Lunes, 30 de Septiembre 2024
Domingo, 18 de Octubre del 2020

Con la ayuda de mamá: aburridos de la cuarentena, venden pochoclo en el barrio

Con el objetivo de dispersar la mente y entretener a los más chicos, una familia que vive en un condominio de Funes hizo pochoclos para regalar a todos los niños del barrio.

Todo comenzó con tres niños. Felipe de 8 años, Juliana de 9 y Celeste de 6. Ellos viven en un condominio ubicado en el barrio Los Morros y para hacer algo diferente se les ocurrió hacer y regalar pochoclos a los demás niños del condominio.  El éxito de su movida hizo que se les ocurriera hacer pochoclos para vender. Les contaron a todos los vecinos y casi de inmediato comenzaron a recibir pedidos para los mates del día domingo.

Llegó el día y para ofrecer a sus clientes el mejor producto agregaron a los pochoclos colorante alimenticio rosa, y con la ayuda de la mamá de Felipe, Betiana, salieron a repartir sus pedidos. Siempre respetando la distancia y uso del barbijo.

Según dijo Betiana, luego de entregar todo Felipe, Juliana y Celeste decidieron tomar un descanso y jugar un poco, ya que “consideraron que habían trabajado lo suficiente”. El día del reparto Betiana subió a su cuenta personal de Instagram lo que los chicos hicieron, y de inmediato fueron muchísimos los mensajes que llegaron para realizar pedidos.

“Les dije a los chicos que llegaban pedidos de todos lados y les pregunté si querían hacer para el finde próximo. Los tres dijeron que sí con caras asombradas y felices. Las familias hicieron los pedidos a mi teléfono particular, y la gran mayoría de amigos por Instagram”, contó la mamá de Felipe.

Al siguiente fin de semana, Felipe, Juliana y Celeste, luego del almuerzo pusieron su emprendimiento en marcha, ellos tres hicieron todo, aunque con un poquito de ayuda. Para repartir los pedidos, pensaron tres envases diferentes con distintos precios según la cantidad de pochoclos que venían dentro. Estos se dividieron en: bandeja, vaso y bolsa, “Fue un gran esfuerzo para ellos acordarse de los tres precios diferentes” afirmó Betiana.

El emprendimiento se volvió tan serio que hasta armaron un billetera exclusiva para la “tienda”. “En cada entrega la gente preguntaba ¿cuánto les debo? Y ellos contestaron siempre acorde, incluso tuvieron que dar cambio, con lo cual sin querer tuvieron que sumar, restar y al fin del día dividir las ganancias entre los tres. Por lo que adquirieron cada día una clase de matemáticas camuflada, no sólo se divierten sino que también aprenden”, contó entre risas Betiana.

Las mamás de los niños afirman que ellos lo toman como un juego, que no cargan con la responsabilidad de un emprendimiento ya que todavía son chicos, pero les gusta la idea del aprendizaje: que sepan que si se comprometen con algo tienen que cumplirlo, y que aprendan a realizar bien las cuentas y ser prolijos a la hora de manejar dinero.

“En el caso de Felipe, lo entusiasma mucho saber que con la ganancias va a comprarse, cuando pueda las entradas a los parques de Disney, así que la idea de él es comprarse dólares. Cosa que en este país cuesta mucho”, explicó Betiana.


La cuarentena con los niños

“Yo creo que esto es algo que se dio por la circunstancia en la que vivimos. La cuarentena que se alargó por meses y los chicos que no salen desde marzo. Los papás ya no sabemos qué más inventar para tenerlos entretenidos, porque hasta a veces la tecnología los aburre. Cuando vi que con una cosa tan simple estuvieron el fin de semana entero haciendo cosas, yendo y viniendo, pensando cómo venderlos, a quién y cómo, me puse en campaña para ayudarlos a hacer todo”, relató la mamá de Felipe.

La venta de pochoclos se volvió un clásico de los fines de semana para estas familias. Los viernes toman todos los pedidos para el día sábado y domingo, y luego del almuerzo del fin de semana, Felipe, Juliana y Celeste cocinan los Pochoclos para sus clientes. Hay fines de semana que casi no les alcanza la tarde para cocinar, ya que les gusta “entregarlos fresquitos porque son mucho más ricos”.

Los días domingo no sólo se quedan con los pedidos que les encargaron sino que además salen de recorrida por el barrio a ofrecer a los vecinos.


Emprender desde niños 

Repartir y vender pochoclos es muy importante para Feli, Juli y Cele. Muchos amigos del barrio les compraron y eso los hizo sentir muy satisfechos por lo que hacían Están entusiasmados por armar los pedidos y salir un ratito cada fin de semana, aprenden a ser equitativos y a repartir las ganancias en partes iguales, aprenden a ahorrar y cada uno ya cuenta con planes para ese dinero. 

 “A cualquier niño o padre les diría que si pueden hacer algo diferente lo hagan. Masitas caseras, tortas, jugos o lo que sea; más allá del dinero que puedan ganar, los distrae de lo cotidiano, despejan su mente y se ocupan de hacer cosas lindas para otros. Creo que la salud mental es fundamental en la situación que todos estamos viviendo”, concluyó la mamá de Feli.

Powered by Froala Editor

Powered by Froala Editor