Martes, 30 de Abril 2024
Martes, 11 de Febrero del 2014

El Aeropuerto de Funes

A pesar de crecer en torno al aeropuerto y que buena parte del mismo se encuentra en su territorio, Funes ni siquiera puede tener un representante dentro del ente autárquico que administra la aeroestación.

Cuando en 1938 se produce la refundación del Aeroclub Rosario en el predio donde actualmente se encuentra el aeropuerto "Islas Malvinas", muy pocos podían siquiera imaginar el posterior desarrollo de la aviación comercial. Europa estaba por ingresar entonces a una guerra despiadada con consecuencias de todo tipo cambiando el mundo para siempre, los avances técnicos progresaron velozmente y la ciencia aeronáutica fue la que más provecho sacó de la situación. Casi al final del conflicto, en 1944, se realiza la convención de Chicago creándose la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) acordando las naciones contratantes las directrices fundamentales del nuevo transporte aéreo mundial.

Si bien ya existía un incipiente transporte aéreo, siendo recordado en nuestro país el realizado por pioneros como Rufino Cambaceres, Vicente Almonacid, Pedro Ficarelli en la famosa "Aeroposta Argentina" acompañados por los franceses Jean Mermoz, Henry Guillaumet y Antoine de Saint Exupéry, entre otros, recién adquiere madurez al finalizar la segunda guerra mundial. Los bombarderos pesados rápidamente se convirtieron en grandes aviones de pasajeros y carga general, los campos de aviación rudimentarios debieron agrandarse y modernizarse para recibirlos, comenzando a nacer el aeropuerto tal como lo concebimos en la actualidad.

En todo el mundo el proceso fue más o menos similar, primero los aeródromos se situaron en las afueras de las ciudades, para resguardar a la población del ruido y los posibles peligros, y poco a poco la ciudad fue avanzando rodeando a las pistas haciendo una conjunción entre el aeropuerto y la ciudad colindante. Es por eso que la mayoría de los aeropuertos de las grandes ciudades poseen el nombre de municipios más pequeños vecinos, así denominaciones como Barajas, Ezeiza, Carrasco o Fiumicino son conocidas mundialmente.

A pesar de crecer en torno al aeropuerto y que buena parte del mismo se encuentra en su territorio, Funes no tuvo la suerte de esas ciudades. La idea fue llamarlo aeropuerto de Fisherton por muchos años sin que se tenga en cuenta la influencia directa en nuestro medio ambiente, nuestra urbanidad y nuestro modo de vida, ni siquiera pudimos tener un representante dentro del ente autárquico que administra el aeropuerto, ya sea para coordinar políticas comunes, realizar peticiones de interés o tomar decisiones de tipo medioambiental con medidas protectoras, correctivas o compensatorias.

La ley 10.906 del año 1992 creaba el estatuto orgánico del aeropuerto y en su artículo séptimo expresaba: "El Directorio estará integrado por tres vocales: uno, en representación de la provincia, que presidirá el mismo; uno por la Municipalidad de Funes y el restante por la Municipalidad de Rosario" Luego decía; "Los vocales que representen a ambas ciudades serán propuestos por la Municipalidades".

Parecía que se había hecho justicia pero rápidamente el ejecutivo veto el artículo mediante el decreto 4115 aduciendo conveniencias de índole política y para evitar "choque de intereses". A partir de allí todos los gobiernos municipales, en mayor o en menor medida, hicieron su petición correspondiente y se preocuparon por la problemática, pero fueron intentos aislados desprovistos del apoyo popular y sobretodo del arco político opositor del momento. Hasta que no haya un verdadero empuje de todas las fuerzas vivas nada se logrará porque primero debemos entender nosotros la importancia de estar rodeando una terminal aérea internacional con todos los servicios de protección al vuelo.

Todas las ciudades mencionadas sacaron provecho de la situación, siendo beneficiadas, reconocidas y compensadas por el ruido, el impacto urbanístico o el daño a su naturaleza, pero, increíblemente, Funes es un convidado de piedra desde hace mucho, no pudiendo tomar parte en decisiones que competen y afectan directamente a su comunidad. Hoy en todo el mundo se habla de "ciudad aeroportuaria" y nosotros, lejos de ello, perdimos una y otra vez la posibilidad de insertarnos como tal aprovechando los terrenos anexos al aeropuerto para planificar espacios de carga o servicios, dando trabajo a mano de obra funense para que retorne algo de lo que nuestro pueblo brinda al aeropuerto. Esta inacción dejo un espacio vacío que fue llenado por particulares que lógicamente hicieron prevalecer sus operaciones inmobiliarias ante la miopía de nuestros dirigentes a través del tiempo.

Es mi humilde intención detallar las razones jurídicas, históricas, medioambientales y urbanísticas por las cuales Funes necesita tener presencia en el aeropuerto, a lo mejor se puede convencer a muchos representantes locales detrás de un solo proyecto, desprovisto de banderías políticas y favoreciendo el bien común, para entonces sí, encolumnados tras una misma idea, solicitar al poder provincial la integración de Funes al Directorio del Aeropuerto tal como estaba plasmado originalmente en la ley.