Debutó en Central con Coudet, jugó con Lo Celso y Lisandro Martínez y hoy viste la camiseta de San Telmo
A los 27 años, Ezequiel “Tanque” Rodríguez decidió volver a jugar en el Rojiblanco, club donde se formó. Cómo fue su regreso, el recuerdo de su paso por Griffa y Central, su remordimiento por no haber podido firmar contrato y el mal momento que pasó por las reiteradas lesiones que le impidieron seguir desempeñándose profesionalmente.
El pasado 8 de abril, San Telmo derrotó 1-0 a Oriental como local, y más allá de la importancia de esos tres puntos, el partido quedó marcado por ser el debut de Ezequiel Rodríguez en la primera división del Rojiblanco. A sus 27 años, y después de haber jugado como profesional en Rosario Central, Rubio Ñu de Paraguay y distintos clubes de la provincia de Santa Fe, el funense volvió a sus raíces para vestir la camiseta del Telmo, aquella misma que usaba cuando empezó a dar sus primeros pasos en el futbol.
“El Tanque”, como lo apodan desde chico, fue la figura de aquel encuentro, y ya está 100% enfocado en lo que será un año de mucha competencia para San Telmo en la liga rosarina. “Fue algo muy lindo, lo extrañaba mucho, siempre dije que iba a volver, aunque no pensaba que se iba a dar en este momento. Cuando me fui era un chico, muy joven, y ahora estoy esperando mi segunda hija. Lo hago por ellas, para que me vean disfrutar jugando al fútbol, y para darle una mano al club”, manifestó el delantero a InfoFunes.
“Lo que más me gusta es la cercanía con el club, que me permite pasar más tiempo con mi familia. Yo antes me iba a las 5 de la tarde y volvía a la madrugada, después al otro día tenía que trabajar temprano, era muy desgastante”, añadió el funense, recordando los años anteriores en los que jugaba en ligas regionales.
Por su parte, Rodríguez recordó cómo se dio su primera llegada al club y los motivos que lo llevaron a regresar en este 2023: “Yo era muy chico, tenía 7/8 años, y en ese entonces jugaba al tenis. Hasta que un día me invitaron a entrenar en San Telmo y fui. Mi papá me dijo que, si empezaba, no podía dejar, y me lo tomé de esa manera al deporte, con mucho compromiso y responsabilidad. Jugué muy poquito, porque enseguida me fui a Griffa y después a Rosario Central”.
“Un compañero de trabajo cumplió un rol fundamental para convencerme y que se dé, ya me venía diciendo desde el año pasado cuando yo estaba jugando en Pujato”, reveló el Tanque.
Como bien marcó el propio funense, tras su llegada a San Telmo, su carrera continuó en la ex Academia de Jorge Griffa, donde coincidió con un jugador que hoy viste la camiseta de la Selección Argentina: Giovani Lo Celso. “Ya de chico se notaba que era distinto, con una zurda impresionante y una panorámica que no tenía nadie. Metimos muchos goles juntos ahí y en Central”, expresó Ezequiel, quien agregó: “También jugué ahí con Lisandro Martínez, que después lo terminé enfrentando varias veces en los clásicos de Central y Newell's”.
Años más tarde, se dio su arribo al Canalla, donde realizó las divisiones inferiores hasta finalmente llegar a debutar como profesional en 2016 de la mano de Eduardo Coudet, quien lo mandó a la cancha en aquel encuentro donde los auriazules igualaron 1-1 como local Ante Quilmes. Meses más tarde, también sumó minutos entrando desde el banco de suplentes cuando le tocó reemplazar a Marco Ruben en el empate sin goles ante Defensa y Justicia en Arroyito.
Sin embargo, la historia no tuvo final feliz para el funense: tras ello, no volvió a jugar en Central, nunca firmó su primer contrato como profesional, y terminó yéndose libre del club: “Nunca entendí porque no me lo hicieron. Jugué dos partidos sin tener contrato, de los cuales me correspondía plata y ropa. Creo que pagué muy caro no estar bien rodeado y asesorado siendo tan joven, si eso me pasara hoy, con mi carácter, me sentaría hablar y reclamaría”.
“Me terminé yendo muy mal, a lo último ya no entrenaba, me mandaban al predio de Cosecha, y hacía tres meses que había debutado, siento que fue muy injusto. Hoy no tengo relación con nadie de Central”, agregó.
Por otra parte, Rodríguez reveló que tuvo que empezar el psicólogo por la cantidad de lesiones que sufrió en su carrera, y que aún padece no haber podido seguir jugando profesionalmente. “Hasta el día de hoy, no fui nunca más a la cancha. Tampoco miré más los partidos, solo los clásicos y nada más; realmente me hace muy mal, siento que yo podría haber estado más tiempo ahí”.
Para cerrar, volvió a hacer hincapié en su presente en San Telmo y dijo que “el objetivo es mantener la categoría, pero lo que más priorizamos es el grupo, que cada vez está más unido y firme”.
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