Viernes, 27 de Septiembre 2024
Lunes, 22 de Agosto del 2016

Residuos orgánicos hogareños: Algunas ideas para aprovecharlos

<p>Natalia Ricci es arquitecta, paisajista y huertera. Se encarga de concientizar sobre lo que comúnmente se llama desperdicio. </p>

Vanesa Fresno - InfoFunes

La noción de transformación es central a la hora de pensar y vivir sustentablemente. Reducir, reutilizar y reciclar son conceptos centrales en la mirada ecologista, y pueden ser fácilmente puestos en prácticas en cualquier hogar.

Una de las ideas que promueve Natalia Ricci es el uso de composteras para la obtención de humus del material orgánico que cualquier vivienda desperdicia. A modo de ejemplo e incentivo, la arquitecta instaló en la cuadra de su casa, sobre calle La Taba y Colectora, dos composteras comunitarias para los vecinos de su barrio: en ellas se depositan los residuos verdes que los jardineros obtienen, y de ellas extraen la tierra abonada que sirve para el cuidado de sus huertas.

La idea es “cerrar los ciclos de energía del hogar”, cuenta Natalia y explica: “La materia orgánica se transforma cuando uno cierra los circuitos de energía, tal como lo hace la naturaleza constantemente en sus procesos. Desde las aguas de desecho hasta la basura orgánica pueden ser aprovechados para volver a incorporar en nuestro entorno. Se transforma y nos vuelve a servir”.

Las composteras son una gran solución para la reducción de residuos: en ellas podemos depositar el material orgánico, como cáscaras de frutas, semillas, césped, etc. En un plazo de cinco o seis meses esto se transforma en tierra que sirve como abono para cultivar. Por el lado de las aguas, la propuesta de la profesional son los llamados lechos nitrificantes, un sistema que reemplaza a los pozos negros, con menor costo y mayores beneficios.

Separar las aguas negras de las aguas jabonosas es posible con un lecho nitrificante, podemos entonces entender al residuo como elemento sustentable para generar nuevas energías. Los lechos cumplen una doble o triple función con el manejo que hacen de este elemento: “Parte del agua se infiltra, otra parte es absorbida, otra es evaporada y el agua desaparece. Viene a ser útil, transformada y cierra así el circuito de energía” continúa la arquitecta Ricci.

La instalación de un lecho nitrificante en comparación con la de un pozo negro es similar. Los costos económicos de mano de obra son más o menos lo mismo. Ahora bien, en cuanto a gastos de material el lecho es más económico, ya que para construirlos se aprovechan (también) los desechos de obra: cascote de ladrillo, piedra, arena y tierra negra son restos de obra que uno por lo general destina a residuo. Estos materiales son los que se usan para construir los lechos nitrificantes. Reutilizar y transformar desde el vamos.

En cualquier casa con una construcción típica, lo que se considera desecho se convierte en un problema: es algo más en lo que ocuparse y que precisa de un servicio de extracción. En una ciudad como Funes, que carece de cloacas en su gran mayoría, pensar en incorporar tecnología sustentable es entonces un gran incentivo.

El desperdicio es aprovechado y transformado, deja de ser residuo. Se evapora, lo utilizan las plantas en un canal de riego. En cuanto a la parte que se infiltra, al haber pasado por un biodigestor, se infiltran también nutrientes y llegan a las napas sin contaminar. Es un recorrido circular, cerrado y sustentable. La propuesta “verde” tiene así, coherencia y funcionalidad.