“Funes, mi ciudad”: Una agenda alternativa

“Funes, mi ciudad” es un grupo cerrado alojado en Facebook y está conformado principalmente por ciudadanos de Funes: “este grupo es para todos los que viven y disfrutan de la ciudad de Funes. Funenses nativos o por adopción son bienvenidos a este grupo”, se lee en la descripción. También se aclara que hay moderadores, quién es el administrador y las 13 reglas que regulan el funcionamiento y su dinámica.

La variedad de publicaciones, que van desde ofertas, recomendaciones, pedidos solidarios, denuncias, reclamos, hasta chistes, también se da entre los miembros: emprendedores, comerciantes, proteccionistas de animales, políticos, profesionales y técnicos, artistas, entre muchos más.

Este grupo virtual que crece semana a semana y que tiene un altísimo volumen de conversaciones e interacciones, se fue transformando en un megáfono imperfecto de un considerable número de funenses y no funenses que, como decíamos, vuelcan allí sus necesidades, demandas y reclamos.

Por este motivo, ¿por qué no pensar a “Funes, mi ciudad” como una agenda alternativa que ocasionalmente posiciona temáticas con fuerza que hacen a los intereses y preocupaciones de los vecinos de Funes? Un ejemplo último de ello fueron las quejas seguidas de imágenes que reflejaban el desorden de basura previo, durante y posterior a las fiestas de fin de año.

¿Qué es una agenda? Tres tipos.

Según Dearing y Rogers, dos estudiosos de la teoría comunicacional Agenda Setting, una agenda es un “conjunto de temas que se comunican ordenados en una jerarquía de importancia en un particular momento en el tiempo.” A su vez, existen tres agendas diferenciadas: la agenda de los medios, la agenda política y la agenda pública.

Virginia Beaudoux afirma que la agenda de los medios se refiere a aquellos temas que los medios retratan como los más importantes en un momento determinado; la agenda política se vincula al diseño de políticas y prioridades establecidas por los actores políticos; mientras que la agenda pública alude al contenido y orden de los tópicos privilegiados por la opinión pública, y se suele medir mediante encuestas de opinión.

Esas agendas pujan por imponer sus prioridades e interpretaciones sobre determinado tema, otorgando un sentido unidireccional a la discusión. Por otra parte, también pueden existir correlaciones entre las agendas, formando una sincronización y combinación de asuntos.

A diferencia de lo que plantea Natalia Argurete en relación a que las “agendas de los movimientos sociales y las de los medios comerciales son distintas y, a veces, contradictorias”, bajado a casos concretos de Funes, no hay contradicción entre el grupo “Funes, mi ciudad” y el medio gráfico Info Funes, sino más bien complementariedad: la agenda mediática representada por el diario influye y dispara debates en el grupo -los usuarios suelen compartir y comentar las noticias que publica el diario-, y la agenda pública representada por el grupo “Funes, mi ciudad”, es una fuente de noticias primaria -no definitiva- para el medio.

De esta manera, encuadrada en la agenda pública aunque con matices propios de la virtualidad, se puede pensar en “Funes, mi ciudad” como una agenda alternativa por dos razones:

1- Los debates, publicaciones, e informaciones que circulan en la red no siguen necesariamente un orden o rango de importancia, sino que más bien se persiguen intereses diversos, espasmódicos, y generalmente espontáneos.

2- Rige la heterogeneidad económica, social, cultural y política, lo que genera una amplia diversidad de puntos de vista.

En conclusión, “Funes, mi ciudad” es un espacio protagónico de la agenda pública ya que ahí se genera información de diversa índole -sin la necesidad de acudir o fomentar la figura de periodismo ciudadano-, con naturalidad y espíritu de cooperación y proximidad típica de los pueblos.

Todo eso contribuye a la construcción de una agenda alternativa, con potencialidad para colarse en las otras dos agendas. Al ser un territorio dinámico y vital, cuantitativamente importante, y arraigado en la idiosincrasia de los funenses, sumado a la masificación de los smartphone lo que facilita la publicación-interacción al instante, hacen de “Funes, mi ciudad”, por un lado, una esfera virtual a estudiar y considerar, y por el otro, un espacio donde los usuarios deberían ser conscientes de la trascendencia que pueden alcanzar las informaciones que se difunden. Asímismo, hay que considerar que las publicaciones que se realizan son públicas para todos los integrantes del grupo, es decir, si hoy comparto algo en “Funes, mi ciudad”, puede ser visto por 12.112 miembros.

La posibilidad de exposición-viralización que habilitan las redes sociales está latente y no se puede perder de vista si se pretende lo contrario.