Miércoles, 25 de Septiembre 2024
Viernes, 10 de Abril del 2015

Casas que cuentan la historia

<p>La recuperación de tres inmuebles históricos de la ciudad para fines culturales puso en relieve el patrimonio arquitectónico de Funes. Cuáles son las casonas que guardan la historia del pueblo. Qué se hace y qué se puede hacer desde el estado para preservarlas y visibilizarlas.</p>

Foto: Vanesa Fresno-InfoFunes

Describir a un pueblo a partir de sus construcciones no es tarea fácil. Menos que menos uno como Funes, plagado de historias, conocidas y no tan conocidas, y con una arquitectura tan heterogénea. El renacimiento de la vieja casona de los Murray como nueva Casa de la Cultura, de la casona del Polideportivo como nueva biblioteca, y de La Clotilde, la casona de la familia Vesco ubicada en el centro del pueblo, como centro cultural de actividades ecológicas, puso en el foco las construcciones históricas de la ciudad, y al mismo tiempo la arquitectura y la historia de Funes.

“Pasó mucha gente que quería entrar para ver”, dice Mario Parodi, el responsable de los talleres de huella ecológica que se llevan a cabo en La Clotilde, la vieja casa de los Vesco ubicada sobre Santa Fe, a media cuadra del edificio municipal. “Cineastas, fotógrafos, gente de la gastronomía, del turismo receptivo. Mucha gente se acercó a ver qué es lo que se puede llegar a hacer. Es un lugar hermoso y no requeriría de una gran inversión para darle una propuesta definida. Hoy es maravilloso tener en el medio del casco urbano un centro cultural donde estamos llevando a cabo actividades de sustentabilidad, no existe otra propuesta así en la provincia”, contó.

En el viejo plan regulador de la ciudad, se llama eje arquitectónico, es decir, marca de identidad, casco histórico de la misma, a la zona que rodea a la estación ferroviaria. Las calles Pedro A. Ríos y Tomás de la Torre entre Elorza e Independencia, y la cortada Pellegrini son los centros claves de este lugar, sumándose a estos las casas ubicadas por Tomás de la Torre cruzando Elorza, entre ellas, la actual casa de la cultura.

Aquí, durante los siglos XIX y XX, fue donde se estableció el pueblo. Casonas como la de Pedro A. Ríos, primer juez de paz de la ciudad, en la intersección de su calle homónima y Pellegrini, donde también funcionó por primera vez la Comuna, o los terrenos de Pedro Lino Funes, el colonizador que compró los terrenos y le brindó el nombre a nuestra ciudad, en Independencia y Pedro A. Ríos, son los lugares clave de esta zona, donde el estilo ferroviario inglés convive con las casas chorizo, con el almacén de ramos generales, las llamadas villas italianas. El centro cívico del todavía pequeño pueblito se ubicaba ahí, antes de ser difuminado durante el crecimiento geográfico de Funes.

Ya en los ‘40 y los ‘50, en los albores del primer peronismo, el plan “Evita” permitió el embellecimiento de  las casas de los obreros mediante el estilo de chalets californianos, con sus arcos en los frentes y en las galerías y sus techos de tejas. Como ejemplo de esto están el viejo colegio Savio, en Tomás de la Torre y Candelaria, y algunas casas que todavía perduran en el barrio San Telmo.

Los 60´y los 70´, las décadas psicodélicas, trajeron consigo al modernismo al pueblo, y fiel exponente de esto es el Professional Country Club, con sus calles laberínticas, el estilo de sus piletas, el tanque. La geometría ingresaba a la arquitectura y Funes no se quedaba atrás.

Cerrando el siglo XX y antes del boom de los countries cerrados, el posmodernismo ayudó a convertir a Funes en una ciudad de recreo, de casas quinta. Estos chalets contemporáneos donde la madera y la chapa pintada de negro predominan se pueden encontrar muy fácilmente en Barrio Los Solares.

Rarezas
Funes no tiene un estilo arquitectónico definido. Por eso es que hay cientos de casonas con diferentes estilos, y, a causa de esto, algunas que son realmente destacables.

La Casona del Lago es una de ellas. Esta mansión delimitada por las calles Sarmiento, Santa Fe, Independencia y Tucumán, con un estilo tudor, tipo inglés, con glorietas, paseo interno y algunos toques de barroco. Una casona de recreo de alguna familia adinerada, alejada del casco urbano, de la cual varias historias se rumorean. A ella la acompañan el Club House del barrio privado Kentucky, un casco de estancia con forma de gato, rodeado de caballerizas, y la Casona del Poli, otro casco de estancia pero más relacionado con los agricultores que le dieron vida a la zona norte del pueblo.

Funes también posee dos casonas estilo español colonial, típicos cascos de estancia, que son La Polola, en el final de la Av Pedro A. Ríos, y La Española, justo antes de que calle Catamarca choque contra el barrio Funes City, detrás de la escuela María Auxiliadora, que también constituye un ícono arquitectónico por su estilo constructivo con rasgos de medievalismo, que la harían quedar muy bien si estuviese encastrada en cualquier montaña.

Por Pedro A. Ríos, entre Catamarca y Belgrano, se encuentra otra casona, mucho más moderna, que rememora al artista uruguayo Carlos Páez Vilaró y su CasaPueblo, con esas paredes irregulares pintadas de blanco, siendo esta la única exponente de su estilo en la ciudad.

El papel del municipio
¿Qué puede hacer el municipio para mantener estos íconos de la arquitectura y la historia funense? El primero en abordar el tema del estilo arquitectónico en la ciudad fue el ex intendente José María Marracino, quien intentó unificar los estilos de los edificios públicos de la ciudad en un estilo cívico público, con ladrillo visto predominante y acápite en forma triangular. Se puede ver todavía en el edificio del Correo o del Juzgado.

En el 2012, Una ordenanza del edil Mauro Miguez (cuya memoria y ayuda fue vital para la realización de esta nota), le da la potestad al Municipio de tratar estos temas. En sus palabras: “La ordenanza permite que el Municipio realice un listado de los inmuebles que pueden ser importantes por su valor histórico o arquitectónico. A partir de allí, el área de catastro es responsable de comunicarse con los dueños de dichos inmuebles, notificarlos de la importancia de su propiedad y llegar a un acuerdo donde esta se preserve. Si se notifica, no se llega a un acuerdo, y el dueño haga algún tipo de modificación que afecte el valor histórico o arquitectónico del inmueble, la ordenanza estipula algún tipo de multa que el Municipio puede aplicar”, cuenta el edil.

Vivimos en una ciudad en la que los edificios considerados importantes en la historia del pueblo son muy poco conocidos. Que la Escuela 125 funcionó donde hoy está la Comisaría 23, que la primer Comuna funcionó en Pedro A. Ríos y Pellegrini, son detalles que no son muy nombrados y por eso, estos edificios no son reconocidos por los ciudadanos. La historia de Funes lo reclama.