Domingo, 22 de Septiembre 2024
Martes, 30 de Abril del 2013

Un sueño de película

Desde hace más de tres décadas la ciudad no cuenta con un cine. Lo que ya parece una pérdida irreparable, se ha convertido en un anhelo para más de un funense. No son pocos los que proyectan la apertura de salas en el Jardín de la Provincia, que a lo largo de estos años ha vivido algunas experiencias piloto que demostraron las ganas de disfrutar de la magia de la pantalla grande sin cruzar el arroyo Ludueña.

Hace ya más de tres décadas de aquel aciago día en que se bajaron las cortinas del viejo cine Ideal. Desde entonces, prácticamente, Funes se quedó sin cine, lo que ya parece una pérdida irreparable.
 
Paradójicamente, aquel pueblo -que no alcanzaba a tener siquiera un cuarto de la población que tiene la ciudad de Funes en la actualidad- contaba con una sala de cine. Atentos a esto, una de las grandes carencias de la ciudad, en cabeza de varios retumba la idea de volver a abrir un cine que restituya uno de los lugares de encuentro por excelencia.
 
"Nosotros en nuestro programa de acción estamos tratando de promover acciones para todo lo que es el desarrollo de la ciudad: la hotelería, la gastronomía, la instalación de centros comerciales. Ojala tuviéramos la posibilidad de gente que quiera instalar una sala de cine, será bienvenido por la comunidad", dice Edgar Casadey, coordinador municipal de Turismo. Y agrega: "Siempre llegan propuestas, pero eso depende ya del empresario que decida apostar. Nosotros como Municipio vamos a tratar de facilitar los medios para que cualquier iniciativa prospere".
 
Interesados hay. Uno de ellos es Germán Nocera, propietario del shopping Funes Mall. "Yo tenía en carpeta hacer al lado de Funes Mall, comunicándolo con la parte comercial de los locales, dos salas de cine, unas canchas de bowling. Pero no es fácil, es un tema complicado porque a las grandes cadenas es difícil traerlas a localidades más chicas, que no tienen por ahí el potencial poblacional de ciudades más grandes. Tampoco hay apoyo de nadie, por eso se frenó un poco la cuestión. Pero yo creo que la zona lo merece, que tranquilamente Funes podría tener dos o tres salas de cines y trabajarían de manera perfecta, tan bien como las que hoy tiene Rosario", apunta Nocera.
 
La idea era montar una sala de 300 localidades que también pueda usarse como sala de teatro y para presentar productos; acompañadas de otras dos salas más pequeñas, que pudieran albergar 150 personas. Desafortunadamente, hasta el momento, el empresario no consiguió llevar adelante el proyecto. "Esto más que ser un negocio para mi es una ilusión, para que la gente de todas las edades, las familias, tengan la opción, como antiguamente tenia Funes, que tenía una sala de cine. Quedó en un anhelo, no lo tengo descartado pero sí es algo difícil de conseguir.", agregó.
 
Sobre la suerte de un emprendimiento de esta naturaleza, Nocera no tiene dudas. "Yo a Funes lo veo como un polo regional, estoy convencido de que la ciudad podría ser un centro neurálgico importante. El cine es cultura, es un valor agregado para la ciudad muy importante. Y después ni hablar si Funes tiende a ser un lugar turístico, cultural, de recreación, creo que hoy tener esas alternativas potencia a la ciudad. La plata debería quedar acá en Funes y no irse como se va a Rosario. La gente que hoy no encuentra alternativas en Funes para divertirse va y gasta su plata en Rosario. Hoy Funes podría tener un fuerte ingreso y una importante salida laboral para su gente si potenciara su parte comercial, la parte de diversión o de cultura".
 
Otras alternativas
En forma paralela al ímpetu de Nocera, Cristian Cabruja, cineasta de la ciudad, tiene también algunas ideas. "Más que un proyecto es un deseo. Venimos hablando con mucha gente para que en algún momento Funes tenga una sala de cine, es un deseo y un anhelo. Que los chicos puedan ir al cine a Funes y no a Rosario, que la gente pueda tener los fines de semana un nuevo lugar de encuentro. Después, como proyecto veremos si encontramos más gente que se sume a esta propuesta", explica.
 
"La idea sería conseguir un edificio con 80 o 90 localidades, que puedan entrar dos cursos de una escuela, que se puedan hacer proyecciones a la mañana, en un ámbito donde el sonido se escuche bien. Es posible llenarla de contenido, totalmente... asociándonos con el Centro Audiovisual Rosario, con el INCAA, con Señal Santa Fe, es posible buscar socios. ¿Es posible llenarla todos los fines de semana? Si es posible, si la gente va a Rosario al cine, ¿por qué no va a ir a Funes? Buscar una programación atractiva para los chicos, atractiva para los adolescentes, buscar un horario para la tercera edad".
 
¿Tenés en mente algún posible lugar?, se le preguntó. "Puede ser en cualquier lugar: arriba de un shopping, en una escuela, en un museo, en un club, cualquier lugar que tenga un espacio cerrado, más o menos insonorizado y con algunas butacas ya se podrían hacer funciones de películas. En realidad lo que uno estaría buscando es un centro cultural que pueda tener una sala de teatro y una sala de cine, eso sería el ideal".
 
"Yo tengo los papeles a disposición, porque cualquiera puede ir a hacer las gestiones, y hay una figura que se llama Cine Ambulante. Vos sos una sala INCAA pero deambulás por distintos lugares. Podés estar hoy en un club, mañana en un centro cultural, pasado en una escuela. Y eso es posible de hacer, el INCAA te provee el material, y hasta hay una línea de créditos y subsidios para armar centros culturales", dice el realizador, que adelanta que en los próximos días intentará reunirse con gente de la Municipalidad.
 
Sobre el valor de que la ciudad pueda contar con un cine dice: "Es una importancia cultural enorme, porque en el cine uno aprende de la cultura, el cine es un lugar de encuentro, un lugar donde los espectadores esperan a que se apague la sala para disfrutar, el cine es el mejor lugar donde uno puede sentir miedo, el mejor lugar, porque no hay mejor cosa que sentir miedo adentro de un cine, todo el miedo del mundo lo podes sentir ahí y después te vas a tu casa. El cine es un lugar adonde van los enamorados. Es un lugar donde uno aprende otras culturas, ¿dónde uno vio los dinosaurios, las pirámides egipcias, el cruce de Los Andes o la Segunda Guerra Mundial? Después uno en su casa tendrá que aprender quienes eran los Nazis, quienes eran los americanos, cómo eran los cowboys. Hay un aprendizaje universal que se da en el cine. El cine es una comunidad de espectadores que va a una sala y que se sienta a disfrutar".
 
Como se ve, las ideas están, será cuestión de ayudar a que se concreten, para recuperar el tiempo perdido.
 
El viejo cine a la reposera
Durante estos años, varios han sido los intentos de remediar, al menos en parte, la ausencia de pantalla. Humberto Bissutti -por entonces DJ, dueño de un videoclub y apasionado por el cine- fue promotor de dos experiencias distintas. La primera, durante la gestión de Juan Miguez, en donde auspiciado por el Municipio se realizó un ciclo de cine a la reposera en la estación ferroviaria.
 
"Para mí fue espectacular, la gente se enganchaba muchísimo. Avisábamos por la propaladora. Después vino el quilombo porque los de los videoclubes no querían… pasamos Titanic cuando ya la habían pasado por Canal 5, Canal 3, por todos lados, y se llenó de gente; y los de los videos decían que no porque les bajaba las ventas de las películas", explica Beto. A causa de aquella resistencia, el ciclo tuvo corta vida.
 
"Después hicimos cine pero ya con (Juvenal) Rímini, en el Centro de Jubilados. No queríamos hacerlo al aire libre porque teníamos problemas. Hacíamos para los pibes de la escuela Fiscal y pasábamos películas de dibujitos. Y eso anduvo bien", agrega.
 
Más recientemente, la Cooperadora de la escuela Antonio Berní adquirió un proyector, equipo de sonido y pantalla y estuvo realizando proyecciones de distinta índole. También, durante el verano, tanto el Movimiento Evita como el Partido Socialista realizaron ciclos de cine a la reposera. Todo sea por ver películas en la pantalla grande sin moverse de Funes.