El funense que se pone al hombro el desafío de recuperar empresas que van al muere
<p>José Abelli es referente del movimiento de empresas recuperadas y colaboró con la recuperación de más de cien pymes.</p>
José Abelli es un referente del trabajo cooperativo y un fomentador del trabajo autogestivo. Desde Funes, donde vive desde hace 18 años, colaboró con la recuperación de más de cien fábricas o empresas y en su conformación como cooperativas de trabajadores. Su trabajo tiene alcance en la región, el país y el mundo.
Fábricas, plantas industriales, pequeñas y medianas empresas, medios de comunicación. El mundo del trabajo cooperativo es amplio y diverso, pero la situación común es siempre la misma: el desafío que aceptaron los trabajadores a defender como tal el lugar que ocupaban y sostenerlo bajo nuevas condiciones: el salto de la relación de dependencia a ser “el propio patrón”, bajo los principios cooperativistas de equidad, solidaridad y democracia.
Abelli colaboró con la recuperación de un centenar de empresas y fábricas desde la década del 90. La primera experiencia fue con los talleres ferroviarios de Pérez y Laguna Paiva cuando el gobierno de Carlos Menem privatizó los ferrocarriles. Actualmente, colabora con la recuperación y conformación de cooperativas de cinco empresas, así como lo hizo con una empresa textil en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica y una metalúrgica en Génova, Italia. El recorrido es extenso, y son décadas de trabajo individual fomentando el trabajo colectivo.
Milita en política desde sus 14 años, en el peronismo. “Trabajaba para el Movimiento cooperativo en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos en la década del 70, y conocí una experiencia en Tucumán de un ingenio que cerró sus puertas y los trabajadores cobraron sus indemnizaciones con tierras. Esa cooperativa que conocí, que hasta el día de hoy funciona, me impactó. Me pareció un proceso realmente maravilloso”, cuenta Abelli.
Desde entonces, ha visto grandes cambios sociales y económicos que juegan en la idea de “recuperar”. “Hoy las cosas cambiaron porque en la Argentina hay 300 empresas recuperadas, que emplean a más de 30 mil trabajadores. Pero sobre todo porque después de la crisis del 2001 pasamos de villanos a héroes. Antes del 2001 éramos al parecer delincuentes que había que denunciar y desalojar porque estábamos contra la propiedad privada, pero a su vez éramos los que cuando el sistema echaba a la gente, levantábamos las persianas y nos poníamos a trabajar”, explica.
Un camino nada fácil
La situación se ha ido modificando, pero el panorama lamentablemente vuelve a golpear duro a las recuperadas. Actualmente acompaña el proceso de formación de cooperativas de trabajo de cinco industrias que cuentan en total unos 400 trabajadores. Lo importante para él es que los trabajadores puedan conservar esos puestos de trabajo. “Las Pymes son las principales generadoras de empleo, generan más del 70 por ciento del empleo en Argentina, y con este cuadro tarifario, y los costos de los insumos, la situación las golpea de lleno”.
Sin embargo, los ejemplos de logros y superación no son pocos. La cooperativa rosarina La Cabaña por ejemplo, conformó su trabajo autogestivo hace años, y hoy sus 45 trabajadores/dueños planean su mudanza a una planta propia de 2500 metros cuadrados. “Se cambia la concepción, hay un sistema democrático totalmente distinto al que conocían. No hay recuperadas en donde pocos se queden con la mayoría de las ganancias”, destacó.
Abelli es quien se ocupa, como referente del movimiento de empresas recuperadas, y como integrante de Autogestión, Cooperativismo y Trabajo (Actra), de acompañar a los trabajadores en los procesos desde el minuto cero, con la primera decisión, y los largos caminos administrativos y judiciales a los que se enfrentan, que suelen duran aproximadamente un año.
“Cuando te enfrentas a una asamblea de trabajadores que están sin ninguna perspectiva, y viene un tarado que dice ustedes pueden, porque están las máquinas y están ustedes, el único que falta es el patrón. No es fácil, la primera respuesta es “el patrón no pudo, cómo vamos a poder nosotros”.
“Hay algo que siempre les digo: es la única vez en la vida que lo van a hacer. Porque una vez en la vida uno toma decisiones que cambian las cosas, que son trascendentes. No son cosas de todos los días”, cuenta y confiesa su máxima en el arengue a los trabajadores que se enfrentan a la posibilidad del desempleo: “Nadie es un héroe toda la vida. Yo conozco monumentos a los héroes, no conozco ningún monumento a un cagón”, define.
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