La joya inmobiliaria de los US$4 millones, el botín de los 6 mil votos y un desembarco médico en Funes
Una casona de un siglo de historia revoluciona el mercado inmobiliario. Además, riesgos y objetivos de cada candidato; y llega un tanque de la medicina.
Una casona histórica, que está cerca de llegar al siglo de vida, revoluciona el mercado inmobiliario de Funes por su exorbitante precio de cuatro millones de dólares y expone los límites económicos del negocio de los desarrolladores. Además, un avance clave en la obra que necesita el Aeropuerto; la política afina estrategias en la guerra por los seis mil votos vacantes; y una conocida firma médica de Rosario aterriza en la ciudad en un exclusivo complejo top.
Pase, siéntese, lea y tome Un Café por Funes:
La joya inmobiliaria de los cuatro millones
El mundo de los negocios de Funes tiene una nueva joyita entre ceja y ceja, aunque su concreción no es sencilla. Hace ya algunos meses que la familia dueña de la casona ubicada en Yrigoyen y Ruta 9, en diagonal a la plaza San José, decidió ponerla en venta. Se trata de una de las esquinas más atractivas de la ciudad, no solo por el flujo de automóviles y personas que tiene a cada hora, sino por el tamaño del terreno: ocupa casi toda la manzana, con salida a las calles Yrigoyen, Ruta 9, Moreno y Sargento Cabral.
Se trata de una propiedad que tiene casi un siglo de historia. Fue mandada a construir por las familias López y Arichuloaga en 1930. Comenzó siendo una quinta utilizada únicamente durante la temporada de verano, y años después, logró robarse la atención de todos los funenses que pasan por la zona por su imponente construcción y extenso terreno. La casa principal es un chalet de estilo colonial español, con techos de tejas, balcones, galerías con arcos al frente y un predio inmenso lleno de vegetación, con diferentes especies.
El problema con este tipo de predios en el centro de la ciudad es que cualquier desarrollo inmobiliario o comercial que se piense para ocupar todo el terreno requiere de una inversión altísima, más aún con un dólar planchado que hace que el costo de construcción por metro cuadrado esté en sus máximos históricos. Es un caso similar al del Obrador, cuya venta la Muni licitó pero, a pesar de existir interesados, terminó sin ofertas.
De hecho, el precio del Obrador y de la propiedad de Yrigoyen y Ruta 9 es el mismo: US$ 500 el metro cuadrado. La casona histórica está emplazada en un terreno de casi 8500 metros cuadrados, por lo que su valor supera los US$4.2 millones. Si bien hay rumores de un proyecto que busca aterrizar con construcción de oficinas, cocheras y locales comerciales, no pasa de ser un rumor. Es más, quiénes están a cargo de la comercialización ya comenzaron los sondeos para intentar una subdivisión del terreno y que sea más fácil seducir potenciales inversores.
No más aterrizajes movidos
Esta semana, más precisamente el jueves, será el acto de apertura de sobres de las ofertas en el marco de la licitación por la obra del Aeropuerto. Se trata de una inversión de $41,6 mil millones que compartirán en partes iguales el gobierno nacional y el gobierno de Santa Fe, que requerirá que el Aeropuerto esté cerrado unos cien días, desde mediados de septiembre hasta mediados de diciembre de este 2025, como informó InfoFunes. Un dato paradójico: el acto será en Aeroparque, en Buenos Aires.
Según informó el sitio Rosario Vuela, el cierre es extenso porque se decidió hacer de manera contínua los trabajos, aunque se venían planeando en tres etapas. En la primera, la repavimentación se concentraría en el extremo norte de la pista, junto con la instalación del sistema de balizamiento, por lo que se iban a poder usar los dos mil metros de pista al sur. Luego, justamente, sería el turno del sector sur, dejando activo el extremo norte de la pista. Finalmente, la última etapa corresponde a la zona media de la pista y es la que requería, desde un principio, el cierre de la pista.
El botín de los 6 mil votos
A casi un mes de las elecciones primarias, en los bunkers de los espacios políticos de la ciudad ya se comenzaron a cranear las estrategias para asegurarse al menos una de las tres bancas en juego en los comicios generales del 29 de junio. Al final del camino hay un botín al que todos miran con deseo e ilusión: los más de seis mil votos de los funenses que eligieron en las primarias a candidatos que perdieron sus internas o que no superaron el piso mínimo.
El análisis que hacen todos los laboratorios es el mismo: en una elección de bajísima participación, si esa gente se acercó a votar hará lo mismo en la próxima oportunidad pero el candidato o candidata que eligió la última vez no estará en la boleta. Hay un elemento más, de carácter incierto: ¿Habrá crecimiento en el nivel de participación?¿De cuánto? En la última elección, 19.782 funenses votaron de los 32.948 habilitados. Si hay aumento en la participación, ¿cómo se compone políticamente esa masa de nuevos votantes?
El objetivo más cercano para cada candidato o candidata es contener los votos de sus derrotados rivales de interna. Martín Papini, secretario de gobierno y postulante más votado en las primarias, tiene como desafío que los 1286 votos de Juan Héctor Miguez y los 481 de Marcelo Diez. Tiene dos obstáculos de dificultad impredecible: el conflicto que mantiene el oficialismo contra Miguez y la ascendente figura de Victoria San Juan, la candidata peronista que optó por jugar por afuera y cuenta con el apoyo de la figura ganadora del justicialismo santafesino, Juan Monteverde.
De hecho, San Juan también tiene perspectivas de crecimiento. Fue la sorpresa de la elección al sacar 773 votos en su primera experiencia como candidata. Contó con el claro apoyo de Monteverde, que cosechó en la ciudad 2200 sufragios. Es decir, existen más de 1400 funenses que eligieron a Monteverde y no a su candidata funense en las PASO. Una presunción bastante verosímil es que se trata de quienes votaron a Miguez o a Diez. ¿Qué harán, entonces, en la elección general? ¿Optarán por Papini o por San Juan?
En el universo no peronista, el desafío más difícil lo tiene Juan Ignacio Rímini. No solo porque es el ganador de la interna más atomizada -eran cinco candidatos en total- en la que asomaron dos figuras con más de mil votos -Luis Dolce con 1460 y Luciano Montero con 1075-, sino porque compite por el electorado no justicialista contra La Libertad Avanza, marca ascendente y nueva. Tiene algo a favor: es el candidato de Maximiliano Pullaro, el gobernador con mejor imagen en mucho tiempo, cuya participación en la campaña se descuenta.
Justamente, Jerónimo Gianello pareciera ser el que más tiene para ganar. El voto de La Libertad Avanza suele ser un voto duro en sus convicciones, por lo que Gianello no tendría que tener problemas en contener los 1215 sufragios que cosechó Marcelo Ponzio. Sin embargo, no goza de ausencia de riesgos: el espacio de Amalia Granata en Funes, que tendrá a Mario Gigena como candidato, puede significar un factor que se quede con votos clave, no solo por su discurso libertario sino también por la presencia de una figura taquillera como la mediática diputada.
Un gigante médico llega a Funes
El que pareciera concretarse es el anunciado desembarco de un conocido hospital privado rosarino en Funes. Se trata de una firma que viene en expansión desde que tiene una nueva gestión que revitalizó su desarrollo. En nuestra ciudad, el hospital viene de trabajar en conjunto con un complejo de consultorios y buscaba llegar a Av. Illia o Av. Fuerza Aérea, nuevo eje de los negocios funenses. El lugar elegido sería Kichy, el exclusivo complejo ubicado en San Nicolás y Av. Illia, y todo apunta a que la firma médica interesada es el Hospital Italiano.
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