Viernes, 29 de Marzo 2024
Domingo, 22 de Agosto del 2021

Coworking: Una tendencia que ya crecía y la pandemia empuja

Desde encontrar el lugar justo para trabajar hasta cerrar contrataciones de servicios profesionales o gestar proyectos colaborativos. ¿Qué es y qué pasa en un coworking?

El coworking viene desde hace algunos años siendo una tendencia en crecimiento a la par que el trabajo remoto. La pandemia y su correlato del Home Office terminó de echar luz y confirmar las ventajas de estos espacios de trabajo que se “alquilan” según necesidad.

Es que no todo es color de rosas cuando se trabaja, vive, come y duerme en un mismo espacio, y a solas o con convivientes. En los espacios de trabajo colaborativo se encuentran soluciones prácticas para todas esas dimensiones que la pandemia trastocó, explican desde el rubro.

Porque decir que el coworking es un espacio de trabajo -que pueden ser oficinas, salas de reuniones, un sillón cómodo, etc- que se alquila según las necesidades de cada persona, es decir poco. “Hacer coworking no es solamente zafar de los cortes de luz y tener una buena conexión a internet. Muchas de las desventajas que empezamos a experimentar con el home office tiene que ver con la soledad, con que de las 8 horas que estás en tu casa mirando una pantalla, tu único recreo sea poner el lavarropas”, explica Cecilia, una de las titulares de Bioma, un espacio de coworking ubicado en el centro de Funes.

“Falta todo lo otro”, remarca sobre las conversaciones, vínculos y condimentos que tiene cualquier trabajo que tenga la presencia de otra cerca: la pausa del café, tomar un mate a la par que otra persona, hablar de fútbol, de ropa, todas esas cosas que la oficina te daba y que no las tenés más en tu casa. Es que ese tipo de micro charlas que hacen a una jornada laboral por zoom no pasan.

¿Pero a alguien le darían ganas de dejar el home office, viajar una vez más todos los días a Rosario y volver en hora pico, solo porque falta el recreíto del café? Bueno, en la vida hay grises. Este tipo de espacios vienen a saldar ese término medio vacante, y a potenciar también el trabajo de quienes ejercen por su cuenta.

A Bioma por ejemplo, lo eligen como oficina profesionales de distintos rubros. Contadores, abogados, agentes inmobiliarios, gente que se dedica al desarrollo de softward para proyectos en el exterior, una empresa que fabrica placas antihumedad, una tienda de ropa de talles reales, interpretes bilingües, entre otros son algunos de los vecinos de la ciudad que trabajan cotidianamente en el lugar. También hay personas que utilizan el coworking de manera eventual, los que van una vez por semana. Cada cliente se arma un modelo de uso a medida. 

“Fomentamos la interacción de los miembros y eso se da: una contadora que le lleva los números a alguien del coworking que hace desarrollos, o esa misma persona que buscaba un diseñador gráfico y encontró una trabajando en el mismo lugar. Se está dando esa interacción entre los miembros, desde servicios que necesitan para ellos mismos y los encuentran allí o duplas que se arman para un proyecto de afuera”, explica Cecilia y agrega: “El poder unir las puntas es lo que queremos y hacemos. Incluso nosotros si necesitamos contratar servicios profesionales empezamos a buscar por nuestros biomers”.

“Queremos ser eso, no te digo una incubadora de empresas, pero si al menos un centro de referencia de profesionales. Toda nuestra plataforma online te permite consultar quiénes son nuestros miembros, contactarlos, saber a qué se dedican”, asegura.

Así, el espacio que nació pocos días antes de la pandemia y durante meses no pudo iniciar su actividad, se convirtió en un poco más de un año en punto de encuentro de trabajadores de distintos rubros. Pese a que los coworkings fueron uno de los pocos rubros comerciales que, aún sin poder trabajar no podían acceder a beneficios como el REPRO o descuentos de ningún tipo, Bioma pudo hacer pie y crecer en una oferta que la ciudad no contaba.

“En Funes, con la proyección que tiene la ciudad, y con una ubicación como la que tiene Bioma, a diez minutos de cualquier punto de la ciudad, va a necesitar y muchísimo este tipo de espacios”, aseguran.

“La posibilidad de que cualquiera que quiera conocer el lugar pueda venir un día a experimentar cómo es trabajar en Bioma es absolutamente sin cargo. Un 75% de las personas que vienen en esa modalidad de primer día sin cargo luego terminan pactando una membresía mensual, porque son muy flexibles y hay una para cada tipo de requerimiento”, cierran Cecilia y Marina, las hermanas detrás de la iniciativa Bioma.

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