Cocoon, el proyecto educativo de cuatro socias que cruzaron sus saberes con filosofía Montessori

El nuevo colegio funense Cocoon trae este 2023 una propuesta educativa para nivel inicial y primaria distinta a las que hay en la ciudad y la primera “con una aplicación fiel al método de María Montessori”, avalada ministerialmente y con un seguimiento cercano de la fundación internacional que certifica a sus formadores en la aplicación de un método pedagógico que busca “acompañar al niño en su desarrollo y potenciar así su propio conocimiento del mundo”. En marzo la casona de Ruta 9 y Guiraldes recibirá a sus primeros alumnos en un ambiente “ideal para un proyecto”, con espacios sumamente luminosos y cálidos, y un entorno verde emplazado en un predio de 5 mil M2 sumamente arbolado.

Detrás del proyecto está la historia de cuatro mujeres que cruzaron sus saberes profesionales y personales para concretar un “lugar donde se aplique tal cual es el método y responda al legado montessoriano, que no sea simplemente una cuestión de moda”, tal como explicaron en una charla con InfoFunes. Fue así como se gestó una propuesta pedagógica atravesada por una misma filosofía y caracterizada por la multidisciplina de sus socias, del mundo de la psicopedagogía, la docencia, el trabajo social y el empresariado, y todas con formación certificada como guías Montessori.

Traccionada por el apellido de una de las cuatro socias, Paula Roccuzzo, cuñada del astro del fútbol mundial Leo Messi, el colegio se dio a conocer rápidamente como idea, pero quienes concretaron entrevistas y pudieron dar cuenta del recorrido de ella y sus socias (Constanza Burgos, Virginia Pogolotti, Carolina Marani) en el mundo montessoriano y el espacio donde Cocoon funcionará concretaron inscripciones convencidos de una propuesta educativa respetuosa de las infancias y con una continuidad de formación que arranca este 2023 por un espacio maternal, nivel inicial y primaria, pero ya proyecta su nivel secundario en la ciudad de Funes. 

“Los que nos conocían ya nos pedían que armemos un colegio en Funes sabiendo que hacen falta, es una necesidad en la ciudad y es una necesidad de parte nuestra llevarlo adelante con todo el cariño y la seriedad que le estamos dando al proyecto”, cuenta Constanza Burgos, docente desde hace muchos años, y específicamente docente Montessori durante la última década. Trabajó “en casi todas las escuelas Montessori de la zona” asesorando pedagógicamente. “Nos formamos en la certificación oficial internacional, una fundación que fundó María Montessori y fue continuada por su familia. Esto implica que se va actualizando permanentemente y se hace desde una mesa de personas con mucho recorrido y estudio, siempre con información fiel, actualizada y de calidad”, agregan.

Aseguran que en su mayoría, las familias que concretaron su inscripción fueron sabiendo qué iban a buscar. “Un 10% llegan buscando un colegio, algo diferente, pero en su mayoría las familias están buscando un colegio con una aplicación fiel del método, que no sea algo de moda”.

Muestra de esto es que muchos de los chicos que comenzaron hace algunos años a transitar espacios Montessori, en su mayoría jardines, hoy crecieron y son alumnos de instituciones más tradicionales debido tal vez a la falta de opciones para niños más grandes. Sumar opciones para otras etapas de las infancias y adolescencia con la misma filosofía es un desafío que se propone Cocoon, a sabiendas de que el método les brinda herramientas indispensables para el desarrollo personal y la predisposición al aprendizaje.

Sobre esto sus cuatro socias destacan: “Los niños que pasan por una formación Montessori salen con ciertas herramientas que tienen que ver con la dignidad, el autoconocimiento, el entendimiento del espacio y de saber que en cada sociedad hay reglas, que las aprenden a cumplir desde muy chiquitos y también se hacen respetar y valorar ellos. Son niños que desde pequeños se les da el poder de elección, saben elegir y decir qué es lo que les gusta, y también adaptarse y respetar cuáles son los modos. A lo sumo se tendrán que acostumbrar a pedir permiso para ir al baño, algo que en una escuela Montessori no sucede, pero la realidad es que esos niños son capaces de adaptarse e incluso de transformar a sus compañeros y a ese espacio en un lugar más respetuoso”.

Un colegio capullo

La casona donde se emplaza Cocoon es “un verdadero hallazgo”, y “un espacio ideal para trabajar con el método Montessori”, tal como destacaron en su visita los directivos de la Fundación María Montessori, que dieron cuenta del espacio luminoso inserto en medio de un predio rodeado de naturaleza. El nombre del colegio de hecho lo dio la misma casa que ya lleva en sí el nombre Cocoon, desde que era una vivienda familiar construida por una familia que había transitado colegios Montessori cuando vivían en Estados Unidos. 

“La casa nos dio hasta el nombre del proyecto. Cocoon significa Capullo y es el nombre de la casa, que fue pensado para que en ese espacio los hijos de los dueños crecieran y se desarrollaran como la flor que termina convirtiéndose en eso desde un capullo, como una mariposa. Nos pareció una analogía espectacular”, cuenta Paula Roccuzzo y agrega: “Es un poco el espíritu de la metodología, acompañar al niño en su desarrollo para que pueda en definitiva expresar lo que su ser interior tiene para mostrar”.

También en cuanto a los espacios, la amplitud, la iluminación, y lujos como loza radiantes en los tres pisos que hacen que ellos vayan a estar muy cómodos. Cada ambiente dentro de Cocoon -Comunidad Infantil, Casa de Niños y Talleres I y II, que son los equivalentes a espacios maternales de 12 meses a 3 años, jardín de 3 a 6 años y primarias en edades integradas entre 6 y 9 años y 9 y 12 años- busca que los niños cuenten con el confort y la comodidad que los predisponga a un aprendizaje respetuoso de la naturaleza, con elementos diseñados específicamente para cada propuesta, materiales únicos pensados para cada etapa de la niñez.

“A diferencia con el sistema tradicional en Cocoon los contenidos se dan en grupos con edades integradas por un lado, y por otro no es que son tantos menos niños, pero si o si son dos maestras por grupo. Tal vez en una escuela tradicional tenes 30 niños en primer grado con una maestra, y acá tenes un primer, segundo y tercer grado juntos, en los que puede haber tal vez diez alumnos de cada edad pero con dos docentes constantemente, una de ellas habla en inglés y otra que es la guía, la docente a cargo, que habla en español. Para elegir Montessori filosóficamente, tenes que tener una mirada respecto del niño que sale de lo tradicional", cierran e invitan a conocerlos.

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