Viernes, 22 de Noviembre 2024
Martes, 01 de Agosto del 2023

Comienza la semana de la lactancia materna y aún queda mucho por conocer

Del 1º al 7 de agosto se concientiza sobre la primera alimentación de los bebés. En esta nota los beneficios tanto para el bebé como para su madre.

Comienza la semana de la lactancia materna y aún queda mucho por conocer

Este martes 1º de agosto comienza la semana de la lactancia materna, hasta el lunes 7, cuya finalidad es reforzar la promoción de esta forma de alimentación natural, que beneficia al bebé (sobre todo si se adopta la leche materna como alimento exclusivo del recién nacido durante los primeros seis meses de vida) y a la madre que amamanta.

La Organización Mundial de la Salud recomienda prolongar la lactancia materna por lo menos hasta los dos años, complementándola con alimentos adecuados para la edad del bebé. También, recuerda que las madres y los niños y niñas tienen derecho al amamantamiento en escuelas, restaurantes, transporte público, lugares de trabajo, hospitales, lugares de compras y espacios públicos. 

Con esto se busca que las madres puedan amamantar durante todo el tiempo que deseen hacerlo y en todos los ámbitos, incluido el laboral y educativo.

La lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, ya que proporciona  nutrientes que necesitan de forma equilibrada, al tiempo que protege frente a la morbilidad y la mortalidad debido a enfermedades infecciosas.

Alimentación de la madre

Para que la lactancia cumpla su objetivo y sobre todo teniendo en cuenta que será el alimento exclusivo los primeros 6 meses de vida, la madre debe contar con una alimentación adecuada para poder transmitirle los nutrientes necesarios a su bebé. Es por eso que es necesario que ella consuma todos los días frutas y verduras de todos los colores, bien lavadas; que tome abundante agua (entre 2 y 3 litros por día), consumir leche, yogur o queso a diario, al igual que un poco de carne todos los días. Además será beneficioso que incluya en su día a día cereales y legumbres (pastas, fideos, arroz, harinas, polenta, maíz, trigo, avena, panes, porotos, garbanzos, lentejas, soja y arvejas secas). Eso si, deberá evitar las dietas para adelgazar, ya que amamantar la ayudará a recuperar el peso que tenía antes de embarazarse.

La lactancia, un momento de a dos

El contacto “piel a piel” es fundamental, por eso se sugiere que las madres deben poner sobre su pecho al bebé recién nacido y, en lo posible, amamantarlo dentro de la primera hora de vida.

Además, la lactancia materna favorece y fortalece la relación de afecto entre madre e hijo y el calostro (primera leche de la mamá, de color amarillento) es el mejor alimento que puede recibir un recién nacido, ya que lo defiende de las infecciones más comunes.

La leche materna siempre está adaptada a las necesidades y posibilidades del bebé, por eso la digiere mejor que a cualquier otra leche y es la más segura e higiénica: nunca es de mala calidad, está siempre disponible a la temperatura justa y a través de ella se transmiten los factores de protección (“anticuerpos”) que lo protegen contra las enfermedades más comunes, hasta que sea capaz de formar sus propias defensas.

Además, está demostrado que los bebés amamantados no solo sufren menos enfermedades infecciosas (respiratorias, diarreas, etc.), sino que también tienen menos probabilidades de padecer, cuando sean grandes, enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y cáncer.

En si, es importante que al dar la teta la madre y su bebé estén relajados y el bebé bien sostenido y seguro. El resto de la familia puede colaborar ocupándose de otras tareas, mientras el bebé se alimenta.


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