Jueves, 28 de Noviembre 2024
Miércoles, 19 de Enero del 2022

El viejo casco de estancia que ardió bajo los llamas es un exponente único en el país del Art Nouveau británico

Fue construido cerca de 1900 como residencia para una pareja de galeses. Lo diseñó Mackintosh, un arquitecto escocés imprescindible en la arquitecuta británica.

El Club House de Kentucky, que ayer ardió bajo las llamas, no solo es una obra maestra de la arquitectura, es también el único exponente en el país diseñado por la mano de Charles Rennie Mackintosh (1868-1928), el arquitecto escocés que lideró la corriente Art Noveau en su variante británica, un tipo fundamental en la historia mundial de la arquitectura.

Una ojeada rápida al edificio que ayer se prendió fuego nos evidencia que a pesar de estar dentro del estilo Art Noveau, se aleja mucho de su variante francesa (que se puede ver en los famosos diseños del metro de París) así como también del modernismo catalán, liderado por Antoni Gaudí, y que hace pensar que los principales edificios de Barcelona fueron obra de arquitectos locos y pasados de drogas.

Es que el Art Noveau británico fluía desde otras fuentes, con inspiración en el arte japonés, el arte celta, el revival de lo gótico, e influenciado por el medievalismo. Todos elementos que si miramos con atención vamos a encontrar en las fotos del Club House. Miren la construcción de frente y van a ver que tiene algo de castillo medieval; y también ese fuerte carácter de chalet británico, por supuesto.

Mackintosh también tomó muchos elementos del movimiento Arts and Crafts, cuyo máximo exponente fue William Morris. Este movimiento artístico proponía volver a los oficios manuales medievales en contra de la producción en masa. Por eso mismo cada edificio que construían venía con combo que incluía adornos, mobiliario y otros detalles hechos a mano, con una mirada de conjunto. Así se entienden los lámparas o los vitrales del edificio semi destruido, que tiene quizás su máxima demostración en el gato tallado sobre la madera del pasamanos de la escalera, que, por cierto, no sabemos si resistió el incendio.

Ya que mencionamos a Morris, vale la pena pegarle un vistazo a la casa que diseñó para sí mismo en 1860, en las afueras de Londres. Se llama Red House, y no nos va a costar mucho identificarla enseguida con la casa del Kentucky. Resulta apasionante encontrar las coincidencias y notar como los rasgos de un edificio perdido en los confines de Funes, alejado de la vista multitudinaria, se constituye en una pieza fundamental para entender la arquitectura a miles de kilómetros de distancia.

La Red House construida por William Morris en las afueras de Londres. ¿Coincidencias?

Mackintosh nunca vino a Argentina para hacer los planos de este antiguo casco de estancia. Sabemos, sí, por que lo explicó Susana Bellis en Funes y su conservación del patrimonio (página de Facebook) que la estancia donde hoy está instalado el club del campo era propiedad del galés Thomas Thomas y su esposa, Olivé Wolcott. Esta última fue quien compró en Gran Bretaña los planos y parte de la mampostería prefabricada, así como la decoración interior al mismísimo Mackintosh, allá por el lejano 1900.

Todo eso representa la casa que vimos quemarse ayer, y por eso el dolor de quienes apreciamos esta obra de arte que, con suerte y mucho dinero, podrá recuperarse.

Aquí se pueden ver algunas de las obras más famosas del arquitecto escocés, como para buscar coincidencias. Pero ya que hablamos de coincidencias no podemos dejar de mencionar una medio macabra. La principal obra de Mackintosh (y del estilo en cuestión) es la Glasgow School of Art, construida en 1909. Este singular edificio fue feamente dañado por un incendio en 2014. Posteriormente fue reconstruido y restaurado, pero un incendio mucho más voraz lo destruyó en 2018. Todavía lo están reconstruyendo.

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