera bien, nos tenga cerca”. “Es bueno siempre hablar con alguien de lo que nos pasa, sentirnos escuchados y acompañados. Sin necesidad que el otro nos de una solución, sólo el saber que no estamos solos”, dijo y lamentó: “Muchos se guardan sus sentimientos y preocupaciones, dicen que el tiempo cura. Pero en realidad el tiempo pudre lo que dejamos debajo de la alfombra. O lo que es igual de malo, en un punto explotamos y todo ese dolor se transforma en ira, en violencia, y los que la reciben terminan siendo los de nuestro círculo más cercano”.
Jóvenes y redes sociales: cóctel peligroso
En cuanto a estadísticas, Daniel Wengrovsky informó que muchos de los casos críticos de salud mental están entre la gente joven, menores de 30, incluso menores de 25 años. “Muchos han padecido o padecen trastornos de ansiedad, ataques de pánico y hasta pensamiento o conductas suicidógenas, lo cual es muy preocupante. Y duele saber de esto porque ellos y ellas tienen toda la vida por delante. Entonces es necesario saber, sobre todo que ellos sepan, se pregunten, qué les pasó, qué se rompió, qué es eso tan doliente frente a la vida que la única forma de calmar ese dolor es terminando con su propia vida”.
Es más, remarcó que hoy “las redes sociales privatizaron el dolor, no existe, queda guardado”. “Y si lo comunicás en tu cuenta –continuó-, por más que tengas tres mil seguidores, a ninguno de esos les importa. Esa es una comunicación falsa, no existe. Mejor juntate en la vereda a tomar unos mates con algún amigo, y llora o reite junto a él, pero juntos, cara a cara. Capaz que el problema que tenes no se resuelve entre esos mates, pero la sensación de haberlo compartido es muy gratificante”.
En medio de sus sugerencias, Wengrovsky tomó aire y puso un tono firme en su voz: “Eso si, no todo es culpa de los chicos. Acá hay una generación que hoy se le llama ‘de cristal’ que fue y es criada por padres y/o madres todo el día ocupados, pendientes del teléfono, y poco comprometidos con sus hijos. Entonces los pibes quedan a la deriva y buscan refugio en esa ‘compañía’, aunque ficticia, en las redes sociales”.
“Ya lo decía Miguel Cantilo: los chicos son detonantes de lo que pasa en casa”, tarareó en referencia a la canción “Demian” lanzada por el cantautor argentino en 1978.
“La tecnología logró mostrar mucho más claramente los mundos, los que fuimos criados a mundos analógicos y nos adaptamos al mundo digital no somos nacidos y criados, no es solo tener redes, apretar un botón y hablar por Whatsapp, la cabeza digital de la gente que nació en esta era percibe realidad y la afronta de una manera muy distinta a nosotros que conocimos y aprendimos otros modos y fuimos formateados en otro mundo”, sentenció, no sin antes advertir: “Tengan cuidado que el algoritmo nos está reconfigurando el pensamiento y eso no es gratuito. Porque el ser humano es comunicación pura, y aquello que altere esa comunicación, altera la humanidad toda”.
Paz mental no es ausencia de problemas
“La paz mental no es ausencia de problemas, es la capacidad de saber con qué enfrentarlos, por eso estoy tranquilo”, dijo quien a pesar de haberse jubilado hace unos años, sigue recorriendo las ciudades del país con sus mensajes y enseñanzas de bienestar.
Es así como explicó una diferencia muy confusa en la actualidad: la resiliencia con el conformismo: “El conformista es quien se resigna. Si escupen, él agradece que llueve (risas). La resignación es una actitud pasiva, sin intenciones de moverse. En tanto, la resistencia es como dice otra canción, ‘soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie’. Hay tormenta, no puedo volar ahora porque me hago polvo contra una columna. Entonces guardo mis alas, espero, y cuando pase la tormenta ahí vuelvo a volar. La resiliencia tiene que ver con esa resistencia, pero también con la construcción de la serenidad mental, con ganas de proyectarme, de reiniciarme”.
Por último, consultado sobre qué lo motiva a seguir recorriendo salas y escuelas a pesar de ya haberse jubilado, el licenciado confió: “Me siento útil. Verle el brillo a la gente en su mirada cuando les cae la ficha de cómo pueden cambiar, mejorar su día a día, con cuestiones tan simples, es hermoso. Me emociona y me hace feliz”.
“Muchos olvidaron que estamos en este mundo para servir al otro. Ya cuando dejamos de mirarlo a los ojos, cuando no nos importa qué le pasa a quien tenemos al lado, cuando vamos por el ‘sálvese quién pueda’, estamos en cualquiera”, mencionó y agregó: “Vivimos en una época donde todos opinan de todo y donde prima el individualismo. Ya lo decía mi abuela, no existe egoísta feliz”, concluyó.
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