Las obras paralizarán el aeropuerto local por 74 días
Entre el 10 de septiembre y el 24 de noviembre no habrá vuelos en Fisherton, adonde sólo podrán llegar helicópteros.
Los trabajos de ampliación y rehabilitación en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, que pasado mañana culminarán su primer tramo, obligarán a suspender todos los vuelos locales durante dos meses y medio, entre el 10 de septiembre y el 24 de noviembre próximos. Según anticipó ayer el jefe de la aeroestación de Fisherton, Darío Van Santen, los plazos de obra vienen cumpliéndose sin atrasos y un cambio en la programación de las tareas (las cuatro etapas originalmente previstas se reorganizaron en tres) "garantizará" llegar al lanzamiento del Dakar con tiempo suficiente como para superar cualquier contingencia. La única operatoria que se mantendrá en la terminal durante esos 74 días de parálisis aérea será la de helicópteros.
El viernes pasado llegaron hasta el aeropuerto de Fisherton funcionarios del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) y de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), esta última encargada de inspeccionar y certificar la obra, que con un presupuesto nacional de 40 millones de pesos se encuentra ejecutando actualmente la empresa Obring.
Básicamente, los trabajos apuntan al mejoramiento integral de la pista, lo que incluye la rehabilitación del pavimento de hormigón de la cabecera sur y el centro de la pista, movimiento de tierras, la construcción de los laterales y nuevas canalizaciones para balizamiento, de modo de mejorar la señalización con que contó hasta ahora.
El ensanchamiento y la mejora de la pista, entre otras tareas, permitirán que aeronaves de todos los portes puedan operar con absoluta seguridad desde la terminal de Fisherton, ya que quedará adecuada a la normativa internacional que se exige a los aeropuertos de categoría 1.
Las tareas comenzaron el 9 de marzo pasado y estaba previsto que se distribuyeran en cuatro etapas, un esquema que según afirmó Van Santen ahora quedaron reformuladas en tres.
La primera de esas etapas finalizará pasado mañana, la segunda irá hasta el 10 de septiembre y la última llegará al 24 de noviembre.
Al menos hasta ahora, de acuerdo a lo resuelto por el Orsna y la Anac, sólo está planeado que los vuelos —tanto comerciales como privados, y de aviones de todos los portes— se suspendan durante la tercera fase, es decir, entre el 10 de septiembre y el 24 de noviembre, lapso durante el cual en Fisherton únicamente podrán operar helicópteros debido a que las obras, en ese caso sobre la pista central, "dejarán muy pocos metros operables", explicó Van Santen.
En cambio, durante la segunda etapa —que comenzará el miércoles próximo— los aviones continuarán operando sus rutas habituales, pero utilizarán la otra cabecera de la pista.
Aun así, se trata de una programación "dinámica", aclaró el funcionario, ya que eventualmente podría sufrir alguna modificación.
Tiempo de sobra. Según el jefe del aeropuerto, la decisión de reformular el organigrama de obras para que las cuatro etapas se transformaran en tres apunta fundamentalmente a "llegar más cómodos" a la fecha límite del 24 de noviembre.
"Se pidió achicar plazos para la reapertura de la pista", explicó, de modo de tener margen para afrontar hasta la mínima falencia que pudiera aparecer entre esa tope y lo que a todas luces aparece como la fecha clave, el 5 de enero, día de largada del rally Dakar desde el Monumento a la Bandera.
Mientras se sigan desarrollando los trabajos sobre la pista, Van Santen confió en que para la operatoria de los vuelos será de importancia contar con "radioayuda" por parte de la Fuerza Aérea Argentina.
Esa asistencia permitirá complementar la información que provee a los pilotos el instrumental con que cuenta el aeropuerto Islas Malvinas para evitar cualquier interferencia que pudieran acarrear los trabajos en marcha.
El viernes pasado llegaron hasta el aeropuerto de Fisherton funcionarios del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) y de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), esta última encargada de inspeccionar y certificar la obra, que con un presupuesto nacional de 40 millones de pesos se encuentra ejecutando actualmente la empresa Obring.
Básicamente, los trabajos apuntan al mejoramiento integral de la pista, lo que incluye la rehabilitación del pavimento de hormigón de la cabecera sur y el centro de la pista, movimiento de tierras, la construcción de los laterales y nuevas canalizaciones para balizamiento, de modo de mejorar la señalización con que contó hasta ahora.
El ensanchamiento y la mejora de la pista, entre otras tareas, permitirán que aeronaves de todos los portes puedan operar con absoluta seguridad desde la terminal de Fisherton, ya que quedará adecuada a la normativa internacional que se exige a los aeropuertos de categoría 1.
Las tareas comenzaron el 9 de marzo pasado y estaba previsto que se distribuyeran en cuatro etapas, un esquema que según afirmó Van Santen ahora quedaron reformuladas en tres.
La primera de esas etapas finalizará pasado mañana, la segunda irá hasta el 10 de septiembre y la última llegará al 24 de noviembre.
Al menos hasta ahora, de acuerdo a lo resuelto por el Orsna y la Anac, sólo está planeado que los vuelos —tanto comerciales como privados, y de aviones de todos los portes— se suspendan durante la tercera fase, es decir, entre el 10 de septiembre y el 24 de noviembre, lapso durante el cual en Fisherton únicamente podrán operar helicópteros debido a que las obras, en ese caso sobre la pista central, "dejarán muy pocos metros operables", explicó Van Santen.
En cambio, durante la segunda etapa —que comenzará el miércoles próximo— los aviones continuarán operando sus rutas habituales, pero utilizarán la otra cabecera de la pista.
Aun así, se trata de una programación "dinámica", aclaró el funcionario, ya que eventualmente podría sufrir alguna modificación.
Tiempo de sobra. Según el jefe del aeropuerto, la decisión de reformular el organigrama de obras para que las cuatro etapas se transformaran en tres apunta fundamentalmente a "llegar más cómodos" a la fecha límite del 24 de noviembre.
"Se pidió achicar plazos para la reapertura de la pista", explicó, de modo de tener margen para afrontar hasta la mínima falencia que pudiera aparecer entre esa tope y lo que a todas luces aparece como la fecha clave, el 5 de enero, día de largada del rally Dakar desde el Monumento a la Bandera.
Mientras se sigan desarrollando los trabajos sobre la pista, Van Santen confió en que para la operatoria de los vuelos será de importancia contar con "radioayuda" por parte de la Fuerza Aérea Argentina.
Esa asistencia permitirá complementar la información que provee a los pilotos el instrumental con que cuenta el aeropuerto Islas Malvinas para evitar cualquier interferencia que pudieran acarrear los trabajos en marcha.
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