Pequeño gran músico
<p>Lisandro Mansilla tiene apenas 10 años, pero ya es todo un artista del mundo del folclore. Toca la guitarra, el piano y el bombo. Y no le tiene miedo al escenario. Un funense con futuro y proyección.</p>
Un músico que toque la guitarra, no siempre es noticia. Un músico que, además de la guitarra, toque otros instrumentos, tampoco. Hasta que dicho músico toque en algún show puede tampoco serlo. Pero que este músico tenga tan solo 10 años, eso sí es noticia. Este es Lisandro Mansilla, el pequeño músico.
“A los cuatro empecé a tocar la guitarra, por mi tío que toca la guitarra y tenía una banda”, cuenta Lisandro. “Él me llevó de un amigo de suyo que me enseñó a tocar la guitarra”, dice este pequeño admirador de Peteco Carabajal.
Pero la guitarra no es el único instrumento al que Lisandro le saca lustre. “Iba a las clases de guitarra. Un día fui a buscarlo y me dijo el profesor <<hoy se sentó y quiso tocar el piano>>. Así empezó, iba a la clase de guitarra pero tocaba los dos instrumentos, y ahí empezó”, cuenta Noelia, su mamá, mientras Lisandro nos cuenta que “me gusta más la guitarra, es en la que sé más”.
Sobre el estilo musical, Lisandro no duda. “Me gusta el folklore, me gusta Peteco” dice, con la inocencia de un niño. Y es que el mandato familiar tira bastante: “La familia de mi marido viajó siempre a la fiesta de la chacarera, a Santiago del Estero”, cuenta Noelia, sonriente.
Lisandro es de pocas palabras. Quizás, la vergüenza que no tiene arriba del escenario (“no tengo miedo de tocar adelante de la gente”, dice) le aflora cuando tiene que hablar debajo del mismo. Pero, de sus pocas palabras, se puede ver un chico apasionado por la música, que disfruta de practicarla. Las dos guitarras, el piano y el bombo que descansan en el sillón son la cabal prueba de esto. “Este año fuimos a Santiago y le compramos un bombo, mi marido le enseñó algo y empezó solo”, explica Noelia.
-¿Tocaste alguna vez en público?
“Toqué en shows algunas veces, nomás”, dice Lisandro. “El primer show fue en Rosario con mi tío, todavía no sabía tocar bien, y me aplaudieron. Toqué una chacarera. Acá en Funes fue el último, toqué en la plaza”, dice. “Él empezó en Ítem, en Funes. Con ellos tocó en la sala Lavardén, en la rotonda del ferrocarril, en varios lugares”, agrega Noelia.
Estos casos siempre acarrean una gran responsablidad para los padres, quienes deben acompañar a sus hijos, haciendo equilibrio para no caer en la presión: “Nosotros tratamos de acompañarlo y darle la posibilidad de que aprenda todo lo que él más pueda, nosotros lo apoyamos en lo que le gusta e intentamos acompañarlo. Al ser chico llama doblemente la atención, le gusta, lo disfruta y yo veo que tiene facilidad. Él se sienta y pasa de un instrumento al otro, las mismas canciones las va tocando en diferentes instrumentos, entonces facilidad tiene”, grafica Noelia.
“La flor azul” es la respuesta de este niño músico cuando le preguntamos su tema preferido. Dice también que no es de tocar en los actos escolares, pero sí en las reuniones familiares. Y cierra contando su sueño, lo que quiere ser cuando sea grande: “Quiero seguir con la guitarra, me gustaría tener una banda de folklore”. Lógico, si él ya es un pequeño músico
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