Menos invitados, menos gastos: por los costos, empresas de Funes ajustan sus fiestas y despedidas de año
Las compañías consultan sobre paquetes cerrados para sus fiestas corporativas, reducen invitados y producción, y prefieren eficiencia y accesibilidad.
En los salones de Funes y la zona el panorama para eventos corporativos de fin de año refleja una marcada cautela. De acuerdo con lo indicado por Cámara de Eventos y Afines de la Provincia de Santa Fe (CEASF), todo el rubro de festejos está respondiendo ante un contexto económico que obliga a redimensionar celebraciones y priorizar fórmulas más prácticas.
Según su presidente, Iván Hawryluk, “como todos los rubros del país, hay una merma en los festejos de fin de año”. Las empresas plantean consultas más cuidadas, se recortan cantidades de invitados, la producción se ajusta (menos artistas, horarios reducidos) y se apuesta por “productos con todo incluido y a bajo costo para paliar la situación”.
Este escenario se canaliza en una clara tendencia: adquirir un solo servicio integral a cargo de un salón o proveedor principal, en lugar de contratar múltiples ítems por separado. Así, el organizador evita multiplicar presupuestos y predetermina un monto cerrado. El objetivo detrás de esta estrategia se resume en permitir que las compañías puedan celebrar sin que el evento se transforme en un gasto difícil de sustentar.
“Las empresas hacen sus consultas como cada año, pero con un pedido más riguroso de costos unitarios por servicio, para identificar qué cosas pueden y qué cosas no pagar en función de sus presupuestos”, explicó Hawryluk consultado por InfoFunes. En otras palabras: se fragmenta el gasto para visualizar dónde es posible recortar. Menos invitados implica menores costos de catering, menos gastos en ambientación, quizá menos tiempo de salón o menos horas de música. La producción audiovisual, los artistas y los shows, también se ajustan.
A su vez, desde CEASF concluyeron que se observa “con buenos ojos” una futura reorganización del sector hacia formas de contratación con mayor estabilidad financiera: ofrecer financiamiento, mejores condiciones de pago, precios sostenibles en el tiempo. Esa posibilidad ampliaría el acceso para empresas con presupuestos reducidos y, al mismo tiempo, podría revitalizar el calendario de fin de año entre compañías.
Por su parte, el event planner local Gonzalo D’Stefano aportó una mirada complementaria al fenómeno, que pone foco en la ciudad de Funes como escenario estratégico para este tipo de eventos. D’Stefano sostiene que “las empresas están haciendo eventos, lo que pasa es que gastan un poquito menos en el living, un poquito menos en la comida. Se hace, pero más low cost”. Y añadió: “En el caso del segmento corporativo, la comodidad es un factor decisivo. Muchos empresarios residen en Funes o en sus alrededores, por lo que optar por un evento en la ciudad representa una elección lógica”.
Sumado a eso, el acceso a salones con buena técnica, accesos cómodos, estacionamiento y un entorno más distendido, refuerza la preferencia por Funes para fiestas de fin de año, capacitaciones o lanzamientos de productos.
El escenario que se dibuja es, entonces, doble: por un lado una contracción en términos de escala y gasto, por otro una adaptación hacia modelos que siguen permitiendo el encuentro empresarial, pero con menos despliegue que en otros años. Los organizadores de eventos anticipan que la demanda no desaparecerá. Las empresas van a celebrar, pero lo harán con otra impronta.
Con ese telón de fondo, queda claro que la industria de eventos en Funes y en Rosario están transitando hacia un nuevo modelo, menos es más, eficiencia sobre espectacularidad, y sobre todo, que cada evento sea viable desde lo financiero y funcional.
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