Domingo, 29 de Junio 2025
Sábado, 28 de Junio del 2025

Elecciones en Funes: una campaña errática, la sorpresa electoral, un desafío y dos errores no forzados

Un Café preparó un especial electoral con lo que hay que saber para leer los resultados electorales e identificar a los ganadores y perdedores en las urnas.

El domingo electoral impone una pausa a la dinámica habitual de Un Café por Funes. En la próxima entrega desarrollaremos, por ejemplo, los motivos del cambio solicitado en la plusvalía que debe abonar un condominio top que se construirá en el este de Funes o la excepción normativa que pidió uno de los barrios cerrados más importantes de la ciudad. Hoy, la columna que ya es un clásico trae un manual para entender qué pasó durante la campaña y cómo identificar ganadores y perdedores cuando se cuenten los votos. 


En estas elecciones, en Funes se ponen en juego tres bancas de edil, la mitad del Concejo Municipal. Martín Papini, el candidato de Roly Santacroce, es el favorito. Lo es a pesar de una campaña errática y del surgimiento de Victoria San Juan, la sorpresa que le disputa el voto peronista. Del otro lado, Unidos para Cambiar Santa Fe confía en Juan Ignacio Rímini para contener los votos y evitar fugas a La Libertad Avanza, que con un debutante Jerónimo Gianello -y dos errores no forzados a cuesta- se encamina a obtener la primera banca de su historia en Funes.


Pase, siéntese, lea y tómese Un Café por Funes -edición electoral-: 


Una campaña errática


El oficialismo que lidera Roly Santacroce llega a esta elección como el favorito. No solo Martín Papini fue el candidato más votado de las PASO, sino también que el frente Más para Santa Fe que integra fue el que más votos cosechó. Si el secretario de gobierno logra contener a aquellos votantes que eligieron a Juan Héctor Miguez y a Marcelo Diez en las primarias, seguramente sea el ganador y oscile entre los 6500 y los 7000 votos, el promedio de las últimas elecciones del oficialismo sin Santacroce en la boleta como candidato. 


Dentro de la Municipalidad no menguaron las voces que auguran un triunfo arrollador de Papini que le permita quedarse con dos bancas. Para eso, necesitan duplicar en votos al tercero. En ese caso, obtendría otro mandato Adriana Arce. Es un escenario posible, pero de probabilidad mediana tirando a baja. “Estamos a seiscientos votos de lograrlo”, repiten los más optimistas del oficialismo.


A pesar de ese favoritismo, la campaña de Papini tuvo claroscuros. Pareció arrancar tarde -lo contamos en entregas anteriores de Un Café- y tuvo, más que nada al principio, una estrategia errática. Al secretario de gobierno lo sorprendió una ascendente Victoria San Juan, nueva habitante del espectro peronista, que con sus planteos y sus características -una cara femenina nueva y con formación- tomó desprevenido al oficialismo. 


Esa incomodidad se vio expuesta en un programa de televisión que enfrentó a ambos candidatos y del que Papini salió herido frente a una San Juan que demostró sus dotes como política. Fue una señal de alarma que su comando de campaña supo atender: luego de ese episodio, activaron un fuerte despliegue de cartelería en toda la ciudad con un slogan sencillo pero efectivo: “El candidato de Roly”. El alcalde también sumó actividades, fotos y declaraciones para apuntalar a su candidato. 


Por eso, con el cambio de estrategia ya en marcha, fue aún más incomprensible la tesitura adoptada por Papini en el debate organizado por InfoFunes. El secretario de Gobierno eligió a San Juan como rival en cada bloque de discusión, y la atacó señalando su cercanía con Juan Monteverde, a quien emparentó con la izquierda más radical y dijo que amenazaba las inversiones en Funes. Paradójico: es la misma línea discursiva que eligió Juan Pedro Aleart, candidato de La Libertad Avanza en Rosario.




La conducta de Papini en el debate tuvo un defecto de forma, que fue poner el foco en una candidata debutante, de gran desconocimiento, con un discurso que le disputa la misma porción del electorado. También tuvo un defecto de fondo: los argumentos utilizados, muy duros con el espacio que lidera Monteverde -candidato en Rosario por la misma alianza que Papini en Funes- pueden alejar al secretario de Gobierno de ese universo de votantes. Vale recordar: el concejal de Rosario, como candidato a convencional, sacó 2200 votos en Funes. 


Son decisiones cuestionables cuyo impacto en el electorado, en el marco de una campaña de bajo voltaje, es dudoso. Si un porcentaje nada despreciable de los funenses a duras penas sabe qué se vota este domingo, menos que menos les influye en su decisión lo que los candidatos hicieron o dejaron de hacer en la campaña. Es ese desinterés en el electorado -y, obviamente, la confianza que Santacroce le dispensa- lo que sostiene a Papini como favorito este domingo.


La novedad electoral


En el abanico peronista de la oferta electoral, la que presentó cartas credenciales fue Victoria San Juan. La candidata del frente Sin Miedo hizo su debut electoral y dio la sorpresa al clasificarse a las elecciones generales. Única mujer, abogada, con un discurso que hizo foco en la deficiente prestación de servicios públicos como agua potable, luz o gas natural en la ciudad y una búsqueda de mostrarse como una figura de a pie nueva en la política, fue la candidata que más capitalizó la campaña electoral y se destacó en las instancias de debate que se organizaron. 


Lo importante es transformar ese buen clima construido en votos. En ese sentido, San Juan corre de atrás y su vara es distinta: es muy probable que no llegue a obtener una de las tres bancas en juego, pero su verdadero objetivo es instalarse en el escenario político y que su nombre sea cada vez más conocido. Así las cosas, apunta a los 2200 votos de Monteverde en Funes, un botín nada menor. Cuanto más cerca esté su cosecha del domingo de ese número, más exitosa habrá sido su campaña.


A futuro, se le plantea un desafío. El electorado funense no se caracteriza por volcarse mayoritariamente a opciones de centroizquierda. Y si no, que lo diga Mauro Miguez, dueño de esa agenda durante años que en 2023 quedó afuera del Concejo. San Juan deberá encontrar la forma de romper ese techo y convocar a algo más para tener el legítimo derecho de aspirar a una banca en el Concejo y construir un proyecto de poder en Funes. Por lo pronto, su debut -salga como salga este domingo- fue auspicioso y prometedor.




El desafío opositor


Para Juan Ignacio Rímini, la elección plantea un escenario que es alentador y un desafío a la vez. La fuerza que representa, Unidos para Cambiar Santa Fe, fue la segunda más votada de la ciudad en las PASO con 5400 votos. Si repite la cosecha, no sólo renovará su banca sino que reafirmará su rol de principal opositor a Santacroce. Sin embargo, ganó su interna con la mitad de esos votos, mientras que la otra mitad se la repartieron entre cuatro candidatos. Allí radica el desafío: contener todos los sufragios de sus rivales de interna y evitar que se fuguen a La Libertad Avanza


Para eso, Rímini buscó trabajar su identidad con Maximiliano Pullaro. Sin embargo, aunque desplegó su cartelería en las calles temprano en la campaña, el poco clima electoral que sobrevoló la ciudad lo llevó a eludir las acciones fuertes de campaña, especialmente aquellas que buscaron disputar la agenda libertaria. Solo su propuesta de autorizar Uber en Funes se destacó en ese sentido. En el debate, además, le sumó una crítica a la alta presión tributaria municipal. Sin embargo, no utilizó la oportunidad para cruzar fuerte a Gianello, el postulante libertario.


En su comando de campaña manejan una hipótesis que los ilusiona: habrá una baja participación electoral y los que no irán a votar son, en su mayoría, votantes libertarios. Si Unidos mantiene el caudal de votos que tuvo en las PASO, repetiría la cosecha de 2023 -cuando La Libertad Avanza no estuvo en la oferta electoral- y habilitaría dos conclusiones: una es que su piso electoral está en alrededor de los 5500 sufragios, y la otra es que las candidaturas libertarias atrajeron votantes de terceras fuerzas e incluso del peronismo, pero casi no menguaron al oficialismo provincial.




Dos errores no forzados


Debutantes absolutos en la arena electoral funense, la estrategia de La Libertad Avanza fue clara: no cometer errores. Compenetrado en ese objetivo, el candidato libertario Jerónimo Gianello mantuvo un perfil bajísimo durante gran parte de la campaña y solo trabajó en reforzar su identidad con el gobierno nacional: carteles con Javier Milei fotos con Karina Milei Patricia Bullrich. Aunque sencillas y sobrias, tan solo esas movidas alcanzan para seducir a parte del electorado de Unidos y abrir la puerta a una migración.


No todo marchó acorde al plan. Lógico en un candidato debutante como lo es, Gianello cometió dos errores no forzados que pueden impactar en su performance. Ambos se volvieron virales: primero, dijo que el boleto de colectivo costaba $250 cuando cuesta $2100 en un video que circuló por redes. Luego, en el debate, los nervios le jugaron una mala pasada y se quedó en blanco mientras hablaba, acusando que se le había inflamado “un ganglio”. El video circuló por todos los celulares funenses y llegó hasta a medios porteños


El affaire ganglio empañó un rendimiento aceptable de Gianello en el debate. Con mucho para perder dada su inexperiencia, el candidato supo eludir bien a sus rivales y no desentonar. Su estrategia quedó reflejada allí también: casi no participó de los bloques de intercambio. Una campaña tan tranquila no impidió que, además de tener una banca casi asegurada, sea un firme candidato a la victoria, apalancado en la buena imagen que tiene el Presidente en el electorado funense.



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