Comercio, Industria y Progreso; las calles de un Funes que se proyectó siempre en grande
Así se llamaban tres de las calles del céntricas del Pueblo Funes en 1899. La nomenclatura daba cuenta de las aspiraciones de una generación.
El pasaje del siglo XIX al XX en Argentina implicó la consolidación del modelo económico agroexportador apuntalado en la creación de una red de transporte ferroviario que acercaba la producción de granos a un puerto moderno y en una población creciente que incrementó la mano de obra mediante la inmigración. Así era el mundo por estos lados en 1899 y Funes daba cuenta de ese clima de época en cada uno de sus detalles.
El mapa del entonces Pueblo Funes crecía alrededor de su estación de trenes y las calles aledañas daban cuenta las aspiraciones de un pueblo con ideas claras: Comercio, Industria y Progreso. Así se llamaban la sucesión de calles de tierra que anticipaban a la calle Independencia. Una postal colmada de simbolismos en un pequeño pueblo que ya intuía su potencial. Una generación con aspiraciones, impulsada por un clima que acompañaba un acontecer próspero para el granero del mundo.
Eso pasó acá mismo hace 125 años. Hoy esas calles tienen otros nombres, solo Independencia resiste a no olvidar quién fue, pero en los papeles ya es hace tiempo Pte. Perón. Tucumán es hoy lo que fue Progreso, Industria cambió por Cochet cuando se homenajeó al gran artista que eligió nuestra ciudad como casa y taller de arte, y luego Comercio fue modificado por calle Catamarca.
Las nomenclaturas corresponden a un claro momento de época: En el período 1880-1916, la economía argentina fue testigo de un crecimiento exponencial. Desde una posición marginal, el país pasó a convertirse en una promesa destinada a ocupar un lugar central en la economía mundial exportando productos primarios. Eso era entonces signo de época de una Argentina que era el granero del mundo y que apuntalaba sus perfiles comerciales y una industria en crecimiento.
Fueron así décadas de crecimiento en base al ingreso de capitales extranjeros que invirtieron en necesidades claves para el modelo de país, como las líneas de ferrocarriles y todo el sistema de transporte de capital inglés con el que nacieron tantísimos pueblos alrededor de su Estación. Funes no fue excepción y su cercanía con Rosario la convirtió en un punto clave para seguir siendo el pueblo con potencial. Pueblo Funes fue en aquel momento uno de los puntos elegidos para que el tren haga una parada y todo lo que rodeaba a ese tren tenía el potencial de ser mucho más.
Pero esa conexión con el mundo que fue motivo que empujó a Argentina a crecer, fue también punto débil y motivo para la caída de un modelo que dejaba al país expuesto a los vaivenes del mundo: la primera Guerra Mundial en 1914 y la posterior Gran Depresión de la década del 30 impactaron de lleno en un país que debió mirar puertas adentro para reconstruirse.
Lo mismo sucedió con los nombres de las calles, que cambian, mutan y se modifican con el paso del tiempo y que viven como quienes las habitan. Cargadas de simbolismo, el mapa de Funes en 1899 daba cuenta de un proyecto de sociedad que, pese a todo, a la distancia puede entenderse como promesa cumplida.
Las calles Comercio, Industria y Progreso, así como tantas otras de nuestra historia de ciudad quedaron registrados en la copia de un plano del Pueblo de Funes fechado el 26 de diciembre de 1899, a solo cinco días de un cambio de siglo que cambió también por completo el destino de nuestra hoy ciudad. Ese documento respira hoy exhibido en el Museo que le da nombre a la historia de industria inglesa con la que nació Funes.
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