De Venezuela a Roldán: comenzó a cocinar la comida de su tierra y fue un éxito
Antonio vive en la vecina ciudad desde 2017. La cuarentena lo dejó sin trabajo, pero su emprendimiento gastronómico se volvió un boom.
Antonio José Coronado dejó su bulliciosa y enorme Caracas natal en abril de 2017 como tantos otros venezolanos que en los últimos años decidieron escapar de la profunda crisis social y política que atraviesa al país caribeño. Recaló en Buenos Aires, pero no echó raíces. El destino le tenía preparada una idea muy diferente y, al poco tiempo, se instaló en la tranquila y pequeña Roldán, donde desde el comienzo de la pandemia montó su propio emprendimiento gastronómico con el que, además de pelear el mango cada día, linkea con los sabores de su amada tierra.
En Venezuela, Antonio era bombero profesional y paramédico. Pero en la Argentina, entendió que “hay que aprovechar las oportunidades que aparezcan”. Por eso, cuando llegó a Buenos Aires se las rebuscó tanto en la construcción como en el mundo de la gastronomía. “Ahí me di cuenta que tenía habilidad para trabajar con la comida”, le cuenta a InfoFunes.
Mientras descubría esa nueva faceta, Antonio salía a correr por los bosques de Palermo como “una manera de mantener nuestra vida y sostener los hábitos”. Allí conoció a otros corredores con quienes entabló una amistad. Ellos tenían familiares en Roldán y tentaron a Antonio para que los acompañara a conocer esa remota ciudad a más de 300 kilómetros de la Capital.
Fue amor a primera vista: Antonio no se fue más de Roldán. “Me gustó que era más tranquila, con una vida menos agitada”, recuerda. Corría diciembre de ese movido 2017 y comenzó a trabajar en una reconocida parrilla de la vecina ciudad. Al poco tiempo, convenció a su amigo Pedro, otro venezolano exiliado pero en Ecuador, y le hizo un lugar en su nuevo hogar.
Hasta que en marzo del año pasado, la pandemia del coronavirus puso al mundo patas para arriba, y Antonio y Pedro no estuvieron ajenos. La parrilla que los empleaba cerró sus puertas y de repente ambos estaban desempleados y encerrados en su casa. “Al principio hice changas para poder vivir, pero luego se nos ocurrió la idea de vender comida”, recuerda Antonio.
Y aunque al principio habían pensado en hacer las típicas minutas argentinas, enseguida linkearon con la cocina que corría por sus venas. “Empezamos en mayo con las arepas, una comida muy popular en Venezuela y Colombia y que se ha viralizado en muchas partes del mundo”, cuenta Antonio y reconoce que “pensamos que no iba a tener éxito, lo hicimos para zafar”, pero a la gente le empezó a gustar y fue un boom.
Así nació RappiFood Los Venezolanos, un servicio de comida venezolana a domicilio que es furor en Roldán y también llega a Funes. “Tuvo mucho éxito, la gente tiene curiosidad por probarla y cuando la prueban, les gusta”, dice Antonio y explica el éxito en que “Venezuela tiene buen sazón para cocinar”.
Lejos de casa, la cocina parece devolverles cierta familiaridad con aquellas tierras añoradas. “Esto es parte de nosotros, de lo que somos”, dice Antonio. “La necesidad nos ha hecho salir adelante y buscar la oportunidad de ser útiles a la sociedad, y con la comida cada día lo estamos haciendo”, agrega.
Por el momento, el emprendimiento es sólo en la modalidad delivery, pero “más adelante” esperan “poder alquilar un localcito”. Mientras tanto, los pueden encontrar en Facebook e Instagram y darse el gusto de probar sus creaciones.
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