Domingo, 28 de Diciembre 2025
Domingo, 28 de Diciembre del 2025

Son de Funes y cada año viajan a Formosa con una misión que nace del corazón y la solidaridad

Como cada verano, la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen lleva asistencia y la palabra de Dios a las zonas más postergadas del norte argentino.

En el corazón de Funes, la llegada del nuevo año trae consigo un movimiento que trasciende lo material para convertirse en un acto puro de fe y entrega. La Parroquia Nuestra Señora del Carmen (@parroquiadelcarmen.funes) se encuentra en plena ebullición, preparando lo que será la “Misión Formosa 2026”, una cruzada que entre el 15 y el 25 de enero llevará a un grupo de jóvenes y adultos hacia las comunidades más alejadas del norte argentino. No se trata simplemente de un viaje de asistencia, sino de un compromiso profundo de llevar la palabra de Dios y el abrazo fraterno a parajes donde la presencia de la Iglesia es un bálsamo de esperanza, como las comunidades de San Martín 1 y 2, Lugones y Santa Rosa. Bajo la guía espiritual del diácono Raúl Valenti, este grupo se prepara para dejar atrás la comodidad de sus hogares y dedicar sus vacaciones al servicio del prójimo.

La solidaridad funense se manifiesta a través de una colecta incesante que se extiende hasta el próximo 10 de enero. La comunidad puede colaborar acercando útiles escolares, juguetes, elementos de limpieza, ropa de todas las edades, colchones y alimentos no perecederos a la sede parroquial de martes a sábados, de 9 a 12 y de 17 a 20. También se reciben bidones de agua y medicamentos esenciales para armar botiquines básicos, tales como ibuprofeno, algodón, vendas y desinfectantes. Los organizadores pidieron que, especialmente, la ropa esté rotulada según sea para niños, mujeres u hombres, con el fin de agilizar una distribución que luego queda en manos de Cáritas. Es importante destacar que, por razones de espacio en el camión que partirá el 13 de enero, en esta ocasión no se recibirán muebles, aunque sigue abierta la posibilidad de realizar donaciones económicas a través del alias misionformosa2026 o consultando al teléfono 3416755629. “Toda esta movida, hasta el combustible del camión representa un gasto importante, por eso, quienes no tengan algunos de los elementos que necesitamos y puede donar algo de dinero, va a ser muy bien recibido. Porque estas misiones, cada año, vienen sumando voluntarios y ayuda, y eso no llena de alegría”, dijo a InfoFunes Lucía Servino, una de las almas motoras de esta misión.

En medio de los preparativos, la coordinadora explicó con emoción que el objetivo principal no es sólo el voluntariado, sino “el acto de misionar”. Para este grupo, “llevar ayuda material es el vehículo para que la gente pueda encontrarse con Jesús y conocer la fe católica a través de misas, celebraciones de la palabra y la preparación para sacramentos como el bautismo o la comunión”. “El vínculo que se ha forjado a lo largo de los años es inquebrantable; los misioneros somos esperados con ansias para compartir las tardes de merienda y charlas profundas que quedan grabadas en el corazón”, dijo. Incluso en la precariedad de las escuelas donde duermen, los voluntarios dedican tiempo a realizar pequeños arreglos eléctricos o mejoras edilicias, dejando el lugar mejor de lo que lo encontraron como gesto de gratitud por la hospitalidad recibida. “Aunque no nos ocupamos de hacer arreglos en sí, si no, nos resta tiempo para las misas y demás encuentros en nombre de la palabra, si vemos que algo necesita de nuestra ayuda y lo podemos resolver, sabiendo que esos minutos le van a mejorar el día a día a los integrantes de nuestra comunidad, lo hacemos”, aclaró.

La misión es también un ejercicio de humildad y aprendizaje para los funenses que participan. Al regresar de realidades tan distintas, los misioneros aseguran que se vuelve valorando cada pequeño detalle cotidiano, desde el agua corriente hasta la luz eléctrica. Muchos de los integrantes son docentes o estudiantes que eligen donar su tiempo de descanso porque sienten que es una forma de devolver algo de la protección y el amor que reciben de Dios. En ese intercambio, donde las cartas, dibujos y pequeños rosarios de plástico blancos o marrones se convierten en tesoros, se comprende que el amor de Dios no conoce fronteras. Es, en definitiva, una invitación a reconocer que todos somos iguales ante su mirada y que la verdadera riqueza reside en la capacidad de desprenderse de lo propio para abrigar la vida del otro.

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