Recuerdos teñidos por polvo de ladrillo: cuando Funes tuvo su Lawn Tenis
El club supo estar a la altura de muchos de Rosario y dos ex jugadoras repasan la historia de un hito que marcó el inicio de las instituciones deportivas en la ciudad.
Las canchas de tenis que ocupa actualmente el Club Funes en Moreno y Tomás de la Torre encierran una historia que muy pocas veces fue contada. Su fundación data de 1907 y tiene un valor trascendental para Funes ya que allí funcionó el Funes Lawn Tennis Club, el cual significó el inicio de las instituciones deportivas.
En un incipiente pueblo de apenas 32 años de creación, por ese entonces denominado “San José”, el 7 de junio de 1907, se inauguraron las canchas en terrenos cedidos por la Empresa del Ferrocarril Central Argentino. Se realizó un contrato que fue sucesivamente renovado entre quienes tuvieron la iniciativa, miembros de las primeras familias pobladoras y representantes de la empresa.
En el contrato se aclaraba: “La empresa permite a los ocupantes usar una fracción de terreno de tres mil ochocientos ochenta y nueve metros, situados en las inmediaciones de la estación Funes”. Lugar que ocupan las canchas hasta el día de hoy, 112 años después.
Algunos de los apellidos de los fundadores de Lawn Tennis Club, los cuales aportaron cada uno la suma de $138 fueron: Sinclair, Boinek, Pedro Lino Funes, Pedro A. Ríos, Murray, Jamberlini, Vesco, Mangiaterra, Fermin Lejarza, Taboada. Todas familias cuyos descendientes siguen siendo vecinos de Funes en la actualidad.
En los estatutos de su creación se expresa como objetivo “fomentar la práctica del tennis”. Y es aquí donde nuevamente el pueblo se lució como pioneros, ya que hacía sólo treinta años que el deporte había desembarcado en el país de la mano de los ingleses que llegaban de Europa y habían ido propagando paulatinamente el deporte.
Tal es así que quienes aún recuerdan los años de auge de la canchas, aseguran que “el renombre que había alcanzado el club local estaba a la altura de los clubes de Rosario y la región”.
El Lawn Tennis desarrolló sus actividades en tres canchas ubicadas en frente de las vías del tren y la secretaría funcionaba en el domicilio particular de Pedro Ríos hasta que posteriormente se instaló en el edificio donde actualmente funciona la Comisaría 23.
Tota y Nelly Mangiaterra son dos hermanas nonagenarias que recuerdan con entusiasmo y cariño sus años como jugadoras en el Lawn Tenis Club, aseguran tener presente de manera nítida la cara del señor Petitti quien fue el canchero durante años “mantenía impecables las canchas, todo el predio. En esos años los flejes de la cancha eran de lata” recuerdan.
Aún hoy, las hermanas Mangiaterra recuerdan y describen la vestimenta de todos los vecinos que allí se reunían “siempre de punta en blanco todos, era obligatorio, los shorts, las polleras, las chombas, las medias, hasta las zapatillas… hoy en día lo ves a Federer con zapatillas flúor”, remata Nelly sobre lo que está de moda, casi 70 años después.
Sobre cómo se desarrollaba la vida social en torno al Lawn Tennis Club Funes, las hermanas recuerdan: “Fueron años hermosos, la mayoría de los grandes jugadores y miembros del club hoy ya no están pero de seguro coincidirían en que aquel fue el lugar donde pasamos grandes e importantes momentos”
Consultadas por la idea de describirlo como un grupo de “elite” de las familias más importantes del pueblo, ambas aseguraron que no, “no lo describiría como elite, pero sí éramos un grupo grande, de los apellidos más conocidos del pueblo”.
Las hermanas despuntaban su placer por el deporte como pasatiempo y aseguran haber participado de varias competiciones contra clubes como Regatas o Remeros de Rosario tanto en single como en dobles.
“Son muchos los nombres y los apellidos que se me vienen a la cabeza, no me quiero olvidar de nadie: Rovere, Aramberri, Moresi, Galdeano, las hermanas Vesco que jugaban espectacular, Murray, Pupeti, Rosales, Azurmendi. Nos peleábamos por ver quién agarraba la cancha, algunos ya eran grandes cuando nosotras éramos adolescentes”.
Fue tal el renombre que había tomado el club y el arraigo del deporte que no sólo instaló en el pueblo la práctica del tenis, sino también otra costumbre importada directamente de los ingleses: las reuniones a tomar el té.
“Había en las canchas una casilla de madera con una especie de galería que miraba a las vías del tren, la reunión consistía en juntarnos allí a tomar el té en las vajillas de porcelana que ahí mismo guardaban antes o después de los partidos”, recuerdan sobre el lugar de encuentro.
A fines de 1946, un incidente sacudió a la institución y así lo describe un escrito de José Gurmendi en el libro de actas: “Dejo constancia que manos anónimas incendiaron las instalaciones del Lawn Tennis Club, perdiendo éste toda su utilería, dos redes, vajilla, herramientas de trabajo, etc, como así también la parte sud del edificio, baño y lavatorio”.
“En esa época estaba todo muy revuelto y un grupo de inadaptados sentía bronca hacia el club por su origen extranjero, se comentaba que fue eso lo que motivó a quien provocó el incendio”, recuerdan Nelly y Tota.
Luego de ese hecho, las actividades del club siguieron funcionando con algunos años de paréntesis hasta que en febrero de 1965 se realizó la última reunión para luego clausurar las actividades de la más antigua institución deportiva de Funes.
Intentos por devolverle la gloria
Después del incidente el camino se hizo cuesta arriba y fracasaron los intentos de muchos socios por intentar ponerlo de pie, la más entusiasta del grupo fue Alcira Vesco, quien hasta propuso su casa para realizar allí las reuniones de la comisión, su casa estaba emplazada en plenos centro de la ciudad, donde actualmente funciona la galería Funes Mall.
“Matilda y Teresita Vesco eran muy buenas jugadoras, excelentes, representaban al pueblo siempre”, recuerda Tota sobre las hermanas que fueron destacadas por su juego en aquel entonces.
Las canchas, que actualmente continúan en funcionamiento en el mismo espacio donde hace 112 años un grupo de vecinos decidieron instalarlas, funcionaron en ese entonces no sólo como un lugar de deporte y esparcimiento, sino que forjó la historia del pueblo para que sea la ciudad que es hoy.
“En esa época se realizaban tertulias una vez al mes, se llamaba el Baile Blanco, nos poníamos lo mejor que teníamos y podíamos invitar a quienes quisiéramos, eran todo un suceso en el pueblo. En esas tertulias, se conocieron muchos matrimonios que formaron familias que han participado activamente en la historia de Funes”, rememoran ambas.
Funes Lawn Tennis Club es tan sólo uno de los lugares que vieron crecer desde sus más tiernos años a la ciudad que por estos días cumplió 144 años, y poco se sabe de su historia, bien porque sus protagonistas ya no están o porque sus historias se han perdido y no se han podido transmitir de generación en generación. Es aquí donde se resalta la importancia de la construcción colectiva para transmitir la historia de éste y todos los espacios históricos de Funes que son parte de su idiosincrasia.
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