Jueves, 21 de Noviembre 2024
Domingo, 08 de Mayo del 2022

“El ferrocarril es mi vida, mi familia, con quien yo me casé”

Una emocionante charla con el ex trabajador ferroviario Jorge “Gato” García, quien recordó entre lágrimas viejas costumbres y vivencias de su etapa como mecánico en telecomunicaciones, a pocos días de la primera prueba con pasajeros del tren que conectará nuevamente a Funes con otras ciudades.

por Vanesa Fresno/Infofunes

Durante muchos años existió en Funes una estación de trenes que se utilizaba para conectar a la ciudad con sus alrededores, además de para transportar diferentes cargas, siendo así un medio de transporte simbólico para la localidad, como en todo el país.

Pero, para que todo esto funcione, lógicamente, había gente que desarrollaba su trabajo en la estación, desde diferentes áreas. Uno de ellos es Jorge García, más conocido como el “Gato”. “Me pusieron así mis amigos porque yo era arquero y decían que me parecía al Gato Edgardo Andrada, que atajaba en Central”, expresó el ex trabajador ferroviario entre risas para comenzar la charla.

El Gato, quien al día de hoy continúa viviendo en la ciudad, trabajó en la estación desde 1973 hasta 1992, momento en que el servicio fue privatizado, por lo que terminó recibiendo un retiro voluntario. “Yo, como muchos otros, nos fuimos porque teníamos miedo de que nos echen y no nos paguen la indemnización”, contó. En ese entonces, Jorge cumplía el rol de mecánico en telecomunicaciones, con el puesto de relevante general, lo que implicaba que esté a cargo de brindar la seguridad para que el tren pase, es decir, lo que se refiere a las barreras automáticas, las campanas de alarma, etc., además de dar las señales y comunicarse con los demás destinos. “Siempre me gustó el ferrocarril, desde chiquito. Cuando vi la posibilidad de trabajar, me anoté y me llamaron. Empecé a los 22 años, cuando salí del servicio militar”, sostuvo. 

Mientras mostraba algunos recuerdos que conservaba de la época, cómo el plano con el recorrido de la línea Mitre, los códigos para el telegrama y el teléfono que utilizaba, Jorge dio más detalles acerca del rol que tenía el ferrocarril en la ciudad: “Era rutina ver pasar el tren, teníamos entre 20 y 30 por día más los de carga. En ese entonces, en Funes había 5 mil habitantes, y salían trenes cada media hora, todos llenos. Yo siempre digo que nosotros no necesitábamos reloj, porque sentíamos que venía el tren al mediodía desde Rosario y ya sabíamos que eran las 12 en punto, por ejemplo”.

“Vos podías viajar en camarote, en Pullman, caminar, ir al comedor... tenías una comodidad bárbara”, y recordó entre risas los sándwiches que comía allí: “Nunca probé unos tan ricos”.

“Fueron momentos buenos, trabajaba con buena gente y muy bien. Tenía un trabajo seguro, cobraba bien”, agregó García, quien ya comenzaba a emocionarse al recordar dichos momentos. 

Como ya se sabe, el próximo miércoles 4 de mayo, se realizará la primera prueba con pasajeros del tren que pasará por Funes, con el gran objetivo de que vuelva a funcionar con frecuencia a fin de año. Pero, además, muy casualmente, será el día en que el Gato cumplirá 70 años. “Por supuesto que voy a venir, va a ser un momento hermoso”, afirmó. 

Es muy bueno que Funes recupere esto, que es lo que de algún modo les da vida a todos los pueblos. Además, va a ayudar a descongestionar las rutas que están sobrecargadas. Ojalá tengan el mantenimiento que corresponden”, dijo al respecto. 

Y agregó: “Va a demorar mucho el tramo de Cañada de Gómez a Rosario porque las vías no están en condiciones, jamás le hicieron mantenimiento. Los políticos le lavaron la cabeza a la gente diciéndoles que el tren no servía”.

Sobre esto último, profundizó: “El país se hizo en base al ferrocarril, es sinónimo de vida, lamentablemente los gobiernos que vinieron del ’90 en adelante no le dieron la importancia que merece, no sé por qué”.

Por otro lado, el Gato siguió recordando otras experiencias durante su desempeño en la estación de Funes, y volvió a emocionarse: “Hice muchos amigos en este trabajo, había gente con la que hablaba, pero jamás vi personalmente. De los que sí conocí, muchos lamentablemente ya no están, quedamos pocos. De vez en cuando nos juntamos a comer un asado o nos cruzamos en algún evento que nos invitan. Son momentos hermosos porque vienen miles de recuerdos”.

“Cuando vos querés tu trabajo, empieza a ser como tu familia. Yo vivo sólo, por eso digo que me casé con el ferrocarril; es mi vida”, sentenció ya al borde de las lágrimas.

Continuando, destacó la relevancia del Museo Murray, que conserva distintas piezas históricas de la ciudad, muchas donadas por él mismo: “Esto es para que la gente más joven sepa que el ferrocarril era algo muy importante, ya que era la única forma de comunicarse con otros pueblos o ciudades, no había otro transporte. El tren llevaba agua a pueblos que no tenían. Era impresionante, algo grandioso”.

En tanto, pidió “que se cuide” y “defienda” al ferrocarril: “En todos los órdenes de la vida, el bien no es reconocido hasta que es perdido. Cuando vos tenés algo, por ejemplo, un auto, al principio lo lavás todos los días, lo cuidás. Pero, a medida que va pasando el tiempo, ya no le das tanto interés, porque ya lo tenés. Ahora, cuando ya no está, lo empezás a extrañar. Con el ferrocarril es lo mismo. A los más jóvenes hay que enseñarles a quererlo y defenderlo”.

Por último, volvió a mostrarse contento por el regreso del tren de pasajeros la ciudad, y descargó todo su enojo por la desaparición del servicio en los últimos años a nivel nacional: “Funes vuelve a lo que tiene ser. Ojalá se pueda recuperar lo más posible. Lo que le hicieron al ferrocarril fue un despropósito, debería juzgarse como traición a la patria. No es que se cerró una fábrica, sino un ferrocarril con 3000 kilómetros de vía, que le dio vida a todos los pueblos”.

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