Epilepsia benigna, una enfermedad común de la que muy poco se habla
Durante la semana un caso movilizó a una familia y al al equipo del Eva Perón. De qué se trata esta enfermedad y qué hacer en caso de convulsiones.
Esta semana se conoció el caso de Mateo, el nene de Villa San Juan diagnosticado con epilepsia benigna que, de la nada, comenzó con convulsiones y fue atendido de urgencia en la guardia del Samco Eva Perón, previo a su derivación al Sanatorio de Niños en Rosario. Tras el caso, algunas preguntas quedaron resonando: ¿De qué se trata la epilepsia benigna? ¿Qué tan común puede ser? ¿Se puede hacer vida normal? ¿Qué hacer en caso de ver a un niño o niña con convulsiones? La pediatra del Houssay Natalia Gompertt dialogó con InfoFunes y aclaró las dudas al respecto.
“Hay que establecer una diferencia entre la epilepsia familiar benigna y la epilepsia benigna. La familiar indica que es genética, que su mamá o su papá tuvo en algún momento de su vida (en especial en su infancia) un cuadro de epilepsia, así que hay que estar atentos a ello. Ahora, la epilepsia benigna puede aparecer en cualquier momento de la infancia, sin motivo alguno, ni medidas de prevención, y con un diagnóstico a tiempo y tratamiento correspondiente se puede tener una vida normal”, explicó.
Sobre las convulsiones, Gompertt aseguró que pueden ser de menos de cinco minutos (las más leves) o bien de hasta 20 minutos (las más graves), con lo cual puede dañar severamente el cerebro del niño o niña ya que las convulsiones son “descargas de una neurona, son como arritmias del corazón pero en el cerebro y eso, cuanto más dura la convulsión, más peligrosa es”.
A su vez, aclaró que este tipo de enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la infancia y retirarse en la adolescencia, junto con la llegada del desarrollo hormonal. “Incluso, en chicos que están en tratamiento, si se contaron dos años sin convulsiones, ya puede dejar el mismo”, sostuvo.
En caso de que un niño o niña presente convulsiones, la doctora sugirió “mantener la calma, ponerle una almohada debajo de la cabeza y tratar de rodearlo de elementos mullidos, como almohadas y demás, así no se golpea”. “Eso si – advirtió- nunca abrirle la boca. Es un mito que se pueda tragar la lengua, así que no lo hagan, sólo cuiden que no se golpee por los movimientos”.
En tanto, mencionó que si bien las convulsiones más comunes son las de todo el cuerpo, la neurona que descarga en ese momento está conectada a una parte específica del cuerpo de esa persona, por lo cual puede que las convulsiones las tenga en un brazo o pierna solamente y ahí se las llaman epilepsias focales. “Otro caso de convulsión es cuando el niño o niña se queda como ‘apagado’ por 5 minutos, se lo nota como ido, no reacciona a los estímulos”, agregó.
Cabe señalar que estos casos nada tienen que ver con las convulsiones febriles. “Eso se debe a un cuadro de alta temperatura y no son dañinas, pero nada tienen que ver con la epilepsia”, aclaró.
En la misma línea, brindó tranquilidad a las familias de chicos con este caso: “El diagnóstico se puede dar una vez que se hicieron los estudios pertinentes, que pueden ser tomografías o encefalogramas y será un neurólogo quien detalle a tratamiento a seguir, pero en pleno tratamiento se puede tener una vida normal ya que el paciente no tiene alterado otra cosa, ni su desarrollo, ni su aprendizaje, ya que puede dibujar, puede caminar y hacer muchas cosas más sin inconvenientes”.
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