Sábado, 04 de Mayo 2024
Sábado, 03 de Julio del 2021

Funes llora a Gabi, su histórico churrero que murió por Covid-19

Durante más de tres décadas recorrió la ciudad a bordo de su bicicleta. Muy querido en la ciudad, falleció luego de permanecer internado por coronavirus.

Todo Funes llora la muerte de Héctor Gabino Orellano, uno de los churreros con más trayectoria y más queridos en Funes. Por más de tres décadas, recorrió el pueblo que se volvió ciudad a bordo de su bicicleta ofreciendo churros, tortas fritas y bolas de fraile. 

Hace unos días, se conoció la triste noticia de su muerte. Gabi, como todos en Funes lo conocían, contrajo Covid-19 y tras permanecer tres semanas internado, falleció como consecuencia de la enfermedad.

Hace algunos años, InfoFunes lo entrevistó para contar su historia. A modo de recuerdo y homenaje, acá abajo reproducimos algunas de sus frases más destacadas.

“Yo soy de Rosario, pero siempre vendí en Funes, desde chiquito, desde los 14 y ahora tengo 45, van 31 años vendiendo. Mi papá tenía churrería, fabricaba churros. Siempre veía a los muchachos, y yo era tímido, hasta que me empezaron a decir '¿por qué no vas a vender?', y yo no quería por vergonzoso. Hasta que me trajeron a vender helados a Funes, un verano, y ahí me quedé, me hice conocido. Empecé a vender cuando era todo campo, en la zona del club San Telmo vivía sólo el hombre que trabaja en el cementerio, y yo le llevaba churros. También le vendía a un gendarme que vivía en una casita rodante. Ahora tengo una clientela fija, tengo una trayectoria”.

“Siempre me gustó la tranquilidad de Funes, en el pueblo todos me conocen. Yo he tenido otros trabajos pero nunca dejé de vender, venía a la tarde, me venía en bici. Me compran un montón porque me conocen, vendo cuarenta docenas por día. Le vendo a chicas a las que les vendía cuando eran chiquitas y ahora son mamá, y les vendo a las hijas, el otro día vino gente de Estados Unidos y se sacaron fotos, vino una alemana a comer churros porque nunca había probado, y se sacaban fotos. Yo me dejo sacar fotos, me prendo, vienen los turistas y se sacan fotos”.

“Yo vendo barato, no me gusta estafar a la gente. En otros lados son más caros, pero yo siempre tuve eso que vendo a precio bien, no me gusta estafar a la gente que es muy buena conmigo, me traen cosas, hay una chica que cinco y media de la tarde pasa, me ceba dos o tres mates y sigue caminando. El pueblo me adoptó, me conoce. Le agradezco a Funes porque me dio mucha felicidad”.

“Esta bici tiene 25 años, mi abuela me la regaló cuando cumplí 20 años. Ese día la traje a Funes, y hace 25 años que anda en el pueblo, porque la dejo en una casa de familia acá en Funes, la dejo ahí todos los días, al otro día la busco y recorro todo el pueblo. Ahora me paro acá, en esta esquina , pero siempre anduve. Incluso cuando se me rompe la hago arreglar acá”

“En esto no hay mucho secreto, siempre trato de echarle azúcar, de que esté todo bien limpio. Los churros los compro en una fábrica, en Rosario, compro por día para que esté fresco”.

“Yo agradezco mucho porque todo lo que tengo lo tengo gracias a esto. Económicamente no estoy mal, no soy un tirado, y es gracias a la gente y a la bicicleta. Yo me críe entre churros, y no puedo dejarlo. He intentado dejar y no puedo, me sale de adentro. Me críe en esto, gano bien, y voy a seguir. Por más que mi señora no quiera que siga, voy a seguir, estoy acostumbrado y lo llevo adentro".

Powered by Froala Editor

Powered by Froala Editor