Qué reeeeco.... ¿Quién inventó el sándwich Menditeguy?
Hablamos del Menditeguy ¿Qué lleva? No deja de ser un sándwich simple y de pocos ingredientes: pavita, queso gratinado y salsa holandesa, todo cerrado por un pan de corteza tierna que sale tostado.
Rosario es reconocida en muchos lugares del país porque todos sus bares ofrecen un sánguche que -a pesar de ser muy simple- solo se consigue acá. Hablamos del famoso Carlito, claro. Pero hay otro gran sándwich propio de estos lares, no tan conocido como este -aunque tan o mas delicioso-, no tan extendido a todos los locales gastronómicos pero que aparece en los menús de buena parte de los negocios especializados en sánguches.
Ahora hablamos del Menditeguy, que seguramente lo comiste más de una vez sin saber que era otro invento made in Rosario. ¿Qué lleva? No deja de ser un sándwich simple y de pocos ingredientes: pavita, queso gratinado y salsa holandesa, todo cerrado por un pan de corteza tierna que sale tostado. La pregunta que surge automáticamente es: ¿Qué es la salsa holandesa? Alguien respondió en las redes: “es como una mayonesa pero más rica”. Bueno si todavía no probaste el Menditeguy después de leer esto te va a dar hambre (y si lo probaste también, la verdad).
Resulta que la sandwichería donde este bocadillo se hizo por primera vez -allá por los 50s- aún existe, y sigue preparando este -y otros tantos- productos de la misma forma desde hace 70 años. Es una de las mejores sandwicherías de la ciudad y, sí, es Monreal, en la esquina céntrica de Entre Ríos y San Lorenzo, frente al Palacio de Los Dragones.
En verdad, técnicamente no fue Monreal la cuna de este sánguche, sino la sanguchería que se instaló en esa esquina en 1937 y que en 1960 le vendió el negocio a los actuales propietarios, que la rebautizaron con su apellido. Aquel negocio también llevaba el apellido de sus dueños: Aguiló (ver al final de la nota, una aclaración sobre aquel negocio que nada tuvo que ver con la intoxicación masiva del año 87).
Julio Enrique Menditeguy (1921-1983) era un fiel cliente de aquel local de gran mostrador y banquetas. Todas las mañanas, allá por la década del 50, este rosarino -que rondaba los treinta y pico de años- pasaba a buscar su sánguche. Con la constancia del habitué se había ganado la distinguida posibilidad de pedirle a los dueños que le prepararan un emparedado con los ingredientes que él deseaba. Ni él ni lo dueños sabían que estaban creando un nuevo sándwich que con el tiempo pasaría a ser el segundo más famoso de Rosario.
Al principio solo lo pedía el propio Julio Enrique, después, algunos de sus amigos, después, algún comensal que se veía tentado, hasta que los Aguiló lo agregaron en la carta y ya se convirtió en furor. Se sabe que las cosas buenas no pueden quedar enclaustradas, lo bueno trasciende, así que al tiempo también lo empezaron a preparar en otros bares.
Hoy en día, si entramos a Monreal y miramos su cartel con la variedad de sánguches calientes, vamos a ver que el Menditeguy es el primero en aparecer. Si nunca te lo pediste no dejes pasar mucho tiempo más para morder un Menditeguy y experimentar esa sensación de los dientes atravesando el pan sin complicaciones, llegando a le pavita desmenuzada (que se acumula en el centro del sándwich), con la boca humectada con el queso derretido que se mezcla y chorrea con la salsa holandesa formando una sustancia homogénea… te vas a querer comer 3, ¡danger! El maridaje ideal es una Coca en botella de vidrio de 350 cc.
Señor Julio Enrique Menditeguy, queríamos decirle que si alguna vez nos animamos a jugar al juego de la copa vamos a invocar su espíritu nada mas que para darle las gracias!!
#ExtraTips
1# La familia Aguiló que manejaba la sandwichería mencionada en la nota (primero se llamó Jym Jym y luego Aguiló) vendió su negocio en 1960. Un familiar suyo, Pocho Aguiló, continuó con ese nombre comercial en dos locales, uno en Rioja casi Corrientes y otro en Córdoba y Corrientes). Luego de varios años se jubiló y cerró ambas sandwicherías. Sin embargo, gente muy pilla aprovechó el gran nombre que había quedado sin registrar y abrió un local en Rioja 1261, que también explotó de ventas apalancado en esa marca disponible. Pero ese lugar generó una conmoción total en el año 1987, cuando más de 500 clientes se intoxicaron después de comer sus sánguches -hasta hubo muertes por esta causa-. Aparentemente, una mayonesa descompuesta por no usar conservantes fue la causante de tamaña desgracia (según lo indica Eduardo Martin Suarez Romero, el juez que investigó esa causa). Ese local se clausuró y nunca más volvió abrir; manchando para siempre la marca Aguiló.
2# Si se quedaron manijas con la salsa holandesa acá les dejamos una receta, eso sí, nadie dice que sea fácil, más fácil es ir a Monreal.
Fuente: Planaxia, Una Galaxia de Planes
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