Viernes, 26 de Diciembre 2025
Viernes, 26 de Diciembre del 2025

Un botín millonario y un cerco roto: cómo fue el robo de Navidad en un exclusivo barrio cerrado de Funes

Ocurrió durante la madrugada del 25 en Cadaqués. Los ladrones entraron por el perímetro y se llevaron dólares, euros, relojes, alhajas y pefumes premium.

Un robo sigiloso y un mar de acusaciones cruzadas rompieron la calma navideña en un exclusivo barrio cerrado de Funes: durante la noche del 25, un grupo de delincuentes aprovechó una falla en el cuidado del perímetro e ingresó a varias viviendas, de donde escapó con un botín millonario y objetos de alto valor.

La denuncia llegó alrededor de la 1 de la madrugada al Centro de Monitoreo de Funes, luego de que vecinos del barrio cerrado Funes Hills Cadaqués advirtieran el faltante de dinero y pertenencias al regresar a sus casas. En uno de los domicilios, el golpe fue contundente: desaparecieron 50 mil dólares, 12 mil euros y fajos de otras monedas extranjeras —pesos uruguayos, mexicanos y reales— cuyo monto total el damnificado no logró precisar, además de relojes y alhajas.

En otra vivienda, el botín fue menor pero igual de inquietante: perfumes de alta gama. Además, se supo que en al menos dos casas más se registraron faltantes, aunque sin avanzar formalmente con denuncias.

Con la confirmación del robo, dentro del barrio se desató un clima de fuerte intranquilidad que puso bajo la lupa el funcionamiento de la seguridad privada. Los accesos quedaron momentáneamente paralizados y el ingreso o egreso solo era autorizado tras chequeos exhaustivos, en una escena inusual incluso para un country acostumbrado a estrictos controles.

Según indicaron fuentes del Ministerio de Seguridad, ni siquiera la Policía pudo ingresar al predio durante esas primeras horas. El único dato concreto que pudo constatarse desde el exterior fue la presencia de un agujero en el cerco perimetral, a la altura de calle Almafuerte, señalado como el posible punto de entrada utilizado por los ladrones.

Otro dato que llamó la atención de los investigadores es que ninguna de las viviendas presentaba signos de violencia ni accesos forzados. Según se pudo reconstruir, varias casas se encontraban abiertas al momento del robo, una práctica habitual en ciertos moradores de barrios cerrados de estas características, donde la seguridad perimetral suele funcionar como principal barrera de protección.

En ese contexto, comenzó a tomar fuerza la hipótesis de una posible colaboración interna, ya sea por información previa sobre movimientos, rutinas o incluso accesos liberados. Si bien no hay imputaciones ni confirmaciones oficiales, el dato circuló con fuerza entre los vecinos y profundizó el clima de desconfianza que se instaló tras el golpe.

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