Miércoles, 12 de Marzo 2025
Domingo, 02 de Marzo del 2025

De Funes a todo el país: perdieron todo en la crisis del 2001 y tuvieron la reconversión más dulce

La fábrica de mermeladas orgánicas "Dulces del Jardín" es un ejemplo de perseverancia y pasión. Se destaca por su producción sin gluten y su opción sin azúcar.

Graciela López (64) y Jorge Hein (66), funenses de pura cepa, compartieron el amor, sus trabajos en arquitectura e instalaciones, respectivamente, en cada obra que se presentaba y lo hicieron por años.

Fruto de este amor nacieron sus cuatro hijos y para que nos les falte nada en tiempos de la crisis del 2001 tuvieron que reinventarse. Todo comenzó con una olla, una fuente llena de higos y un kilo y medio de azúcar para hacer dulce y venderlo a vecinos y amigos, es hoy la fábrica de mermeladas orgánicas "Dulces del Jardín" (@dulcesdeljardinenfunes), que cumple 20 años y ya es conocida a nivel nacional por sus productos sin azúcar, aptos para diabéticos y celíacos. "Durante estos años fuimos aprendiendo sobre el mercado, las variantes en la producción y cómo reemplazar el azúcar por algo natural, así que parte de nuestras mermeladas sólo tienen fruta y stevia, único endulzante natural que no aporta calorías”, resumió Graciela.

“Era un mundo nuevo, desconocido. Toda la vida habíamos trabajado para otros, y ahora debíamos encarar un emprendimiento propio”, recordó la mujer que desde pequeña vive entre árboles frutales y en cuya familia siempre se comió comida casera.

La oportunidad ante la crisis

Graciela y Jorge tenían su casa en la zona urbana de Funes y viajaban mucho a Rosario por su trabajo. Ante la crisis del 2001 el trabajo cesó abruptamente, se preguntaron “¿qué hacemos?”; y allí fue cuando decidieron convertir el hobby que tenían en cada verano, el de hacer dulces con las frutas que le daban sus árboles, en un medio de vida para poder “llevar el mango a casa”.

Así, de a poco y con mucho esfuerzo, la cosa fue creciendo. Con los meses el trabajo formal volvió y ambos lo mantuvieron, mientras los fines de semana iban a trabajar al campo de la familia para plantar más frutales. Estaba ubicado -lo sigue estando- en Diagonal 25 de mayo s/n (zona rural de Funes), donde hoy yace la fábrica. Los desafñios planteados pasaron primero por cuidarlos de los insectos, aprender cómo combatirlos o integrarlos a ese ecosistema que venían trabajando con sus manos. Incluso transformaron en fértil la tierra que no lo era, ya que antes había allí un horno de ladrillos. 

Comenzaron de cero, literalmente, y con el tiempo fueron capacitándose en los beneficios para sus frutales de las plantas aromáticas (las que también venden en su predio), en cuestiones económicas y financieras, precios, logística, producción y manejo de los alimentos, en aprovechar las frutas de estación, abonar la tierra con los restos de éstas, y mucho más.

“Mantuvimos el trabajo, la profesión, no podíamos patear el tablero y en 2006 cerré la última obra como arquitecta y mi esposo en 2012, y desde entonces nos dedicamos ‘full time’ al emprendimiento, pero en 2005 ya tuvimos nuestras habilitaciones así que contamos los años desde entonces”, aclaró Graciela quien aseguró que desde esa primera tanda de dulce de higos “se multiplicaron las horas de trabajo y todo se fue decantando”. “Entendimos en un momento que éste era el camino, Dios nos dijo ‘es por acá’ y trabajamos mucho. Muchas veces hemos querido dejar todo, pero el corazón no te lo permite. Fueron tres años muy duros en donde trabajamos la tierra, enfrentamos plagas, lloramos por los árboles que se perdieron en el camino, pero pudimos hacerlo, podemos hacerlo. Un emprendimiento es algo difícil, no es para todos, pero te forja el carácter de una manera muy especial”, resumió al mismo tiempo que recordó que esta aventura le valió trabajar muchos fines de semana, perder la activa vida social que tenían antes del 2002 y vivir una vida nueva. 

A su vez, con la premisa de tener sus mermeladas orgánicas, aprendieron mucho sobre la importancia de cada elemento a incorporar en cada preparación, como así también qué hacer desde el minuto uno en que se planta un árbol frutal y su posterior cuidado.

“Todo esto también nos llevó a repensar nuestra manera de alimentarnos, conocer cómo funcionan los alimentos en el organismo. Por eso nos dedicamos a hacer mermeladas sin azúcar que puedan ser consumidos por quienes no pueden consumir azúcar y ya llevamos 4 años con esta línea, y anda muy bien”, dijo.


20 años y contando…

En medio del crecimiento de la empresa, Graciela y Jorge vendieron su casa en barrio San Telmo y se mudaron al predio rural donde construyeron la fábrica. Desde allí se dedican a la producción, junto a un amplio equipo de trabajo, incluyendo a sus tres hijas. Además de recibir visitas escolares, también de estudiantes y docentes de agronomía durante el año y, cada mes de octubre, organizan desayunos especiales abiertos al público.

“Los días de lluvia –continuó- no se podía entrar con el auto, son cuatro kilómetros que hacíamos caminando, incluso con nuestros hijos, que eran chicos. No sabíamos cómo estaban las cosas en el campo y teníamos que venir. Sin embargo, al día de hoy los cortes de luz siguen siendo una tragedia permanente, incluso venimos de estar 19 días sin luz desde la última tormenta, volvió el domingo pasado y tuvimos que hacernos de un generador, porque si no perdemos toda la producción. Son dificultades que vas teniendo y te van forjando de una manera diferente para lo que viene, para subir al próximo nivel y eso es ago que fuimos aprendiendo. Si me preguntás cuál es el secreto de todo esto, te digo que es la perseverancia”.

Precisamente ése es el mensaje que brindan en cada visita a grandes y chicos además de la importancia de la alimentación saludable, les explican cómo protegen a las plantas de los insectos, la importancia de que los frutos no tengan ningún tipo de químicos y el valor del reciclado, la reutilización, sobre todo en el compostaje, entre otras cosas.

Mientras tanto, en comercios de Tucumán, Chaco, Santa Fe capital, Paraná, norte de Santa Fe, Córdoba, Río Negro, Bahía Blanca, Las Grutas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se pueden encontrar sus productos, eso que pronto estarán inmersos en el recetario que desde "Dulces del Jardín" planean lanzar con motivo de sus primeros 20 años.


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