Especial Día del Trabajador: Funes, de ciudad dormitorio a polo de empleo regional
Impulsada por el crecimiento demográfico, la diversificación económica y proyectos clave, atraviesa una transformación que redefine su identidad.
Funes ya no es solo una ciudad tranquila para vivir, sino un territorio que empieza a consolidarse como motor de empleo en la región. Tras el 1° de mayo, Día del Trabajador, la reflexión sobre el trabajo adquiere una dimensión especial en una ciudad que supo reinventarse, empujada por el crecimiento poblacional, la diversificación económica y la llegada de proyectos de envergadura que prometen redibujar su estructura laboral. Lo que hace pocos años parecía impensado, hoy es parte del paisaje cotidiano: vecinos que viven, trabajan y consumen dentro del mismo ejido urbano, en un ecosistema cada vez más autónomo y dinámico.
La evolución del mercado laboral funense es notoria. La ciudad dejó atrás su perfil meramente residencial para dar lugar a una economía en expansión, con sectores que no solo crecieron, sino que también se profesionalizaron y se diversificaron. En gastronomía, por ejemplo, la apertura constante de nuevos bares y restaurantes generó cientos de empleos, desde mozos y cocineros hasta encargados de salón y deliverys. Este auge responde no solo al crecimiento poblacional, sino también al desarrollo del turismo interno y a un mayor poder adquisitivo que circula en la zona.
Otro sector que florece es el de los servicios de bienestar personal. Con una población en aumento y con nuevas demandas, proliferan gimnasios, institutos de estética, consultorios médicos y centros terapéuticos, ofreciendo salidas laborales para profesionales de la salud, kinesiólogos, psicólogos y técnicos especializados. A esto se suma la instalación de nuevas clínicas e instituciones médicas que completan un circuito de salud cada vez más robusto dentro de la ciudad.
La construcción, impulsada por el desarrollo inmobiliario, también empuja fuerte. El crecimiento de barrios privados, edificios y locales comerciales disparó la demanda de mano de obra en múltiples rubros: albañilería, electricidad, instalaciones, paisajismo y mantenimiento. Empresas constructoras, profesionales independientes y proveedores de insumos conviven en un ecosistema activo que requiere personal calificado y capacitación continua.
En paralelo, el comercio minorista muestra cifras sorprendentes. Según Germán Nocera, presidente de la Asociación Empresaria de Funes (AEF), la ciudad experimentó un crecimiento del 450% en comercios registrados en los últimos cuatro años. Esto significa no solo más locales abiertos, sino también una mayor oferta de empleo, en especial para jóvenes que encuentran su primer trabajo como empleados de mostrador, repositores, cajeros o personal administrativo. "El arribo de grandes cadenas como supermercados La Gallega o desarrollos gastronómicos como Rock&Feller's también anticipan un incremento considerable en la generación de nuevos puestos para 2025 y 2026", afirmó en diálogo con InfoFunes.
Pero sin dudas, el hito más transformador en el horizonte inmediato se llama Ciudad Industria. Este mega parque industrial de 260 hectáreas, ubicado en el kilómetro 300 de la autopista Rosario-Córdoba, ya cuenta con 21 empresas confirmadas que se instalarán allí. Se estima que cuando esté en pleno funcionamiento, generará más de 10.000 empleos directos y una cifra difícil de calcular pero significativa de empleos indirectos. Se trata de uno de los desarrollos industriales más ambiciosos del país y promete posicionar a Funes como un nodo estratégico de producción, logística y servicios del centro del país.
Este proceso de transformación no está exento de desafíos. La ciudad deberá fortalecer sus programas de formación laboral para preparar a su población ante las nuevas exigencias del mercado. La articulación entre el Estado, el sector privado y las instituciones educativas será clave para garantizar que el crecimiento económico se traduzca en empleos de calidad, con inclusión y proyección profesional.
Hoy, vivir en Funes significa también poder trabajar y desarrollarse dentro de sus límites. Desde acceder a un servicio médico hasta formarse, hacer deporte o emprender, los ciudadanos cuentan con una infraestructura que acompaña este crecimiento. Este nuevo modelo de ciudad, que combina calidad de vida con oportunidades laborales, marca un cambio de paradigma y permite imaginar un futuro donde el trabajo no implique migrar, sino quedarse y crecer.
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