¿Funes se convierte en puerto seco? Una oportunidad que necesita pistas y rutas
Expertos aseguran que con la última desregulación el Aeropuerto International Islas Malvinas puede convertirse en un nodo logístico de escala internacional.
El Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, compartido por Rosario y Funes, se encuentra ante una coyuntura histórica que puede redefinir su rol en la logística nacional. Gracias a la reciente desregulación aeroportuaria del Gobierno nacional, se convirtió en el primero fuera de Ezeiza con capacidad para operar importaciones directas. Esto no solo amplía su función más allá del transporte de pasajeros, sino que lo posiciona como un nodo logístico clave, con potencial para transformarse en un verdadero puerto seco para la exportación e importación de alimentos desde y hacia el mundo.
Esta posibilidad, sin embargo, choca con un obstáculo estructural: la falta de infraestructura vial adecuada que permita canalizar eficientemente el creciente flujo de transporte terrestre. La necesidad de una red vial moderna y funcional en el Área Metropolitana de Rosario (AMRO) es urgente, tanto por razones económicas como sociales.
El caso más paradigmático es el tramo de la Ruta 59S entre Funes e Ibarlucea. Aunque fue objeto de una licitación pública en 2023, el proyecto quedó en suspenso. Esta ruta es clave porque permitiría conectar el aeropuerto con la Ruta Nacional 34 y, por ende, con el corredor norte y la autopista Rosario – Santa Fe. Su pavimentación significaría un salto cualitativo para la logística de toda la región.
El ECOM (Ente de Coordinación Metropolitana) viene impulsando desde hace años un sistema de anillos viales circunvalares. El primer anillo, ya consolidado, es la Avenida de Circunvalación. El segundo, que va de puerto a puerto a través de la Ruta 59S, presenta tramos finalizados, como el que une Granadero Baigorria con Ybarlucea. Pero aún falta completar los sectores críticos que consolidarían su función estratégica.
A esto se suma el crecimiento poblacional y la expansión de nuevos barrios en zonas como Funes y Roldán, lo que presiona aún más la infraestructura existente. En este contexto, otra vía vital que se debería abrir para acompañar el desarrollo industrial y logístico que trae Ciudad Industria, sería sumar una conexión directa entre este complejo y el aeropuerto.
"Este parque industrial, el segundo más grande del país, cuenta con 360 hectáreas de desarrollo junto a la Hidrovía Paraguay – Paraná. Su ubicación lo convierte en un punto neurálgico de exportación, con acceso a los principales puertos del mundo. Un enlace vial eficiente entre Ciudad Industria y el aeropuerto potenciaría la competitividad logística de la región", explicaron fuentes consultadas por InfoFunes.
La historia de las promesas incumplidas en materia de infraestructura no es nueva. El tercer anillo circunvalar, aprobado y presupuestado durante el gobierno de Carlos Menem, es un ejemplo. Esta obra iba a contemplar un sistema ferrovial multimodal, conectando Pueblo Esther con Puerto General San Martín a través de una autovía liviana y una red ferroviaria paralela. El objetivo era descongestionar las rutas durante la época de cosecha, cuando ingresan más de dos millones de camiones al área metropolitana, generando un costo logístico desmesurado.
Ese plan también preveía la creación de varios puertos secos: en Roldán, cerca de Pueblo Esther y en las cercanías de Ricardone. La coexistencia de estos nodos logísticos con el aeropuerto de Fisherton podría conformar un sistema de transporte de carga multimodal sin precedentes en el país.
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