La lluvia apaga el horno por la mañana, pero a la tarde se enciende de vuelta

No es fácil la vida inmersa en una ola de calor. Mientras buscamos acostumbrarnos a la situación para que el calor ya no sea una molestia, nos aferramos a cualquier cosa que haga más vivible el día: rezar por que haya nubes, o implorar porque aparezcan las lluvias.

Pero claro, las lluvias solo están bajando la temperatura por un rato. Al poco tiempo volvemos a ese clima abrasador que nos hace sentir como babosas arrastrándonos por el asfalto caliente. Bueno, perdón por la metáfora, pero eso es lo que va a suceder hoy.

Las lluvias y tormentas van a traer alivio por la mañana, colocando la temperatura por debajo de los 26°. Solo será un engaña pichanga porque en cuanto empecemos a decir “gracias a Dios bajó la temperatura” vamos a empezar a sentir ese tufo que en unas horas nos a hacer blasfemar. No se sabe si serán 32, 33 o 34 grados, pero por ahí va a rondar. Así que, sálvese quien pueda.

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