Cada vez más gente festeja Halloween en Funes: cómo impacta la fecha en el consumo de golosinas y cotillón
La celebración gana terreno en la ciudad, con más casas decoradas, eventos en barrios, niños disfrazados y comercios que ven crecer sus ventas.
En los últimos años, la celebración de Halloween se instaló con fuerza en Funes, donde la participación de familias, vecinos y niños sobresale frente a otras localidades del Área Metropolitano de Rosario. La diferencia es clara, la fecha se vive en muchos barrios, principalmente los cerrados, como un evento comunitario y una oportunidad de diversión para los más pequeños.
Cada vez más hogares se suman decorando sus frentes y preparándose para recibir a los chicos disfrazados que, desde media tarde, recorren el barrio con la tradicional consigna “truco o dulce”. Esta dinámica genera un incremento en la demanda de golosinas y artículos de cotillón, lo que beneficia directamente al comercio local. El fenómeno surgió años atrás con timidez en los grandes centros urbanos, primero en Buenos Aires con eventos en bares y luego llegó a la Ciudad en Rosario replicando ese fenómeno con noches y fiestas temáticas en espacios gastronómicos.
Halloween se celebra cada 31 de octubre y tiene sus raíces en una antigua festividad celta conocida como Samhain, que marcaba el final de la temporada de cosechas y el comienzo del invierno. Se creía que durante esa noche los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los vivos, por lo que se encendían hogueras y se usaban disfraces para ahuyentarlos. Con el tiempo, esta tradición fue adoptada por la cultura anglosajona y evolucionó hasta convertirse en una celebración popular en países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino Unido. En las últimas décadas, también se extendió con fuerza en países de América Latina, como México, Perú, Colombia, Argentina y Brasil, principalmente como una fiesta infantil vinculada al juego, los disfraces y la recolección de golosinas.


Con vistas al año próximo, anticipó que la idea es organizarlo con más tiempo y hacer algo mucho más grande: “Como el 31 cae sábado, la idea es convocar no solo a los niños, sino también a los adultos y hacer un festejo en el clubhouse del barrio”.
Por su parte, Pablo Orio, titular de Orio Mercado de Dulces, explicó a InfoFunes que ante la gran afluencia de chicos prevista para la tarde del viernes, decidieron reforzar la atención en sus tres locales de Funes con personal extra para repartir caramelos y acompañar la celebración. “La idea es garantizar una experiencia positiva”, destacó.
El fenómeno, que se replica en otros barrios cerrados de la ciudad y también en las calles, se traduce en un doble impacto: por un lado, una fecha que moviliza a cientos de familias que decoran, se disfrazan y participan; por el otro, un impulso claro para los comercios del rubro, que ya consideran a Halloween como una de las fechas clave del calendario comercial.
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