La educación en Funes espera nuevas licitaciones para responder a la demanda

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El crecimiento de Funes sigue a pleno y con ello la demanda de cuestiones básicas como la educación, tanto inicial, primaria y secundaria, y en especial en el ámbito público. Si bien días atrás se conoció el plan de un polo educativo que estará integrado en su mayoría por entidades privadas, se espera con ansias que las escuelas públicas sean licitadas, construidas y habitadas. 

Por un lado, en Funes City ya fue licitada la escuela René Favaloro en febrero, que aún está en el proceso administrativo, el cual dura entre seis y siete meses como mínimo antes de colocar el primer ladrillo. En la misma zona se espera por la escuela secundaria de la cual aún no hay novedades sobre llamados a licitación y el concejal Mauro Miguez reclamó en el Concejo hace unos días. Graciela Di Brino, secretaria de Educación del municipio informó a InfoFunes que mientras se espera por el llamado a esta entidad educativa, se ultiman detalles para que el jardín 349 se mude a su edificio propio (en José Ingenieros y Los Tizones) y allí el espacio que hoy comparte con el anexo de la escuela secundaria 398, Islas Malvinas (en José Ingenieros 3750), quede en su totalidad para dicho nivel y se sumen vacantes en el turno mañana. “Una vez que el jardín se mude habrá que hacer algunas obras de reestructuración, pero confiamos que se puedan agregar las vacantes para el año lectivo próximo”, auguró Di Brino.

Además remarcó que el municipio no tiene ingerencias sobre los planeamientos en cuanto a edificios escolares, sino la provincia. “Fueron muchos años en los que no se hizo mucho en materia educación así que hubo que trabajar en nuevos planos, reestructurar varios proyectos y desde ahí ponerse en acción, cosa que estamos haciendo. Obvio que nos gustaría que los tiempos sean más cortos”, advirtió. 

“Se está trabajando mucho por la educación, hay muchos proyectos, venimos avanzando bien. Pero hay que saber que para poder construir los edificios se tuvo que reorganizar, regularizar las donaciones de terrenos, se habían perdido expedientes, todo estaba realmente obturado y retomamos la obra del edificio abandonado como el 362. Todo eso lleva mucho trabajo y sobre todo tiempo. Encima ese proceso lo hicimos en plena pandemia, así que costó el doble en cuanto a energía y trabajo”, concluyó.

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