En Funes, la recolección y el tratamiento del aceite vegetal usado está en manos de la empresa DH-SH, especializada en saneamiento ambiental y logística para la industria aceitera. Actualmente, es la única firma que opera en la ciudad realizando esta tarea, con personal capacitado y camiones habilitados que recorren los locales gastronómicos según una frecuencia pactada. Su planta de tratamiento, ubicada en Capitán Bermúdez, acondiciona el aceite recolectado para su reutilización como insumo para biocombustibles, cerrando así un circuito sustentable que convierte un residuo en recurso.
Más de 30 locales gastronómicos de Funes ya reciclan su aceite para transformarlo en biocombustible
En la ciudad una sola empresa es la encargada de recolectar este residuo. Una práctica que evita contaminación y promueve mejores procesos internos.
En las cocinas de los bares y restaurantes, el aceite vegetal es uno de los insumos más usados y, a la vez, uno de los residuos más delicados. Un solo litro descartado de forma inadecuada puede contaminar hasta mil litros de agua. Por eso, cada vez más locales gastronómicos de Funes se suman a una práctica que gana fuerza, separar, almacenar y entregar el aceite usado para su posterior reciclado y reconversión en biocombustible.
La iniciativa no parte de una campaña puntual ni de una ordenanza específica, sino de una decisión creciente dentro del sector: asumir un rol más activo en la gestión responsable de residuos. Así, ya son más de 30 los establecimientos que, de manera sostenida, participan de esta red de reciclaje. Algunos de ellos son John's Burgers, Brouder, Bagackette, La Bodeguita, Club de la Milanesa, Crabs, Club House, Euforia, Sliders, Botiga, Chivo Bar, TBS Bar, Peñón del Águila, Tako Sushi, Posta de Funes, Old’s Corner, El Molino, Sabores de la Pizza, The Smash Club, y muchos más.
El funcionamiento es sencillo pero exige compromiso. Cada local almacena el aceite frío en bidones homologados y los entrega periódicamente a empresas recolectoras autorizadas, que se encargan del transporte y tratamiento. El aceite recolectado es filtrado y decantado para ser convertido en insumo de biodiésel, un tipo de combustible más limpio, que reemplaza parcialmente el uso de fósiles.
Este sistema no solo tiene impacto ambiental. También influye en la organización interna de los locales. “Ordena los procesos en cocina, mejora la higiene y nos da la tranquilidad de saber que estamos haciendo las cosas bien”, comentaron un grupo de gastronómicos de la ciudad, consultados por InfoFunes . Para muchos, representa también una forma de diferenciarse, de mostrar a los clientes que detrás de cada plato hay decisiones conscientes.

Algunos de estos establecimientos tienen un volumen de fritura elevado y, por ende, generan una importante cantidad de aceite residual. Antes, gran parte de ese residuo terminaba en el desagüe o en la basura, con consecuencias negativas, obstrucciones, contaminación de napas, malos olores. Hoy, con el nuevo circuito, esos problemas se reducen significativamente.
En Funes, la adopción del reciclado de aceite refleja un cambio cultural dentro del rubro gastronómico. "Es una toma de conciencia que no solo responde al cuidado del ambiente, sino también a una mirada más profesional del oficio, saber qué se cocina, cómo, y qué pasa con lo que sobra", indicó otro referente del rubro.
Al mismo tiempo, indicó que la práctica también ayuda a generar datos concretos sobre cuánto aceite se consume y se descarta, permitiendo a los locales tener más control sobre sus insumos. Algunos, incluso, comenzaron a reducir el volumen utilizado, ya que el seguimiento del residuo llevó a un uso más eficiente.
Esta transformación, silenciosa pero significativa, muestra que el rubro gastronómico puede evolucionar a mejores prácticas si cada uno asume su parte. En este caso, los bares y restaurantes de Funes están demostrando que cocinar rico y cuidar el ambiente no son caminos separados.
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