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Lunes, 13 de Enero del 2014

Un problema en cuentagotas

El verano con altas temperaturas y pocas lluvias acentuó las complicaciones en el servicio de riego. Desde el Ejecutivo reconocen que la prestación "no es óptima", aunque prometen mejorarlo en unos días. La oposición y varios vecinos denuncian que, en algunos lugares, los camiones regadores "ni siquiera pasan". Otras alternativas para abordar la problemática.

Foto: Vanesa Fresno (InfoFunes)
En Funes el verano no sólo llegó con una ola de calor insoportable, el combo estival parece ser sudor en el cuerpo y tierra pegada a la piel. Es que la furia del sol no da respiro, el servicio de riego no alcanza, y las calles de tierra -que son el 75 % del total- se pierden en el polvo fruto del viento y el pasar veloz de los automóviles.
 
La situación ha hecho florecer las quejas de los vecinos que, en algunos casos, han llegado a denunciar la ausencia total del servicio municipal de riego por sus barrios, exponiendo así el déficit de un servicio que parece una cuestión menor pero que cuando falla genera problemas respiratorios, de visibilidad e higiene y ocasiona la molestia de tener una nube de polvo flotando sobre la cabeza.
 
"El servicio no es óptimo, estamos con falencias, y lo vamos a levantar de a poco esta semana", dice Claudio Herrero, secretario de Obras y Servicios Públicos municipal, que explica que las nueve zonas catastrales de la ciudad se cubren con cinco camiones y una cuba trasladada por un tractor y reconoce que lo ideal sería contar con un camión por cada zona.
 
Para Herrero, que admitió que la flota de camiones siempre sufre algún desperfecto como pinchaduras de gomas u obstrucciones en las bombas, el estado de los camiones está en "siete puntos". Esos camiones, siempre según lo explicado por el secretario municipal, trabajan en dos turnos, de 5 a 11 y de 15 a 21, garantizando que todas las calles de la ciudad reciban riego al menos dos veces al día. "Mi idea es que pase por lo menos cuatro veces por día o armar un turno de noche que sirva para que el suelo aguante la humedad. Estamos trabajando en la factibilidad", manifestó.
 
"Estamos gestionando el préstamo de un tractor y una cuba, lo que nos permitiría abocarlo a una zona y consecuentemente achicar las zonas que les competen a cada camión, así cada camión podría pasar más veces por cada cuadra", explica, y promete que para "mediados de enero" está prevista la incorporación de un camión cero kilómetro y, eventualmente, el alquiler de alguno más -si es necesario-.
 
Consultado sobre las quejas de vecinos que aseguran que por sus cuadras el riego no pasa ni siquiera una vez al día el secretario dijo que "puede ser que no lo vean porque pasa temprano por esa zona en particular y estén durmiendo", y agregó que la sequía de esta temporada agravó el cuadro de situación.
 
La otra mirada
Mauro Miguez, concejal por el partido distrital Unidad Popular, desacuerda con Herrero al calificar que la calidad del parque de camiones de riego, "es obsoleto, estamos hablando de camiones que tienen hasta 40 años mientras que ha crecido la población y la circulación de vehículos por las calles, hoy en día la problemática urgente pasa por la incorporación de nuevos vehículos", dice.
 
"Desmiento que en todos los barrios el camión regador pasé al menos dos veces, recorro los barrios, hablo con la gente y en algunos lugares ni siquiera pasa, yo vivo en Zona 5 y hace rato que no vemos un camión regador. El propio parque automotor del Municipio no permite que se cumplan las dos rondas por cada barrio", dice Miguez, que considera que con dos pasadas diarias sería suficiente.
 
"Creo que este año cuando se discuta el Fondo de Obras Menores se va a tener que pensar en capitalizar el parque automotor del sistema de riego. Como mínimo necesitamos la incorporación de dos camiones nuevos, ya hay algunos camiones que no se pueden reparar, que implican muchas pérdidas", agregó.
 
En tanto que Roly Santacroce, concejal por el Frente Para la Victoria, consideró que hablar del tema es convalidar "la mediocridad total" y demuestra la "incapacidad política de los que gobernaron en los últimos diez años, es el colmo, este gobierno no está preparado ni para regarle las calles a los vecinos".
 
El concejal reconoció que gente del Municipio se le acercó para pedirle que gestione la llegada de nuevos camiones ante la Nación. "Pero yo no lo puedo hacer porque no estamos en temporada y porque las cosas se piden con tiempo, esto se tendría que haber empezado en el mes de octubre, gestionamos para marzo, no para mañana", afirma.
 
Alternativas
Mejorar la calidad de las calles de tierra parece ser la alternativa más convencional al problema del riego más allá del riego en sí mismo. "Ahora estamos yendo a buscar material, RAP (material asfáltico reciclable), si pudiéramos hacer un buen suelo compacto estaríamos minimizando el riego", afirma Herrero.
 
En una dirección similar se expresó Miguez: "Hay que evaluar el cambio de materiales que se utilizan para la compactación y el tratamiento del suelo, claramente el uso de escoria es bastante nocivo para la salud además de generar polvo en suspensión; si se hace una buena base del compactado del suelo con la piedra calcárea eso aminora la cantidad de polvo y mucho mejor si se pudiese construir cordón cuneta, que ayudaría a mantener el material de las calles".
 
Pero la alternativa más original la presenta Alejandro Risiglione, un ingeniero agrónomo de la ciudad que afirma que agregándole algunos productos al agua de riego en el suelo se genera una especie de pasta que minimiza el levantamiento de polvo. "Lo que hacen estos productos agregados al agua es evitar su evaporación rápida, es como mancharse una remera con agua, que se evapora fácilmente, o con aceite, que perdura", explica.
 
"El efecto es más o menos duradero de acuerdo a la cantidad de producto que se aplica. Lo correcto es ir aplicándolo con el agua de riego de manera paulatina, para que la calzada lo vaya absorbiendo de a poco. Una vez que el suelo ya alcanzó el punto de saturación, con que el camión regador pase una vez por semana ya sería suficiente", explica Risiglione, que alguna vez propuso la adopción de este método a las autoridades municipales pero no encontró eco.
 
Según explica el ingeniero este sistema es de uso generalizado en otros países, durante la construcción de acueductos o gasoductos, para evitar que las poblaciones aledañas a las obras queden empapadas de polvo. Los productos a aplicar pueden ser "resinas, emulsionados de residuos de aceite de la industria sojera y, en caminos alejados de las viviendas, se puede utilizar incluso aceite quemado emulsionado", agrega, y por las dudas aclara: "Estas sustancias son no tóxicas, no contaminantes, y están aprobadas para su uso por otros países".