Sostener comercios tradicionales en Funes, ¿es sólo una cuestión de actitud?
Mientras que algunos comercios históricos se suben a la ola del crecimiento y reinvierten para acompañar el auge de la ciudad, otros lamentan algunas medidas y acusan de “no cuidar al local”.
El año arrancó confirmando lo que se palpitaba: este es uno de los veranos más concurridos de Funes, y la cosa parece ser tendencia. Bares repletos, colas para casi todo, calles transitadas a pie y vehículos en cada una de las zonas con más movimiento son una postal de este enero que sorprende a propios y ajenos, sobre todo porque sucede después de un parate histórico producto de la pandemia que aún atravesamos.
Pero mientras que algunos comercios históricos de Funes se suben a la ola del crecimiento y reinvierten para acompañar el auge de la ciudad otros lamentan algunas medidas y acusan al gobierno de “no cuidar al comercio local”.
El recelo está puesto en los dos espacios públicos que durante este verano se reconvirtieron en plazas gastronómicas de la mano de los Food Trucks: el de Plaza Don Bosco y el del flamante Paseo de la Estación. Quienes tienen un comercio, con local a la calle y con los gastos fijos que acarrean, lamentan que los espacios se le otorguen con pocos requisitos de inversión a marcas de afuera. Sin embargo, en cuanto al resultado final las opiniones están divididas entre quienes lo ven como una movida desleal y los que aprovechan el movimiento para traccionar público para pagos propios.
Consultamos su opinión a varios comercios funenses con décadas de trayectoria. Si bien los que superan los 20 o 30 años suelen contar con el plus de un nombre propio, hay algunos puntos en los que convergen: La trayectoria en sí misma importa, pero hay que estar a la altura en una ciudad que se caracteriza por recibir gente nueva de manera constante.
“Cuando vos tenes competencia te esforzas, creces, cambias. Después de este 2020 o nos pegábamos un tiro o arrancábamos con toda luego de meses trabajando con un bajo porcentaje y teniendo decenas de empleados. Hay manera y maneras de salir, elegimos salir para delante como bestia como hicimos”, asegura Horacio Herrera, dueño de la clásica “La Panadería”, cuyo local de Ruta 9 cumplió 26 años y lo festejaron con una gran obra de renovación en su interior y fachada. “Siempre es volver a apostar a futuro, sin olvidarnos que renovar es también pensar en el público joven porque a Funes vienen familias jóvenes, no es una ciudad estancada y hay que estar a la altura”, confió y agregó: “Está linda Funes, y eso te da ganas de hacer cosas”.
Según el dueño de La Pana, los negocios tienen “dos maneras de andar: o le sacas el jugo hasta que no sirven más o lo mantenes siempre generando cambios y cosas nuevas”. Por si quedan dudas sobre la opción que eligen en La Pana, aclara: “A nosotros no nos gusta estancarnos”.
Tal vez en la vereda opuesta y en el mismo rubro, está el otro clásico de las panificaciones funenses: La Suiza, una panadería familiar con más de 30 años en la ciudad. Raúl, su dueño, se expresó en desacuerdo con “todos los cambios que está teniendo Funes porque no cuidan al comerciante local”, y aseguró que la clave de su comercio es haberse convertido en un clásico. Ahora bien, el también referente del Centro Tradicionalista de Funes, valora lo clásico y como tantos otros saben que es un valor en sí mismo.
“Nosotros no tuvimos que hacer nada distinto de lo que siempre hicimos para traer clientes, porque tenemos una trayectoria. La gente viene a buscar nuestros panificados, pero siento que mucho de los comercios de siempre, sobre todo los del centro, se ven perjudicados. Creo que si La Suiza hubiera abierto dos años atrás hoy estaría fundida, pero como tenemos una trayectoria de 30 años la gente nos conoce y nos elije”, contó.
Por más que a ambas panaderías las separen pocos metros, el azar y el movimiento que las propias modificaciones urbanas se van dando en la ciudad afectan a cada local de distinta manera. Y se sabe, cada zona tiene sus particularidades. La Panadería se ubica sobre Ruta 9 y Cochet, una arteria que parecía agonizar y que nuevamente mostró durante este auge que es “la” avenida funense. La Suiza por su parte, también sobre Cochet, pero casi en esquina Santa Fe, se vio afectada por el resto de los cambios que atravesaron a la ciudad en los últimos meses: “Cuando compré el local en la puerta pasaba un colectivo y estábamos ubicados sobre manos y contramanos, hoy no pasa nadie por la calle. Calle Santa Fe está vacía”, lamentó Raúl.
Otro de los locales con trayectoria en la ciudad es el de la verdulería Frescura, sobre calle Irigoyen, a 50 metros de Ruta 9. La verdulería es otro ejemplo de cómo un comercio con más de 20 años de antigüedad, y de un rubro que podría conformarse con un par de cajones en la calle tal como eran las verdulerías en una época, apuesta a invertir en “verse linda” para sus clientes.
“La gente siempre está pidiendo un cambio y por eso uno va creciendo, porque no nos quedamos en el tiempo y siempre hay que buscar la forma de renovarse. Siempre hay que estar atento a ver que busca la gente, en eso Funes crece un montón y hay que acompañarlo. Muchas verdulerías van poniendo lindos comercios, antes eran horribles nadie le ponía esmero a nada, y ahora hay una más linda que otra, y yo quiero que la mía sea más linda aún”, asegura Violeta, que junto a su pareja apostaron por una verdulería en un garage 20 años atrás y el último año, en plena pandemia, dieron un gran salto: Toda la casa donde antiguamente vivían es ahora Frescura.
“La mitad de lo que es todo el local la uso para la verdu y la otra mitad para cocina porque nos dedicamos a hacer las ensaladas, todo elaboración propia”, explica la comerciante que apostó también a incorporar otros alimentos que complementes a sus frutas y verduras como la dietética que sumaron.
Violeta sabe que juega con la ubicación a favor, pero entiende que la actitud pesa aún más. “El movimiento que hay en Irigoyen es terrible y se nota, viene mucha gente que pasó a la noche a tomar algo y conoció el negocio. Todo el movimiento ayuda, pero hay que acompañarlo”, asegura.
La clave de mantener un negocio a flote en una ciudad en crecimiento es crecer a la par, coincide. Y “darle bastante bolilla a lo que se ve” porque “los clientes se renuevan todo el tiempo, hay gente que nos compra desde hace 20 años, pero hay muchos nuevos y se viven renovando”.
Más de 100 locales abrieron en Funes el año pasado según señaló a InfoFunes el área de Comercio Municipal. Y la ciudad, guste a quien le guste, se hace de gente nueva permanentemente. La trayectoria se gana con esmero, paciencia y sacrificio como en todo, pero para eso también hay que acompañar, con esfuerzo propio y con políticas públicas que acompañen a los que ya estaban.
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