Vecinos de Don Mateo y Cantegrill temen ser atropellados por automovilistas inescrupulosos

Ayer este medio publicó una nota en donde se daba cuenta de un grave accidente entre dos automóviles en las calles La Tradición y Lelloir, en el corazón del barrio Don Mateo. Era el segundo hecho de estas características en tres días.

Durante las averiguaciones propias de la tarea periodística encontramos la opinión preocupada de distintos vecinos de la zona que manifiestan que debido a los desvíos obligados por las obras viales en marcha la circulación vehicular se tornó caótica y peligrosa.

El primer reclamo de los vecinos tiene que ver con las “demoras en la finalización de las obras que cortan las calles Fuerza Aérea y también José Hernández”. Vale aclarar que ayer mismo fue habilitada la circulación plena en Fuerza Aérea, que tenía suspendida la mano que se dirige a Rosario a la altura del barrio Miraflores.

El segundo reclamo es “que los autos a veces se meten en contramano por Fuerza Aérea, generando situaciones muy peligrosas con los autos que vienen de frente; otros, al no poder doblar por Hernández, doblan por el barrio Don Mateo, por calle La Tradición, que está pavimentada, y ahí van a toda velocidad por adentro del barrio”, explica una vecina que prefirió no dar su nombre.

“Es un barrio que era muy tranquilo, donde los chicos juegan en la vereda, hay gente paseando, y autos que pasan a toda velocidad como si fuera la autopista”, agrega.

Y para finalizar dejó en claro que es lo que piden: “Más allá del reclamo de lomos de burro, que algunas calles tienen y otras no, queremos que haya algún tipo de control de inspectores de tránsito. Sentimos que los inspectores están siempre en el centro controlando si pisás la línea amarilla y mientras tanto los accidentes ocurren acá en el barrio. Hasta que estén terminadas las obras en estas calles el barrio se merece un poco más de atención y más controles”.

Una situación similar se vive en el Barrio Cantegrill, pegado a Don Mateo, en donde a falta la calle José Hernández, los autos se desvían por calle El Mortero, la calle central del barrio, que es doble mano y también muy angosta. “Si hay algún auto estacionado queda un solo carril y es un lío cada vez que se cruzan dos autos, los fines de semana es un caos. Y encima acá los pibes juegan en la calle. Es un peligro”, nos dijo otra vecina.

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