Según un informe proporcionado por el Comando Espacial de Estados Unidos, los desechos de la nave espacial caerán durante la próxima semana -posiblemente el 1° de agosto- entre las latitudes 41° Norte y 41° Sur. Esto quiere decir que es posible que caigan en alguna zona de la Argentina.
El objeto de 20 toneladas se desintegrará al tocar la atmósfera terrestre aunque los fragmentos se dispersarán en un área no determinada, por ahora.
Los especialistas señalan que podrá saberse con exactitud el lugar del impacto una hora después que suceda el reingreso del cohete en el espacio terrestre.
Santa Fe, posible lugar de impacto
Otros especialistas auguran que el cohete caiga el sábado 30 de julio a las 21.24 (hora argentina), sin embargo advierten que el margen de error es de 16 horas antes o 16 horas después. De caer un poco antes de lo previsto, Santa Fe es una de las provincias en las que podrían impactar sus partes.
"Si el cohete cae a las 21.24 horas, como está previsto, caerá sobre Irak, en el norte de la península arábica. Pero como el margen de error es de 16 horas antes o después, puede caer entre el sábado 30 a las 5.20 de la mañana, o el domingo 31 a las 13.24 horas", dijo el experto argentino en vuelos espaciales, Diego Córdova, al sitio Aire.
En este sentido, advirtió que si las partes del cohete caen antes de las 21.24 horas del sábado 30, es decir, a las 19 o 20 horas, "nos van a caer a nosotros", en relación a la provincia de Santa Fe.
El experto aclaró que la posibilidad sigue siendo mínima, pero real. "Tenemos que tener en cuenta que la Tierra tiene un 70% de agua, lo que achica la posibilidad, además hay muchos lugares desérticos, por lo que la posibilidad de que caiga en la cabeza de alguien es mínima", dijo Córdova.
La palabra de los especialistas y la respuesta de China
Numerosos especialistas vienen denunciando que la acumulación de desechos espaciales hacen que el riesgo de que caigan sobre la tierra e impacten en alguna zona poblada crezca día a día. Un riesgo evitable ya que es posible provocar "reingresos" controlados.
Desde China rechazan las acusaciones que se les realizan desde Occidente, al señalar que "exageran los temores" y acusan a los científicos de la NASA de actuar "en contra de su conciencia", a causa de presiones políticas.