Vacaciones desde Funes: la vacuna de fiebre amarilla ya no es gratis y cuesta más de $233 mil por persona
Una resolución nacional excluyó a Santa Fe del acceso gratuito a la dosis. Quienes viajen al exterior deberán adquirirla en farmacias del sector privado.
El esquema de vacunación contra la fiebre amarilla sufrió un cambio drástico para los vecinos de Funes y la región que planean sus vacaciones en el exterior. Tras una resolución del Ministerio de Salud de la Nación, la dosis dejó de aplicarse de forma gratuita en la provincia de Santa Fe, quedando limitada únicamente a zonas endémicas del norte argentino. Ahora, quienes viajen desde el Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR) hacia destinos con exigencias sanitarias deben adquirir la vacuna en el sector privado, con valores que superan los $233.000 por persona.
La decisión nacional, vigente desde agosto, excluyó a Santa Fe del grupo de provincias con acceso gratuito, el cual quedó integrado por Misiones, Corrientes, Formosa y sectores de Salta, Jujuy y Chaco. Desde el Ministerio de Salud provincial confirmaron que la prioridad de dosis se otorgó a las jurisdicciones con circulación activa del virus. En consecuencia, el acceso hoy está marcado por la disponibilidad en farmacias, donde en muchos casos se debe abonar la unidad por adelantado para recibirla al día siguiente.
A pesar del costo, la ventaja sanitaria es que se trata de una dosis única que brinda protección de por vida. Según los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) vigentes desde 2016, ya no son necesarios los refuerzos cada diez años. Para que la inmunización sea efectiva y el certificado internacional sea válido, la aplicación debe realizarse al menos 15 días antes de la fecha del viaje. Es apta para personas de entre 9 meses y 60 años, aunque requiere consulta médica previa en casos de alergias graves o cuadros de inmunosupresión.
El impacto de esta medida coincide con la reciente re-inauguración y reactivación de frecuencias en el Aeropuerto de Rosario, terminal que conecta directamente a los funenses con destinos internacionales. Si bien Brasil no exige el certificado de forma obligatoria para ingresar, las autoridades sanitarias lo recomiendan fuertemente para quienes visiten las playas de Santa Catarina o Río de Janeiro, puntos de alta afluencia para el turismo local.
Ante la suba de costos y el cambio de normativa, la planificación se vuelve un factor determinante para las familias. Además de la inversión económica, los viajeros deben prever los tiempos de aplicación para evitar complicaciones en los controles fronterizos. En un contexto de mayor conectividad aérea para la ciudad, la prevención de la fiebre amarilla deja de ser un trámite administrativo gratuito para convertirse en un ítem de peso en el presupuesto de las vacaciones.
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