Domingo, 29 de Septiembre 2024
Lunes, 05 de Abril del 2021

Una poesía que viaja: la pasión por los fierros en un Ford del año 1929

Alguna vez, seguro alguien se cruzó con un auto antiguo, de color azul. Seguro alguien lo vio andando por las calles de Funes.

por Vanesa Fresno/Infofunes

Durante su infancia se enamoró del auto de su papá, un Ford A 1929 que el viejo utilizaba para repartir leche. Los años pasaron y hoy lo sigue cuidando y conservando como si fuera uno de sus hijos.

“El amor al Ford A viene desde que era chico. Fue en el año 1960 cuando mi papá lo adquirió. Él era lechero de Cotar en Rosario y yo en el 74, con 10 años iba a repartir con él, y ahí me enamoré del auto”, dice Luis. “Para mi tiene un olor especial, la madera, la nafta, el andar. Vos por ahí andas con un mal día, te subís acá arriba y se te van todos los problemas”.

¿Cómo es la relación entre tu familia y el auto?

“Por suerte muy bien. Mi hijo lo ama, y mi señora me apoya mucho. Ella aceptó que terminara de hacer el auto antes de hacer la planta alta de mi casa”, agregó. 

¿Cómo haces cuando surge un problema mecánico y necesitas algún repuesto? ¿Se consiguen?

“Hay de todo y se consigue todo. Vos pensá que en el mundo hay trescientos mil Ford A andando, y la empresa Champion sigue fabricando bujías y baterías, así que con eso no tengo problemas”. Además, Luis menciona que el Ford A fue el primer auto en tener radio propia.

Siguiendo con el paseo por la ciudad, le preguntamos cada cuanto sale a dar una vuelta y cómo es la reacción de los vecinos al cruzárselo por la calle: “Salgo todos los días a andar, incluso los fines de semana. La gente me deja pasar cuando lo ven, le ponen muy buena onda”, a lo que su hijo Santino agrega entre risas: “Entonces siempre tiene que andar en este”. 

Los controles de la policía y de la gente de tránsito en las calles son habituales, y Luis se toma la cosa en serio: “Una vez iba para Rosario y me paró un gendarme cerca del Jockey Club. Se me acerca y me dice “Te paro para mirar el auto nomas”, algo que no suele pasar muy seguido. Hasta un BMW frenó el lado mío una vez, el tipo bajó el vidrio y me dijo: “Hola loco, que bueno que está”.

Actualmente en Funes, hay otros tres Ford A funcionando, y de vez en cuando salen juntos a dar un paseo. El auto cumplió 92 años el pasado 4 de marzo, y hasta le festejaron el cumpleaños. Seguramente cumplirá muchos años más estando al cuidado de Luis Lotuffo; y quién sabe si su hijo seguirá con este legado cuando sea mayor. 

Luis disfruta y conduce su auto con una gran sonrisa en su rostro, como si fuera su zona de confort. 

Los vecinos que lo ven pasar destacan lo contento que se lo ve al volante, como si fuera un niño. Además, nada mejor que compartir esa pasión junto a su hijo que lo disfruta mucho, dándole mucho significado a una frase que está escrita a un lado del volante: “Soy una poesía que viaja…”.

MIRÁ LA NOTA QUE LE HICIMOS A LUIS HACIENDO CLICK ACÁ

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