Sábado, 20 de Abril 2024
Martes, 16 de Junio del 2020

¿Lo sabías? Funes tiene más de un árbol por cada habitante

Son enormes protectores de nuestro medio ambiente, y tenemos la fortuna de contar con más del triple de lo recomendado para respirar un mejor aire.

por Vanesa Fresno

El pasado 5 de junio fue el Día Mundial del Medio Ambiente y la consigna para este 2020 fue el respeto a la biodiversidad. Funes es una ciudad afortunada, que triplica el promedio mundial sugerido para respirar un mejor aire. ¿Qué importancia ocupa el árbol en la mitigación del impacto ambiental, y cómo se los preserva?

Los parámetros de arbolado y espacio verde urbano son ineludibles en la planificación urbana actual, y en la ciudad contamos con un plus. Funes tiene unas  45 mil especies y entre 50 y 55 mil árboles. Esto es un número muy por encima de lo sugerido mundialmente como necesarios para respirar mejor. 

La OMS ha asegurado que se necesita, al menos, un árbol por cada tres habitantes. En Funes hay más de uno por persona, esto es más del triple de lo recomendado. Un regalo que la naturaleza funense nos hace a sus habitantes.

Sin embargo, muchos de nuestros árboles son ejemplares añosos, nos preceden y fueron parte de una región que ha cambiado mucho. La preocupación está centrada en el mantenimiento de cada uno de esos miles de árboles, y en una paulatina adaptación a las necesidades de un arbolado acorde a la ciudad que tenemos, no solo la que tuvimos.

Enormes árboles de especies que no son propias de esta región se ven afectados por el paso del tiempo y la falta del mantenimiento que requieren. "Estamos sobrepasados por la cantidad de años sin una intervención clara, tenemos mucho arbolado público con riesgo sobre las personas", aclara el sub secretario de Medio Ambiente, Federico Estella y anticipa que "si hay que sacar un árbol lo sacaremos y plantaremos otro, porque prioritariamente debe estar la seguridad".

En las últimas dos tormentas cayeron 50 árboles. En una 32 ejemplares y en la otra 18. Cuando llueve varios días aflojando el suelo y luego hay viento, el riesgo se magnífica. "Cuando un árbol tiene más de 30 metros el mantenimiento se hace más difícil y el riesgo es mucho mayor", explica el funcionario. 

Con la idea siempre presente de preservar el patrimonio natural, ya hay en marcha un acuerdo con la Facultad de Agronomía con la que se trabajará en el relevamiento de los árboles de Funes, y un diagnóstico de la salud de cada uno de ellos. Además, están presupuestadas las tareas de recuperación del arbolado a la vera de la vía, dónde será el futuro Paseo de la Estación.

Son fórmulas orgánicas no tóxicas que se colocan en los ejemplares para lidiar con el liquen que los tapa, sin afectar al árbol. Ya se comprobó su uso en los ejemplares de la plaza San José, que "en 20 días mejoraron enormemente", señaló Estella.

Por qué cuesta tanto mantener cada uno de nuestros árboles: un repaso por la flora local

"En la ciudad hay árboles que son muy viejos y muy grandes", cuenta a InfoFunes Alicia Scoccia, conocedora del tema como pocas en la ciudad. La afirmación la hace en medio de una entrevista, con cubrebocas para la ocasión, señalando hacia el cielo, sentada bajo la sombra de una Tipa en el patio del Cecla, que tiene más de 130 años.

Todo lo que se ve de la parte de arriba del árbol, lo tenemos también en las raíces, nos cuenta. Su equivalente a lo visible es un sin fin de árboles entramado bajo tierra y cemento que se entralazan uno con otro.

"Cada árbol nos está cambiando el clima, cuidando de la polución, y la raíz es la que toma todo el agua cuando llueve, la que absorbe", explica cómo funcionan a modo de colchón previniendo también posibles inundaciones.

Lapachos, Ibirá Pitam, Oreja de Negro, Timbó, esos son especies regionales. "Son parte de nuestra cultura y agregan biodiversidad, traen polinizadores", destaco Alicia y marcó la importante diferencia: "Son árboles de acá, no los árboles de la época de nuestros ancestros que han traído de Europa como los Liquidambares, Tilos o Robles, que son árboles maravillosos pero no son nuestros, son muy grandes para este clima". 

“Por más que nos super sobrevivan, se están poniendo viejos y hay que cuidarlos como se pueda y lamentablemente sacarlos cuando representan un peligro”, explica.

Pero no sólo el clima cambió, y vivimos desde hace un tiempo -a causa del calentamiento global- en una clima subtropical. Además cambiaron también nuestras napas.

"No tenemos que olvidar que la costa del Ludueña son todos bañados que tienden ir hacia el Paraná. Esos reservorios de agua hacían que no nos inundemos, pero al levantar terrenos para construir como se hizo en los barrios que décadas atrás eran laguna, el suelo también cambió", explicó la especialista y sugirió: "Hay que ir pensando en una renovación de estos árboles viejitos que han sufrido todos estos cambios".

Pensar en todo, en árboles también

En ese repensar la paulatina adaptación de la flora local, el diseño de políticas públicas se hace indispensable. El sub secretario de Medio Ambiente recomienda que cada vez que un vecino construya y plante árboles en su vereda o dentro de su casa, que antes consulte. "Existe un listado de especie recomendadas para veredas y para interior. Son especies de hasta 10 metros, ornamentales, pero propias de este lugar", aclara y cuenta que se consideran siempre el lugar donde se va a plantar, la ubicación con respecto a la luz, y un montón de factores para que cada ejemplar crezca saludable, rápido y sin afectar a su entorno.

Porque no es lo mismo mantener especies de 30 metros de altura que otras de menos de 10. Los árboles de menor porte y autóctonos no interfieren con las líneas de media tensión, corren menos riesgos de que sus ramas rompan cañerías y veredas, en fin. Cumplen la misma función, adaptados a la ciudad, y respetando su diversidad.

Gracias por tanto, arbolado

"El árbol no sólo nos da sombra y aire fresco, también baja la temperatura del suelo. Nos cuida de la polución, todo el polvillo se posa sobre sus ramas. Nos ayuda a que haya anidajes e insectos. Todo eso es biodiversidad", explicó Alicia.

A modo de ejemplo, y como cierre, la especialista cuenta un dato sobre un tipo de liquen y musgos que se ven sobre el tronco de algunos árboles, odiado por muchos, y combatido por tantos otros: "Los líquenes que crecen sobre el lado este de algunos árboles que los ves posado en los troncos por ejemplo, solo crecen en los lugares del mundo donde no hay polución. Esas cosas que son tan naturales como un sapo en nuestra ciudad quieren decir que tenemos un medioambiente sano. Valorémoslo".

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